LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA EXIGE UNA NUEVA LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN, SEÑORES DIPUTADOS.
Mariano Crespo ( Profesor jubilado de la UPEL, Caracas, mcrespo48@yahoo.es)
A casi una década de gobierno revolucionario en nuestra patria, y con una asamblea nacional afecta al proceso revolucionario bolivariano en más del 90%, resulta un verdadero contrasentido que a estas alturas del tiempo no se halla aprobado una nueva ley orgánica de educación, ante esta circunstancia nos hacernos la siguiente interrogante ¿es que para nuestros diputados dicha ley no es prioridad?. Ya sabemos que desde la Educación no se ha hecho ninguna revolución en el mundo, pero también sabemos que sin una educación comprometida en la formación del sujeto revolucionario es decir del pueblo, y de signo emancipador, no es posible mantener y consolidar un proceso revolucionario.
La actual ley orgánica de Educación es un verdadero obstáculo para la profundización del proceso revolucionario, la formación del nuevo republicano requiere de un nuevo marco legal, fundamentado en una educación liberadora, guiada por un estructura axiológica socialista y antineoliberal, contrahegemónica, que rompa con la lógica consumista y depredadora del capitalismo.
Será que nuestros diputados no se han paseado por estos planteamientos, que por cierto no son nada nuevos, o repetimos, es que otras prioridades del estado los han mantenido completamente ocupados, en todo caso creemos que ya es tiempo de poner en vigencia una nueva ley orgánica de educación, ¿O que será lo que están esperando?.
La política del estado venezolano de la absoluta inclusión escolar, la incorporación de las diferentes misiones educativas, y el establecimiento de las escuelas bolivarianas y robinsonianas requieren de un marco legal nuevo y revolucionario, de lo contrario estas exitosas experiencias que han venido contribuyendo en el proceso de cambio experimentado por la sociedad venezolana en la década de gobierno bolivariano quedarían sin el sustento legal, por lo que es una responsabilidad ineludible de nuestros diputados avocarse cuanto antes a dotar de una ley moderna, flexible y comprometida con los cambios de época, a la educación venezolana.
El ante proyecto de ley que hace más de un lustro aprobó en primera discusión la Asamblea Nacional, cuya Comisión de Educación la presidía para aquel entonces el Diputado José Luis Farias, quien luego dio un salto de talanquera que lo llevó a los predios del inefable Luis Miquelena, debe ser profundamente revisado; el Diputado Faría, para aquel momento, ya estaba entregado a intereses políticos de la extrema derecha, y sus coincidencias con Leonardo Carvajal, vocero de la educación elitesca y confesional, eran más que evidentes.
La Asamblea Nacional está en mora con la educación patria y con el proceso revolucionario venezolano, y por consiguiente los diputados que la integran están obligados a responder de manera oportuna y asertiva a la sociedad venezolana. Esperamos por ellos.
Mariano Crespo ( Profesor jubilado de la UPEL, Caracas, mcrespo48@yahoo.es)
A casi una década de gobierno revolucionario en nuestra patria, y con una asamblea nacional afecta al proceso revolucionario bolivariano en más del 90%, resulta un verdadero contrasentido que a estas alturas del tiempo no se halla aprobado una nueva ley orgánica de educación, ante esta circunstancia nos hacernos la siguiente interrogante ¿es que para nuestros diputados dicha ley no es prioridad?. Ya sabemos que desde la Educación no se ha hecho ninguna revolución en el mundo, pero también sabemos que sin una educación comprometida en la formación del sujeto revolucionario es decir del pueblo, y de signo emancipador, no es posible mantener y consolidar un proceso revolucionario.
La actual ley orgánica de Educación es un verdadero obstáculo para la profundización del proceso revolucionario, la formación del nuevo republicano requiere de un nuevo marco legal, fundamentado en una educación liberadora, guiada por un estructura axiológica socialista y antineoliberal, contrahegemónica, que rompa con la lógica consumista y depredadora del capitalismo.
Será que nuestros diputados no se han paseado por estos planteamientos, que por cierto no son nada nuevos, o repetimos, es que otras prioridades del estado los han mantenido completamente ocupados, en todo caso creemos que ya es tiempo de poner en vigencia una nueva ley orgánica de educación, ¿O que será lo que están esperando?.
La política del estado venezolano de la absoluta inclusión escolar, la incorporación de las diferentes misiones educativas, y el establecimiento de las escuelas bolivarianas y robinsonianas requieren de un marco legal nuevo y revolucionario, de lo contrario estas exitosas experiencias que han venido contribuyendo en el proceso de cambio experimentado por la sociedad venezolana en la década de gobierno bolivariano quedarían sin el sustento legal, por lo que es una responsabilidad ineludible de nuestros diputados avocarse cuanto antes a dotar de una ley moderna, flexible y comprometida con los cambios de época, a la educación venezolana.
El ante proyecto de ley que hace más de un lustro aprobó en primera discusión la Asamblea Nacional, cuya Comisión de Educación la presidía para aquel entonces el Diputado José Luis Farias, quien luego dio un salto de talanquera que lo llevó a los predios del inefable Luis Miquelena, debe ser profundamente revisado; el Diputado Faría, para aquel momento, ya estaba entregado a intereses políticos de la extrema derecha, y sus coincidencias con Leonardo Carvajal, vocero de la educación elitesca y confesional, eran más que evidentes.
La Asamblea Nacional está en mora con la educación patria y con el proceso revolucionario venezolano, y por consiguiente los diputados que la integran están obligados a responder de manera oportuna y asertiva a la sociedad venezolana. Esperamos por ellos.
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