sexta-feira, 27 de março de 2009

OTROS DOS BORRADORES DE "POEMAS DE LA HISTORIA"

Prof. Dr. José de la Fuente

jdelafuente@ucsh.cl
Universidad Católica Silva Henríquez
Santiago de Chile

FRACASO Y UTOPÍA


¿Cuándo se ha realizado alguna utopía en plenitud?
¿En qué momento de la historia?
¿Qué dolor de muelas se nos ha quitado solo?

Tomás ¿me escuchas desde la monarquía capitalista?
Agustín ¿me escuchas desde la ciudad perfecta?
Carlos ¿me escuchas desde la crítica de la historia?
Adriana ¿me escuchas desde el tiempo de tu maternidad?
Simón ¿qué ecos escuchas desde la unidad latinoamericana?

El poeta Affonso Romano de Sant'Anna escribe en sus Vestigios
que anda muy decepcionado de hombres y mujeres,
de si mismo, de su generación, de todos
quienes se propusieron salvar-cambiar el mundo,
el país, el barrio, la convivencia al interior de sus casas…

El fracaso. El fracaso del hombre, de su inteligencia,
de sus valores solidarios, de sus gestos amables,
del trabajo y del lenguaje milenario de sus manos
y demás intenciones perdidas en el paraíso.

Quiero creer-pensar que el fracaso
es una de las respuestas al enigma de ser hombre,
forma de la vida que se construye en la historia
para agonizar por la justicia y un mendrugo de pan.

¿Y qué fue de la fraternidad que soñaron los burgueses
y que a tantos mártires pasó por la guillotina?
¿Y de los combates que estamos dando
para alcanzar la realización del sujeto universal,
ese capaz de mirarse a los ojos sin tropezar en el abismo?

Y yo me niego a no ser
otra cosa que utopía, que fe entre sueños y esperanzas,
probablemente un error redimido en mis amigos
que siguen luchando y pensando como alias Roberto Sirio
que el ecomunitarismo será en la sociedad poscapitalista
confirmado en su Ética de la Liberación.

(Amigo Roberto Sirio, no te impacientes,
nadie nos podrá arrebatar lo que verdaderamente amamos;
nadie está absolutamente muerto,
lo que hemos vivido, pensado y escrito al amanecer
tendrá su fiesta en la memoria del pueblo).

Es verdad, amigo Affonso, que los poetas y filósofos de la utopía
merecemos mejor suerte, otro destino, no por “ilustrados”
ni por haber nacido con la solidaridad palpitante,
sino porque jamás nos hemos creído animales
y nos merecemos vivir en la felicidad de las palabras.

El sentido de pensar-proyectar está en la resistencia
desplegando las alas de la imaginación que vence al miedo,
el hacer filosofía-poesía práctica sin esconder el corazón,
contra el solipsismo, contra la soledad
(el capitalismo es la dispersión de individuos aislados
mediatizados por el dinero y el mercado),
contra esa misma sensación de fracaso
que al transcurrir de los años cambiará el mundo.

Porque nuestro Norte es el Sur luminoso,
la utopía es el único camino.


TREPADOR


El arribista
es un ególatra trepador incorregible
que hace del mundo y de las ideas de los demás
una vianda para satisfacer
su apetito voraz y sus ansias por dominar el mundo.

El arribista se viste con ropa ajena,
conversa con gestos de lealtad palaciega
y cuando llega la hora de dar la mano
uno siente la humedad de quien ha claudicado a sus ideas.

Los hay de todos los pelajes,
dirigentes políticos, vendedores de verduras,
ángeles custodios del poder eclesiástico,
alcohólicos anónimos que simulan ser presidentes…

En el claustro universitario
hay arribistas teóricos y arribistas prácticos.
Los primeros dan la sensación de sabios al pie del cañón,
sus cerebros son centrífugas con apellidos de famosos.

Los arribistas teóricos son cola de león.

Por su ubicuidad en la inauguración de los eventos
los segundos son los potencialmente corrosivos,
hechizan con su ilusionismo pedagógico
y siempre están actualizados con el currículo de moda.
Manejan a la perfección las máquinas digitales
y todo artefacto que proyecte imágenes.

Los arribistas prácticos son cabeza de ratón.

quinta-feira, 26 de março de 2009

VENEZUELA: DISCIPLINA NO ES SUMISIÓN

Epa, no confundamos disciplina con sumisión en el PSUV
Gustavo Claret Vásquez Q.
Valencia, Edo. Carabobo, Venezuela gustavoclaret@hotmail.com 26/03/2009
Mucho se ha dicho, es decir, se ha palabreado, acerca de la necesaria profundización ideológica de la Revolución Bolivariana, sin embargo, igualmente se hace fundamental que se revise dónde, cómo, con quién y cuándo se ha de empezar, porque en los 10 años de proceso político estando en el gobierno, parece que el único que viene empujando hacia donde se debe, es el Comandante Chávez desde sus arengas permanentes y en los muy distintos escenarios, los muchos otros, han confundido o hecho confundir, que el Bolivarianismo como base teórica de comienzo de revolución, era distinta a la teoría socialista que hoy nos conduce. De allí que existe mucho “dirigente” que piensa y sobre todo actúa como si él fuera una figura imprescindible y de altos quilates en política para el proceso, asumiendo una conducta personalista o grupalista que lo lleva a utilizar los recursos puesto a su disposición, para solo favorecerse o favorecer a quienes les sirven, dándose lo que se define: primero yo, sino mi familia o mi incondicional, cuando se trata de cargos de partido o gobierno como “única garantía” de darle conducción política a la gestión de una manera “disciplinada”.
Por otro lado, estos personajes, amasando poder político que los lleva a tener contacto con recursos económicos, se hacen presentar como los hombres o mujeres de confianza del Presidente porque algún día Él los mencionó públicamente, asimismo, se aprovechan de la necesidad económica que tienes un número importantes de camaradas, para utilizarlos como promotores que trabajan para ellos a cambio de un bono mensual que no alcanza para mucho; un ejemplo, hay un número importante de promotores que prestan servicio en la Policía de Valencia y no se les paga después de dos meses de labores en las comunidades, la respuesta de la Institución es espérense un poco, es que la administración es muy lenta, mientras a los contratistas o funcionarios altos si tienen sus pagos de manera oportuna, los promotores, que son los camaradas o hijos de camaradas pela bolas, no se atreven a reclamar porque temen que los despidan.
Lamentablemente esta realidad se convierte en una traba importante que se hace cotidiana cuando las decisiones políticas las toman los llamados “históricos” de la revolución, quienes, a sabiendas de que si dan oportunidad para que sea la militancia en general quien decida, esta los barre como paso el 1º de junio 2008, cuando se escogió a los candidatos, al menos en Carabobo, los candidatos a la gobernación y la alcaldía de Valencia, donde fueron derrotados los candidatos tradicionales y responsables de dirigir el proceso en los diez años en este Estado; éstos, al medir el resultado de esa consulta a la militancia, maniobraron para la escogencia de los candidatos al Consejo Legislativo, qué paso? se escogieron a los mismos del primero yo, segundo el mío, tercero mi representante, en un acuerdo diabólico de factores, que desconcertó a la militancia.
Ahora, que hacer? Debemos procurar un encuentro de voluntades para la organización, movilización y lucha de esa militancia chavista descontenta e inconforme y con criterio político para elaborar un plan que nos lleve a empujar con la fuerza necesaria para que las decisiones en torno a la escogencia de cargos políticos y de gobierno, sea tomada la opinión de las bases, porque sólo así, esas bases se consolidarían como el sustento verdadero del gigante árbol que crecerá para darnos la sombra que el Socialismo tiene reservada para la frescura del Pueblo Venezolano hacia la Patria Grande.

terça-feira, 24 de março de 2009

DOS POEMAS DE LA HISTORIA

Prof. Dr. José de la Fuente

Universidad Católica Silva Henríquez, Santiago de Chile
jdelafuente@ucsh.cl

Dos de los “Poemas de la Historia”

AQUÍ VIVE EL PRESIDENTE DEL FUTURO

En el centenario de su Natalicio
viejos amigos que no han claudicado a sus principios
contaron que Salvador Allende con humor y profecía
al preguntarle qué le gustaría que dijera su epitafio
les dijo que escribieran en la piedra:
“Aquí yace el Presidente del Futuro”.

Nadie se sorprendió, sus amigos lo conocían.
Sonrieron entre frases y árboles en flor;
esa vez brindaron por la lucha y la esperanza.

Le gustaba que lo llamaran “Compañero Presidente”.

Salvador ha cumplido cien años
en el parlamento de la conciencia de este mundo,
mientras Chile cada día se parece más
a un témpano de hielo migratorio y exótico
recortado a la medida del poder transnacional.

El dictador de turno de la oligarquía de la época
el día once lo acorraló en el Palacio de Gobierno
con el fin de obligarlo a claudicar y llevárselo
muy lejos de su Patria para matarlo en el aire.
Salvador Allende sabía que su ofrenda
se extendería como el polen de la libertad
por las fábricas y ciudades de América Latina.

El suicidio-muerte
fue la única opción que le dejaron los cuervos
esa mañana del once de septiembre.
Salir del palacio de Gobierno con las manos arriba
habría sido el placer de gorilas y monos chicos.
Aceptar un avión para irse al exilio
habría sido la atroz decepción de todo un pueblo.
Sabía que en ese trance histórico,
quitarse la vida era la última acción de resistencia
para que los mandriles, los monos y monas chicas
no pudiesen ironizarlo ante la historia.

El suicidio-vida de Salvador Allende
a cien años de presencia en territorios condenados
ahora nos hace pensar en su poema-despedida,
lección de coherencia, inmolación sincera.

El General desleal que ejecutó su tragedia
quedó con su uniforme salpicado de sangre
y para siempre huyendo en su ánfora dorada.
Desde el primer día el Pinochet triunfante
comenzó a pastar en el potrero del deshonor
hasta hundirse en su política de exterminio
junto a sus esbirros de fango y destrucción:
Egisto de pacotilla, traidor de primera línea.

Cuando la democracia se restaure nuevamente
en la memoria de mi Chile sojuzgado
entrarán en acción sus palabras a la vida
de quien se instaló en la conciencia de su pueblo.


PREGUNTAS SOBRE LA ESCRITURA

Me pregunto sobre la escritura,
una de las formas anónimas de mi experiencia cotidiana.
Me pregunto qué es escribir, qué es pensar,
qué mecanismos se encienden en mi cuerpo cuando el lápiz
se desliza por la superficie de la página en blanco;
qué es entrar y salir a cada rato de sí mismo
y soñar en una hamaca sostenida por el viento.

Me pregunto para qué escribir en tiempos de penuria
y una sensación de pérdida, de ensimismamiento
me justifica al lado afuera del imperio.

Salgo a recorrer la ciudad vigilada por ladrones.
Los graffiteros compiten con los Testigos de Jehová
quienes vaticinan en las calles sin que nadie los escuche.
y siguen predicando ante la indiferencia de la gente…

Esta pregunta ya fue resuelta por los grandes del siglo XX.
A muchos les faltó azúcar para que el café quedara a punto.
A otros su olfato calculista los llevó a errores inexcusables
y mientras tanto yo seguía estudiando literatura
como esos aplicados alumnos que se leían los libros enteros.

Me pregunto sobre la escritura en tiempos de su negación.
A pocos les interesa que escriba poesía, que piense en versos,
que recurra al acto mágico de la resurrección de la palabra
para rescatar la imagen danzarina del fin de la injusticia.

En tiempos en que todo se da por muerto,
en que viajar a la decepción es tan práctico como un balazo
y en que se asegura que la vida es un engaño de la muerte,
una canción es tan importante como construir una casa,
escribir es proyectarse en la ética de la poesía.

sexta-feira, 20 de março de 2009

Etica y ciencia

ÉTICA, CIENCIA

POR: JUSTO SOTO CASTELLANOS
Profesor Universidad Bolivariana de Venezuela

Resumen
El presente discurso parte de una constatación básica que se produce en las aulas de clase de muchas de nuestras instituciones académicas, especialmente de algunas de educación superior, luego, se aborda el problema tratando de definir algunos conceptos que son básicos para realizar una aproximación adecuada a la discusión, para, posteriormente llegar al concepto “fundante” de la actividad científica, cual es el de la objetividad y desde allí revisar la relación que existe entre la ciencia y la sociedad que la produce, así como a otear en la ciencia, sus productos, su utilización y los valores que orientan esta actividad.
Se terminará el recorrido planteando el interrogante de si lo que se propone no es una nueva forma de antropocentrismo, el cual ya fue abandonado por la ciencia, y se intentará responder a esta posible objeción barruntando el acerbo adquirido a través del camino recorrido, para finalizar presentando una pequeña conclusión que recoja la idea fundamental en cuanto a la relación existente entre ética, ciencia y pedagogía.



Palabras clave:
Ética, ciencia, pedagogía, objetividad, valores, sociedad, antropocentrismo, andróptica, paradigma, supuestos, sujeto cognoscente, investigación, corpus científico, teoría, experiencia, razón, praxis, dialéctica, falsación, conjeturas, formalización, verificación, crítica, juicios de valor, juicios de hecho, tolerancia, honestidad, humildad, verdad, responsabilidad, esperanza.

1. El problema
La discusión acerca de la relación existente entre la ética, la ciencia y la pedagogía, lejos de estar zanjada, continúa y es de gran actualidad. En nuestros centros educativos, especialmente los de educación superior, encontramos, con no poca frecuencia, actitudes de docentes muy calificados que simplemente ignoran los problemas éticos que las ciencias plantean y esta actitud, fruto de determinados hábitos intelectuales, se transmite a los alumnos quienes la asumen y con ellas creen seguir coherentemente a sus maestros.
El problema no nace de ahora, esta es una posición aparentemente connatural a la actitud científica positiva, ya que ella, de entrada, pretende ser “objetiva” y por ello, desde un primer momento, debe renunciar a la subjetividad y a los llamados “juicios de valor” propios del campo ético.
La pretensión con que se parte en las ciencias positivas, en el llamado conocimiento objetivo (de ob – jectum, lo que yace frente a lo ojos), es realizar lo denominados “juicios de hecho”, con los cuales se pretende que el “sujeto cognoscente” puede conocer el objeto como si no lo conociera, ver el objeto como si no lo viera, tenerlo en la conciencia como si no lo tuviera.
“La ciencia, en la concepción clásica que rige todavía en nuestros días pone en disyunción por principio hecho y valor, es decir, elimina de su seno toda competencia ética, funda su postulado de objetividad en la eliminación del sujeto del conocimiento científico”[2]. De ahí que el punto de partida de la pretensión del conocimiento objetivo se constituye en el punto de partida del problema de la relación entre la ciencia y la ética, y la ética y la ciencia.

2. Conceptos fundamentales
Para abordar coherentemente esta problemática es necesario iniciar aclarando qué es la ciencia, luego aproximarnos a la ética y mirar si es posible encontrar puentes, vías de comunicación a través de las cuales la ciencia y la ética, y la ética y la ciencia, para decirlo en términos de Morin, inter-retro-actúen, todo esto enmarcado en la actividad pedagógica.
La “ciencia” que, para Mario Bunge, “puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemático, verificable y por consiguiente falible”[3], ha sido un indudable aporte a la humanidad de la humanidad misma. Es un trabajo que reúne generaciones, las cuales construyen sobre lo que sus predecesores han dejado, tanto de aciertos como de errores. En ella nada es absoluto, “su única verdad sagrada es que no existen verdades sagradas”[4]. En ella todo es criticado, todo es puesto a prueba, las verdades sustentadas por fuerza de la autoridad no tienen validez. Todo lo que se acepta como válido es porque ha triunfado en una especie de lucha de las ideas, en la que, al igual que en el planteamiento de Darwin, prevalecen las tesis más aptas.
La ciencia procede mediante conjeturas, según lo afirmara Karl Popper, sin embargo, tiene un alto componente de formalización que en la medida de lo posible busca la verificación, o por lo menos la coherencia lógica. Ella parte de supuestos, los cuales la hacen posible, entre ellos, según Karl Jaspers, se encuentran, la razón misma, la propia existencia de la ciencia, la elección del objeto de la ciencia y por último la conducción de la ciencia por medio de las ideas[5].
La ciencia se desarrolla mediante cambios de “paradigmas”, cambios de modelos, de valores y de prácticas, como lo viera Thomas Kuhn, los cuales son procesos similares a las revoluciones políticas que suceden en las sociedades humanas[6].
La ciencia es una unión difícil y compleja de teoría y experiencia y de experiencia y teoría, ella contiene una dialéctica en permanente movimiento promovida por la “investigación” que se convierte en el auténtico motor que forma, conforma, reconforma y transforma la idea y el “corpus” de lo que en un momento determinado de la historia un grupo humano, un colectivo, una sociedad, denomina ciencia.
De otra parte... ¿Qué se entiende por ética? Recordemos que la expresión castellana ética procede del griego “ethos”, que posee dos grafías; una de ellas con eta y hace referencia a la costumbre y por extensión al carácter, a la forma de ser de una persona. Otra con “épsilon”, denomina el lugar que habita, donde se desarrolla un ser vivo. Sin embargo, tratando de hacer una síntesis entre las dos acepciones, en términos generales, podemos entender la ética como la reflexión acerca de los fundamentos morales del comportamiento humano, de las máximas que lo orientan, de los criterios que sirven de guía para calificar una acción humana como buena o mala, de su validez que, a larga, modifica el habitáculo, la morada, el mundo del ser humano y al decir esto, se hace referencia tanto al sociosistema como al ecosistema.
En este sentido y haciendo una confrontación provisional de los dos conceptos, antes aludidos, ya se podrá observar que la ciencia es un producto social-individual que es producido por la sociedad, la cultura y re-produce a la sociedad y su cultura y a la condición humana[7], considerada ésta desde la perspectiva social, individual y de la especie. Desde esta “poliperspectiva” ¿Podríamos pensar que la ciencia no está relacionada con la ética? Es más ¿Habrá un campo de la acción humana que escape a la ética?
Por último, desde el punto de vista de la pedagogía, de la enseñanza, de la transmisión, de la entrega y de la generación de los conocimientos entre los seres humanos, es necesario recordar la discusión acerca de la incidencia de los valores en la educación, y la posición de los educadores frente a éstos, en Melburne, Australia en 1988, se llegó, entre otras, a la siguiente conclusión: “Como toda enseñanza implica valores, ya sea en forma consciente o inconsciente, se deniega el concepto de la neutralidad del docente. Incluso si ésta fuese posible, sería en detrimento del progreso de los estudiantes dado que los dejaría vulnerables en un mundo colmado de valores en el que viven”[8].
Ahora, vamos a revisar algunos conceptos claves para la ciencia y cómo estos se sustentan, muchas veces sin que los científicos y profesores de ciencia lo tengan claro, en una base ética.

3. La Objetividad
En diversos contextos se ha afirmado que las ciencias positivas son un conjunto de conocimientos humanos cuya característica fundamental es el “deseo de objetividad”, es decir, el deseo de “captar el objeto tal cual es”. Pero, como ya se ha entrevisto, este deseo no es más que eso, ya que todo conocimiento es una relación entre un sujeto que conoce y un objeto conocido, todo conocimiento es un conocimiento “subjetivo” en el sentido en que es un conocimiento de un sujeto. El conocimiento no existe aislado, aparte del sujeto que conoce.
La pretensión de la llamada ciencia clásica fue obtener el conocimiento seguro e indubitable y para ello intentó suprimir al sujeto que, según su ingenua suposición, era la causa, la razón de la falibilidad del conocimiento, pero en la medida en que se profundizó en la más fáctica de las ciencias, la física, los científicos se dieron cuenta que “la facticidad” se escapó -entendiendo ésta como hechos tangibles-, y se encontró con una serie de relaciones en las cuales el sujeto condiciona el objeto y lo hace posible[9]. De ahí que, en este contexto, afirma Jacob Bronowski: “uno de los propósitos de las ciencias físicas ha sido el proporcionar una imagen exacta del mundo material. (Y) Uno de los logros de la física del siglo XX ha sido el probar que tal meta es inasequible”[10].
De otra parte, algunos científicos se percataron que todo conocimiento humano, como quehacer del hombre, implica una opción ética, sea ésta consciente o inconsciente. La objetividad misma lo implica, ella lleva como “su-puesto”, es decir, puesto debajo, puesto desde antes, una decisión ética de fondo que aun cuando no es evidente, es la base del edificio científico y lo importante de la base, es que es aquello que en ocasiones no se ve pero que hace posible todo lo que se ve.
Jacques Monod, premio Nóbel en los años setenta, haciendo una reflexión epistemológica sobre su quehacer, la biología molecular, llega a la axiología de la ciencia y se percata del problema de la “objetividad” y afirma en uno de sus escritos mas conocidos, El azar y la necesidad, que: “Mas (y éste es el punto esencial, la articulación lógica que asocia, en la raíz, conocimiento y valores) esta prohibición, este <> que funda el conocimiento objetivo, no es en sí mismo y no sabría ser objetivo: es una regla moral, una disciplina. El conocimiento verdadero ignora los valores, pero hace falta para fundamentarlo un juicio, o más bien un axioma de valor. Es evidente que el plantear el postulado de objetividad como condición del conocimiento verdadero constituye una elección ética y no un juicio de conocimiento, ya que, según el mismo postulado, no podía haber conocimiento <> con anterioridad a esta elección arbitraria. El postulado de objetividad, para establecer la norma del conocimiento, define un valor que es el mismo conocimiento objetivo. Aceptar el postulado de objetividad, es pues enunciar la proposición de base de una ética: la ética del conocimiento[11].

4. Ciencia y Sociedad
Otro de los aportes que abre nuevas perspectivas a la reflexión sobre la relación entre la ética y la ciencia, y la ciencia y la ética, y por ahí la enseñanza de las dos, es la que realiza la Escuela de Frankfurt. Con ellos, Horkheimer, Adorno, Marcuse, entre otros, por nombrar sólo algunos de los representantes de la llamada primera generación, la reflexión en torno a la ciencia efectuó un viraje que abarca no sólo el hecho científico y la ciencia en su conjunto sino que a ésta la incrusta en el contexto de una “praxis social” predominante. Ya que, según afirmación de Horkheimer el teórico crítico “es aquel teórico cuya única preocupación consiste en un desarrollo que lleve a una sociedad sin explotación”. En este sentido, el objetivo de la teoría crítica como crítica de la sociedad, es que “persigue de modo plenamente consiente un interés por la organización racional de la actividad humana”[12].
La teoría crítica, en la formulación de Horkheimer es una concepción dialéctica en la cual se ejerce una crítica a la ciencia como expresión de una racionalidad amputada, deshumanizante, concreción de una sociedad industrial inhumana y alienante; pero esta crítica se hace con una razón abierta, crítica consigo misma, es decir, autocrítica, que percibe los límites de la razón instrumental en aras de un hombre libre, creativo, armonioso en interrelación con la sociedad, una sociedad abierta, autocrítica, democrática, no opresiva.
En la sociedad industrializada avanzada del mundo de hoy, según otro de los representantes de “La Escuela”, Hebert Marcuse, se presenta, se desarrolla y se promueve una ciencia en la cual se suscita el triunfo del “pensamiento unidimensional”, es decir, el triunfo “del pensamiento positivo” que en última instancia avala, promueve y consolida el sistema social imperante, la racionalidad tecnológica y la lógica de la dominación produciendo un verdadero “cierre del universo del discurso”, así como el “cierre del universo político”[13], por esto la ciencia y la tecnología siempre se hacen sospechosas de ser una ideología[14].
En el triunfo del pensamiento positivo, es decir, en el triunfo de la filosofía unidimensional, el discurso filosófico científico no hace más que enunciar y dar por sentado las cosas tal cual son, aceptando ese estado de cosas, de ahí que el análisis se reduce a las cuestiones gramaticales, lingüísticas. “En suma, el análisis lingüístico no puede alcanzar otra exactitud empírica que la que extrae la gente del estado de cosas dado y no puede alcanzar otra claridad que la que se le permite dentro de este estado de cosas; esto es, dentro de los límites del discurso mistificado y engañoso”[15].
En 1961, “La Sociedad Alemana de Sociología” realizó, en la ciudad de Tubinga, un congreso consagrado al tema “Lógica de las Ciencias Sociales”. En ese congreso las más importantes intervenciones estuvieron a cargo de Karl Popper y T. W. Adorno. En la ponencia realizada por Popper, éste insistió en su idea, propuesta en otras ocasiones, de la unidad del método tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales, y en su planteamiento de que en las ciencias sólo se producen “conjeturas” que buscan solucionar los problemas planteados y que están sometidos, como todo en las ciencias, al proceso de “falsación” mediante la crítica, de ahí que la objetividad en las ciencias “equivale a la controlabilidad o falsabilidad”, que en las teorías científicas se presenta como un asunto público.
Frente a la propuesta de Karl Popper, Theodoro Adorno plantea una serie de objeciones que amplían el problema de la ciencia al problema de la sociedad. En ese sentido el conocimiento para Adorno debe dar cuenta del conjunto del fenómeno social que es la ciencia entendida dialécticamente, es decir, entendida dentro del contexto de las contradicciones de las cuales surge y las cuales refleja.
Frente a Popper, quien piensa que el problema de la ciencia es un asunto eminentemente epistemológico, Adorno afirma que el asunto va mucho más allá, que la cuestión es un asunto que tiene que ver con lo práctico, “en último término una circunstancia problemática del mundo”[16]. Por esto, al reflexionar sobre el método encuentra que ni tan siquiera en la sociedad son “los hechos” lo último, la base fundamental de la ciencia misma sobre los cuales se levanta todo el conocimiento, ya que la idea de estos hechos está mediada por la misma sociedad. De ahí que critica y refuta la posición del “racionalismo crítico” partiendo de la constatación de que no hay posibilidad de un experimento para comprobar la dependencia de un fenómeno social, en el caso aquí analizado la ciencia, con referencia a la totalidad. Esa totalidad no podrá ser captada a través de los métodos particulares. Adorno encuentra que Popper, a pesar de su diferencia con Hegel, está, en este punto, muy cerca de éste cuando pensaba abarcar el absoluto con su sistema, algo similar hace aquel “en la medida en que identifica la objetividad de la ciencia convierte a ésta en el órgano de la verdad”[17].
Adorno y Popper podrían coincidir en la posición crítica, uno “racionalismo crítico”, otro “escuela crítica”. Pero la crítica de Popper es una crítica que parte de los hechos, no los cuestiona, los respeta como condición del pensamiento científico, son su punto de partida, mientras que la crítica de Adorno critica a esos mismos hechos y busca las contradicciones que subyacen a dichos hechos, es decir, la crítica de Adorno va más allá del problema formal y aborda el problema material de las condiciones sociales en las que se ejerce la crítica misma.

5. La Ciencia, sus Productos y su Utilización
Es indudable que los productos de la ciencia han mejorado nuestra forma de vivir, es más, ha alargado nuestra propia vida, es por eso que para Carl Sagan la ciencia es “lo más preciado”, pero ella, vista en la perspectiva de la totalidad del “Cosmos” es, en consonancia con Einstein, “primitiva e infantil”. Y es lo más preciado porque ha ayudado a los hombres a mejorar su calidad de vida y dentro de ésta ha aumentado la longevidad de los seres humanos. Afirma Sagan que: “en la época preagrícola, de cazadores-recolectores, la expectativa de vida humana era de 20 a 30 años, la misma que en Europa Occidental a finales de época romana medieval. La media no ascendió a 40 años hasta alrededor del año 1870, llegó a 50 en 1915, 60 en 1930, 70 en 1955 y hoy se acerca a 80 (un poco más para las mujeres, un poco menos para los hombres). El resto del mundo sigue los pasos del incremento europeo de la longevidad”. Y se pregunta “¿Cuál es la causa de esta transición humanitaria asombrosa sin precedentes? La teoría del germen como causante de la enfermedad, las medidas de salud pública, las medicinas y la tecnología médica”[18].
Los productos de la ciencia han revolucionado la forma de comunicarnos y con ello la forma de autoentendernos produciendo una verdadera planetarización, como lo viera Teilhard de Chardin a principios del siglo XX, pero junto a esto nuestra capacidad de autodestruirnos ha crecido de una manera nunca imaginada ni aun por los más bárbaros tiranos que en la historia de la humanidad han desfilado.
Algunos afirman que gracias a la ciencia estamos “al filo de la navaja” o que la espada de Damocles pende de un delgado hilo, que en cualquier momento podría romperse y caer sobre la humanidad. Es más, en más de una ocasión se ha planteado que el conocimiento científico ha puesto al hombre “ad portas” de su propia destrucción, esto es cierto, pero sólo en parte, ya que realmente lo que ha puesto en peligro a la humanidad no es el conocimiento sino la opción ética fundamental y fundamentante que está a la base del conocimiento humano y que hace de éste no más que un instrumento utilizable tanto para el bien como para el mal de la humanidad.
En Auschwitz, por ejemplo, murieron más de tres millones de seres humanos judíos, cuya única culpa era ser fieles a su ser, es decir, ser judíos. “Y esto no fue obra del gas. Fue obra de la arrogancia. Fue obra del dogma. Fue obra de la ignorancia. Cuando la gente se cree poseedora de un conocimiento absoluto, sin pruebas de la realidad tal es su comportamiento. Todo ello sucede cuando los hombres aspiran al conocimiento de los dioses”[19].

6. Los Valores de la Ciencia
La ciencia supone e implica unos valores, estos son inherentes a la misma actividad científica y estos valores, en la actividad educativa, deben ser enseñados tanto implícitamente, en eso que se ha llamado “el currículo oculto”, como explícitamente, en la práctica académica, como ejercicio mismo de la actividad axiológico-científica.
El primer valor que sobresale en la ciencia es el valor de la tolerancia, y se manifiesta en la capacidad de ver en la opinión contraria no al enemigo que pretende eliminarme sino la tesis equivocada que es necesario superar, refutar, con argumentos válidos, con razones y pruebas consistentes. La ciencia avanza mediante la confrontación de las ideas, con la discusión, con el debate.
De ahí que otro valor importante en la ciencia es la honestidad, la cual le exige al investigador científico abandonar las ideas más queridas si éstas no se adecuan a la realidad, aun cuando sean ideas que durante mucho tiempo han sido promovidas o propugnadas por quien realiza la investigación científica.
El otro valor fundamental, en estrecha relación con los anteriores, es el valor de la humildad, ésta lleva al científico a reconocer que sus conocimientos son humanos, falibles y que no puede pretender un conocimiento absoluto, que la ciencia progresa con la identificación de los errores, que la misma posee siempre un margen de error y que su papel es disminuir ese margen permanentemente. La ciencia moderna nace con la constatación de la duda que puede afectar a todo el edificio del conocimiento humano[20].
El valor supremo de la ciencia es la búsqueda de la verdad -pero se hace necesario recalcar que es la búsqueda no la posesión-, que en última instancia debe tener como principio, camino y fin al ser humano, no en el sentido de que debe encontrar una verdad que le guste o le agrade a los seres humanos, una variedad de “antropomensura” -la verdad siempre le convendrá al ser humano como especie-, sino en el sentido de que toda su actividad ha de servir, en última instancia, para entender mejor la condición humana, el sociosistema y el ecosistema -de los cuales cada individuo es fruto, con los cuales interactúa- y en general, al cosmos en que habita y del que forma parte, todo ello encaminado a preservar su vida y la vida de la especie.
De ahí se deriva otro valor no menos importante y es el de la responsabilidad, valor que compromete al científico con la utilización de su investigación o creación. El científico no puede ser ajeno a la utilización de sus logros. Él es un científico, una forma de ser “Ser humano”. Un ser humano que en determinado momento se convierte en un representante, delegado plenipotenciario de la especie, quien con su decisión apuesta el pasado, el presente y el futuro del hombre.
Y al afirmar lo anterior vemos cómo se abre la visión de otro valor esencial para el ser humano y es la esperanza, sin la cual la vida pierde sentido, se convierte en una existencia inane, vacía, condenada al eterno presente que no tiene conciencia de que es presente. La ciencia abre las puertas para un futuro mejor, tanto a nivel personal, individual como social, más humano en donde el desarrollo integral, pluridimensional e integrado es posible. De ahí que sea necesario realizar una verdadera “ciencia con consciencia”[21]. Una ciencia que sea consciente de sus posibilidades y su dinamismo así como de sus límites.
“Los valores de la ciencia y los de la democracia son concordantes, en muchos casos indistinguibles. La ciencia y la democracia empezaron –en sus encarnaciones civilizadas- en el mismo tiempo y lugar en los siglos VII y VI a. C. en Grecia. La ciencia confiere poder a todo aquel que se tome la molestia de estudiarla (aunque sistemáticamente se ha impedido a demasiados). La ciencia prospera con el libre intercambio de ideas y ciertamente lo requiere; sus valores son antitéticos al secreto. La ciencia no posee posiciones ventajosas o privilegios especiales. Tanto la ciencia como la democracia alientan opiniones poco convencionales y un vivo debate. Ambas exigen raciocinio suficiente, argumentos coherentes, niveles rigurosos de prueba y honestidad. La ciencia es una manera de ponerles las cartas boca arriba a los que se las dan de conocedores. Es un bastión contra el misticismo, contra la superstición, contra la religión aplicada erróneamente”[22].

7. ¿Antropocentrismo?
Es claro que el hombre no es el centro del universo, como podría parecer al plantear al ser humano como valor supremo del conocimiento científico. Nicolás Copérnico, el monje polaco, a mediados del siglo XVI, se encargó de sacarnos del sueño que había durado muchos siglos. Más adelante la astronomía no solo confirmó a Copérnico sino que nos llevó más allá, por ese camino y mostró que somos habitantes de un pequeño planeta ubicado en uno de los extremos de una galaxia, cuyo nombre se debe a una antigua creencia que identificaba la galaxia en que nos hayamos con la leche derramada por la diosa Hera, esposa de Zeus.
En el siglo que terminó las pruebas fueron contundentes, ya no sólo se descubrió que vivimos en una apartada región de una galaxia que posee más estrellas que seres humanos nuestro planeta sino que existen más galaxias que estrellas en la vía láctea ¿Cómo se podría afirmar que el ser humano es el centro? Es indudable, en este sentido, tal pretensión sería absurda[23].
Pero la ciencia es antropocéntrica en una acepción distinta. No es el ser humano el centro del universo, es cierto, pero todo lo que vemos lo vemos desde nuestra perspectiva. No podemos arrancarnos nuestra propia piel y presumir que vemos como si no viéramos. En este sentido la ciencia como conocimiento elaborado por seres humanos tiene como centro al ser humano y debe estar al servicio del hombre; de ahí que también se podría afirmar que la ciencia es “andróptica”, adopta siempre la perspectiva humana, los valores humanos, tanto en su realización como en su comunicación, es conocimiento del ser humano así sea, lamentablemente en diversas ocasiones, utilizado contra el hombre.

8. Conclusión
Todo conocimiento humano parte de la condición humana y asume los valores de los seres humanos. Esto se manifiesta en conceptos, aparentemente tan alejados de las ciencias del hombre, en los que se pueden realizar análisis biológicos, químicos o físicos diversos, tales como el de “contaminación ambiental”. A pesar de los elementos que lo integran y de su misma prosapia, lleva implícita una perspectiva humana, a tal grado que James Lovelock, químico atmosférico, propugnador de la idea de la tierra como un sistema vivo que se auto regula, Gaia, afirma que es inevitable, “el concepto mismo de contaminación es antropocéntrico; (éste concepto) quizá sea incluso irrelevante en el contexto de Gaia”[24].
La ciencia es una actividad humana y no debe ambicionar más, por eso su relación con la ética y la pedagogía es profunda, consustancial. Ella expresa una forma de conocer, de ser del hombre, visto éste desde una perspectiva de la especie, de la sociedad y del individuo ¡He ahí su grandeza! ¡He ahí su valor! ¡He ahí su destino! No debe pretender más, pero tampoco menos, si quiere seguir siendo fiel a sí misma.

BIBLIOGRAFÍA
ADORNO, Teodoro; Sobre la lógica en las ciencias sociales, en MARDONES, José María, Filosofía de las ciencias humanas y sociales, Barcelona, Anthropos, 1991. p 330-347
ARENT, Hanna; La condición Humana, Barcelona, Paidós, 1993,
BRONOWSKY, Jacob; “El ascenso del Hombre”, Fondo Educativo Interamericano, Bogotá
BUNGE, Mario; La ciencia su método y su filosofía, B. Aires, Argentina, Siglo XX
CAPRA, Frijof; El Tao de la Física, Málaga, España, Sirio, 1995
ÉTICA Y EDUCACIÓN; Resolución sobre el tema valores en la enseñanza pública, 32ª Asamblea de la Conferencia Mundial de Organizaciones de Profesionales de la Enseñanza, Numeral 15. Santa Fe de Bogotá, Magisterio, 1992
HABERMAS, Ciencia y técnica como ideología, Madrid, Tecnos, 2001
HEISENBERG, Werner; La imagen de la naturaleza en la física actual, Barcelona, Orbis, 1985.
HORKHEIMER, Max; Anhelo de Justicia, Madrid, Trotta, 2001
JASPERS, Karl; La idea de Universidad, Buenos Aires, Suramericana, Sin fecha.
KUHN, Thomas; La estructura de las revoluciones científicas, México,1975
LOVELOCK, James; Gaia Una nueva visión de la vida sobre la tierra, Barcelona, Orbis, 1985
MARCUSE; El Hombre Unidimensional, Barcelona, Seix Barral, 1981
MONOD, Jacques; El azar y la necesidad, Barcelona, Orbis, 1986
MORIN, Edgar; Ciencia con conciencia, Barcelona, Ánthropos,1984
REALE Y ANTISERI, Historia del pensamiento filosófico y científico, Barcelona, Herder, 1995
SAGAN, Carl, El mundo y sus demonios, Bogotá, Planeta, 1997 Un Punto Azul Pálido. Barcelona, Planeta, 1996.
SAGAN, Carl; Cosmos, Video y libro”, Bogotá, Planeta, 1987
[2] MORIN, Edgar; La responsabilidad del investigador ante la sociedad y el hombre, en Ciencia con conciencia, Barcelona, Ánthropos, p.87
[3] BUNGE, Mario; La ciencia su método y su filosofía, B. Aires, Argentina, Siglo XX, p. 9
[4] SAGAN, Carl; Cosmos, Video y libro”, Bogotá, Planeta, 1987, Cap. 13
[5] Cfr. JASPERS, Karl; La idea de Universidad, Buenos Aires, Suramericana, Sin fecha.
[6] KUHN, Thomas; La estructura de las revoluciones científicas, México,1975
[7] Hanna Arent, afirma que “la condición humana consiste en que el hombre sea un ser condicionado para el que todo, dado o hecho por él, se convierte en una condición de su posterior existencia”. ARENT, Hanna; La condición Humana, Barcelona, Paidós, 1993, p. 166
[8] Ética y Educación; Resolución sobre el tema valores en la enseñanza pública, 32ª Asamblea de la Conferencia Mundial de Organizaciones de Profesionales de la Enseñanza, Numeral 15. Santa Fe de Bogotá, Magisterio, 1992. P.137
[9] Cfs. HEISENBERG, Werner; La imagen de la naturaleza en la física actual, Barcelona, Orbis, 1985. Así como: CAPRA, Frijof; El Tao de la Física, Málaga, España, Sirio, 1995
[10] BRONOWSKY, Jacob; “El ascenso del Hombre”, Fondo Educativo Interamericano, Bogotá, p. 353
[11] MONOD, Jacques; El azar y la necesidad, Barcelona, Orbis, 1986, p.165 (resaltado nuestro)
[12] HORKHEIMER, Max; Anhelo de Justicia, Madrid, Trotta, 2001
[13] Cfs. MARCUSE; El Hombre Unidimensional, Barcelona, Seix Barral, 1981
[14] Cfs. HABERMAS, Ciencia y técnica como ideología, Madrid, Tecnos, 2001
[15] Op. Cit. MARCUSE p. 222
[16] ADORNO, Teodoro; Sobre la lógica en las ciencias sociales, en MARDONES, José María, Filosofía de las ciencias humanas y sociales, Barcelona, Anthropos, 1991. p 330-347
[17] REALE Y ANTISERI, Historia del pensamiento filosófico y científico, Barcelona, Herder, 1995, p. 337
[18]SAGAN, Carl, El mundo y sus demonios, Bogotá, Planeta, 1997. p.27
[19] Op Cit, BRONOWSKY, P. 374. Es importante resaltar que Bornowski, al igual que Adorno y Horkheimer, era de ascendencia judía y que muchos de sus familiares murieron víctimas del nazismo precisamente allí en Auschwitz.
[20] Es necesario recordar que en el dintel de la ciencia y de la filosofía moderna está la duda metódica de René Descartes.
[21] Utilizamos aquí el nombre del libro de Edgar Morin, que recoge una serie de intervenciones de éste sobre el tema en cuestión.
[22] Op. Cit. SAGAN, Carl; “El mundo y sus demonios”, p.57
[23] Para una discusión interesante en la cual Carl Sagan refuta la idea de antropocentrismo se
puede consultar: Un Punto Azul Pálido. Barcelona, Planeta, 1996. Cap. 2, 3, 4
[24]LOVELOCK, James; Gaia Una nueva visión de la vida sobre la tierra, Barcelona, Orbis, 1985. p.130

quinta-feira, 19 de março de 2009

NEUROSOCIEDAD, NEUROÉTICA Y NEUROESTÉTICA

NEUROSOCIEDAD EN PERSPECTIVA COMPLEJA
Oscar Fernández
http://osfer.blogspot.com
osfernandezve@hotmail.com


Rosa neurótica

"El neocórtex humano es un prodigioso tejido anárquico, donde las uniones sinápticas se efectúan de manera aleatoria. Aunque está constituido por células especializadas (neuronas), el cerebro es un campo no-especializado, donde se implantan innumerables localizaciones y a través del cual se efectúan interacciones laterales. Son las interacciones anárquicas las que están en la fuente del orden central... No hay equilibrio, sino inestabilidad, tensión permanente entre estos aspectos que, al mismo tiempo que son fundamentalmente complementarios, resultan fácilmente concurrentes y antagonistas” (Edgar Morín). 1


Bar bioquímico

Neurocorteza del deseo

Dame una serotonina doble en las rocas.


Encuentro neurótico en el istmo de tu fe.


La razón es orden en la anarquía cerebral.


Recurres discontinuo

En el corto circuito de la vida.

Te entretejes en redes neuronales

Para construir matices de ideas.


En el tiempo viajero

Te pierdes cual efecto mariposa.

Profetizas un encuentro cortical.


En medio del lóbulo misionero

de la imaginación.


Anímate a decirme

Lo que ya sé.


Envuélveme con la mirada telepática

de tus sillas.


Alzheimer.


Muévete

Muéveme

a través del pasadizo

Telekinético de tu silencio.


Eres desencadenante

de sentidos

suspiros

y

luz.



Arrópame en tus dendritas

Y condúceme

A la mágica presencia de tu risa viajera.


Transmites tu impulso

me impulsas

te impulsas

haciendo de los sentidos

un sentimiento

haciendo de la percepción

una necesidad.


Me veo en el espejo sináptico

de tu alma.


Fluctúas erráticamente

en el laberinto anárquico

del pensamiento.


Te toco sin tocarte

eres el resultado armónico

de una búsqueda neuronal

Neurotoxina con azúcar

dulce veneno.



Hambre

sed
necesidad

Neuroquímica del deseo.


Delgado bucle

de interconexión amorosa

te enredas entre mis dudas

y conduces la recesividad

de mi nostalgia.


Rechazo la anestesia

de la vida

que oculta el dolor

de no tenerte.


Un segundo no es suficiente para una memoria sin memoria.


Si te encuentro

en la mirada gemela

de tus sentidos

entonces no existes

mas que en mi memoria.


A veces un recuerdo

un sueño y una historia inventada

no tienen diferencia.


Dios es un muchacho infinito

Que aprende de nuestros errores.

Psicosis efecto caótico

del espacio tiempo mental.


Psicosis mente sin reglas

Sin parámetros


En el mundo de los psicópatas (sociópatas)

El neurótico es el rey.





“Tómese tiempo (fractal) para apreciar la belleza: cuando contemple un pájaro, una flor, una puesta de sol, una madre que amamanta a su hijo, una pareja de ancianos, un autobús escolar o cualquier instantánea que considere bella, ábrales el corazón. Permita que el amor circule desde usted hasta ellos y sienta como le es devuelto. Cuanto más practique el recibir amor del entorno más energía tendrá y su vida será más profunda y digna. Hay energía y amor en todas las cosas y seres de la naturaleza. La forma en que se recibe esta energía invisible es mediante la apreciación de la belleza y la maravilla de nuestro universo”. (Complejidad ética y estética. Francisco E. González Acosta. MD .MSc) 2


La reflexión en torno a las neurociencias traspasa los espacios de la neuroanatomía, neurofisiología, neuropsicología, neuroimagenología, neuroquímica, neurología; etc. Y confluye multuversa en lo que muchos coincidimos en llamar neurofilosofía y hasta neuro paradigma, y es que ya no se trata únicamente de un interés médico y/o clínico sino que además estamos aproximándonos a una dimensión que nos habla de nosotros mismos y el como podríamos o no porque somos como somos y el porque hacemos lo que hacemos. Por todo esto nos atrevemos en este momento de hablar de la posibilidad de plantearnos una neurosociedad, en tal sentido temas en otrora sociales como la religión, la cultura, la política, y el arte se han presentado como nuevos campos de estudio ante el lente neurocientífico, y es precisamente allí donde queremos detenernos en esta aproximación. Para algunos podría esto resultar una especie de resemantización que tal vez no termine en una interpretación más diversa y compleja, sin embargo quizás encontremos aquí algo más. Por ejemplo los resultados derivados de las investigaciones derivadas de gemelos idénticos, las cuales sugieren una dimensión de la comunicación humana aún no muy claramente comprendida, así como los estudios sobre la diferenciación entre el funcionamiento del cerebro de hombres y mujeres y los estudios sobre el comportamiento del funcionamiento del mismo bajo el efecto de drogas y bajo el efecto de hormonas y neurotransmisores, nos han ayudado a entender algunos fenómenos que antes son eran un tanto extraños. En esta dimensión de reflexión resulta importante resaltar que la neurofilosofía solo es posible si se traspasa el umbral de las ciencias fragmentarias y disciplinares de carácter esencialmente mecanicista, por ello a veces encontramos centros e institutos de investigación en neurociencias, que no pasan por estas reflexiones y se dedican exclusivamente a una suerte de carpintería mental. Es a esto lo que se refiere el Físico y filósofo español Jorge Wegensberg, cuando nos habla de los científicos cocineros y los científicos poetas; creo que no es necesario aclarar a que grupo según Wegensberg pertenezco. Sin embargo aquí tampoco pretendemos hacer una defensa de la teoría, en su lugar deseamos presentar las posibles redes de interacción que nos permitan aproximarnos al multiverso de las neurociencias de un modo distinto al enciclopedismo, que comunique y construya a la vez, yendo así hacía la instauración no solo de un nuevo conocimiento sino también de una nueva forma de conocer. Uno de los temas de interés de la filosofía de todos los tiempos se refiere a la necesidad que tenemos todos los seres humanos de conocernos a nosotros mismos, este deseo y/o búsqueda es inagotable y de allí la interminable bibliografía al respecto que traspasa los límites del tiempo y que además también se halla en distintos estantes, tanto para los llamados científicos (técnicos del saber disciplinar), y para los no tan doctos que acuden a las librerías en busca de los llamados libros de autoayuda o de superación personal; sin pretender entrar en un debate sobre estas manifestaciones escriturales, resulta mínimamente destacable el expresar que no está en manos de nadie la manifestación del camino a la felicidad y mucho menos el presentarlo como el único posible, de allí que la libertad de elección está siempre a la mano, por el contrario esta diversidad se hace polivalente cuando se encuentra y entrecruza con otras realidades para conformar redes multimorfas/multiversas de interacción cognitivas, que en lugar de detenerse en el tiempo y proclamar espacios herméticos, sugieren posibles opciones de transito por una vida que en definitiva será lo que cada quien quiera que sea.

¿Tiene sentido hablar de neuroética?
“El campo de la bioética se ha dividido en múltiples sub-especialidades en las últimas décadas. En algunos casos, en términos de dominio social, como la ética clínica, la ética de la investigación y la ética de la salud pública. En otros, se ha separado en términos de metodología, como la bioética de principios, la ética de
la virtud y la ética narrativa. Sin embargo, muchas más divisiones se han creado en relación a especialidades médicas, como la ética pediátrica y psiquiátrica. Una
tendencia más reciente es identificar los sub-campos en términos de las nuevas líneas de investigación científica o tecnológica, como la ge-ética, la nanoética y
la neuroética. Tales divisiones general unaproblemática relevante dado que los problemasfundamentales de todas estas sub-especialidades sonen realidad los mismos”. (Artículo en EMBO Reports #8, S1. 2007) 3

Esas normas que regulan nuestras vidas y que no en pocas ocasiones nos asfixian y desesperan, pueden ser objeto del ojo paradigmático de las neurociencias, vistas estas más allá de la visión mecanicista que lamentablemente aún impera en dichos espacios de saber/poder. Sería interesante estudiar por ejemplo el porque bajo el efecto de las hormonas de la juventud, tendemos a ser menos respetuosos de estas normas sociales, incluso nos ayudaría además a comprender el porque tal vez las personas que aún siendo adultos mantienen un alto nivel de subversión ante las normas, actúan de ese modo cuando al resto le parece este comportamiento fuera de lugar, tal vez desde la neuroquímica o desde la neuroimagenología encontremos algunos elementos de comprensión; también sería de mucha ayuda estudiar desde las neurociencias el comportamiento delincuencial, y mucho más allá comportamientos como la Psicopatía ahora llamada sociopatía y el como esta puede representar un reflejo de esa válvula de escape que posiblemente no detona en nosotros pero sí en otros miembros de nuestra comunidad que no dejan de ser parte de lo que todos somos y que por una u otra razón no expresamos del mismo modo. ¿Serán los asesinos, por ejemplo reguladores ecológicos de la población, e incluso de nuestras perversiones? ¿Qué fenómenos neuronales pasarán en la cabeza de un/una perdedor/perdedora; de un/una ganador/ganadora; de un/una tramposo/tramposa; de un/una genio; de un ser admirado socialmente y de un rechazado. Todo esto y mucho más contribuyen en la configuración de una forma de entender desde una nueva óptica, las relaciones humanas. Incluso la forma como pensamos y abordamos los problemas que se pueden presentar en nuestras vidas, y el como desde nuestras experiencias diversas podemos resolver o no. Una ética que no nace en la calle, en la sociedad, sino que por el contrario se cruza entre nuestras neuronas y piensa antes de que nosotros actuemos, y que además nos hace creer que es la decisión proviene de nosotros, siendo nuestro yo consciente el que gobierna en esta situación. Esa ética que nos confronta con nosotros mismos a cada instante y que nos dice que lo material se crea fuera de nosotros pero también dentro y que esa interacción a veces es armónica y otras no tantas conflictiva y anárquica. ¿Cómo construir una nueva ética, si hasta nos cuesta creer en nosotros mismos y cuando juramos algo al rato estamos haciendo todo lo contrario?, bien lo decía Hegel y luego Marx y Engels, cuando nos hablaban de la naturaleza esencialmente dialéctica del ser humano y por consiguiente tremendamente contradictoria. Desde allí parten nuestros principios, nuestros acuerdos, nuestros convenios; sería interesante meter a un líder mundial que le halla declarado la guerra a un país vecino en un tomógrafo computacional y ver que ocurre en la psiquis de un genocida, sería interesante estudiar el como alguien puede por ejemplo, ordenar el lanzamiento de una bomba atómica e ir a dormir tranquilo el día siguiente, sería interesante el entender el como y el porque los seres humanos nos comportamos de una forma solos y de otra (a veces totalmente distinta) en grupos. Son tantas las dimensiones de la nueva ética que pudiéramos estudiar que estas líneas se quedan un tanto cortas. ¿Existen distinciones neurológicas entre los racistas, los misóginos, los homo fóbicos, los maltratadotes y los violadores?, ¿que ocurre en las mentes de las personas que apoyan al aborto y en las que no lo apoyan, que ocurre en el mapa neuronal de una persona que solicita que se le aplique la eutanasia, como entiende y acepta o no nuestra gente la muerte?

En relación a la farmacopea como entender el que una industria farmacéutica promueva un producto comprando revistas de investigación y pagándoles a los médicos para que éstos digan que su producto (previamente probado en niños africanos indefensos dando como resultado muchas muertes), es el mejor del mundo. Sería interesante estudiar desde la perspectiva de las neurociencias cuestiones como estas descritas previamente arriba. ¿Será que productos como el chocolate, y el vino son beneficiosos para todos nosotros?, no lo sé pero si la afirmación proviene de la empresa o de algún científico patrocinado por esta, me parece que la afirmación debe ser sometida a la duda razonable.
NEUROÉTICA A TRAVÉS DE LAS MULTIDIMENSIONES
Si comenzamos a observar a la ética de forma multidimensional, encontraremos que desde una perspectiva particular y/o individual, nos ofrece lecturas muy distintas a las que encontramos en el plano medio y/o macro de esta ética. En tal sentido podemos hallar en todas estas dimensiones elementos que pueden servir para establecer vínculos conectivos entre éstas, pero también hallamos elementos muy disímiles que merecen ser estudiados y/o analizados; a esta dimensión diversa la podríamos denominar cultura de la ética o ética cultural; el estudio de estos fenómenos culturales desde la óptica de las neurociencias, y más allá desde la visión de la neurofilosofía, podríamos denominarla neurocultura. Este nuevo enfoque podría ayudarnos a comprender el porqué por ejemplo en algunas culturas tribales los ritos iniciáticos son tan importantes y el como estos influyen de alguna forma en la manera de entender sus vidas colectivas y armónicas con la naturaleza. Por supuesto que esta relación que viaja desde de cruzarse con lo cultural urbano pues en definitiva no nos distanciamos en gran medida de nuestros parientes aborígenes, sin embargo sería de mucha utilidad el comprender que ocurre al interior de sus mentes al creer y sentir que sus vidas tiene significado a través de estas expresiones rituales. Es por ello que el aproximarnos a la comprensión de una neurocultura nos podría orientar en el camino hacia la instauración de una dinámica intersubjetiva e intercultural que nos permita el acercamiento entre seres de culturas diversas e incluso aparentemente antagónicas en algunos casos.

NEURO-LÓGICA
“…todo lo dicho es dicho por un observador…”
“Lo dicho, bajo ninguna circunstancia puede ser separado del que lo dice; no existe ningún método verificable para establecer un nexo entre las propias afirmaciones y una realidad independiente del observador cuya existencia uno a lo mejor da por sentada. Nadie puede reclamar un acceso privilegiado a una verdad o realidad externa”. (Humberto Maturana Romesín & Bernhard Pörksen. D e l S e r a l H a c e r) 4
La visión desde una perspectiva de la nueva lógica, pone en un espacio indagatorio la forma de cómo hemos organizado nuestro pensar en los últimos 2000 años, tan es así que pareciera par el ojo poco entrenado que el único sistema lógico que ha existido en la cultura occidental ha sido el de la lógica aristotélica, sin embargo no es así, por supuesto que este ha sido el sistema lógico dominante pero no el único; tenemos por ejemplo a la lógica dialéctica, hay quienes se han atrevido a hablar de trialéctica y más recientemente escuchamos términos tales como, lógica borrosa y/o difusa y lógica paraconsistente; por supuesto que a todo esto debemos añadir a las relaciones lógicas derivadas de la inteligencia artificial que si bien al comienzo partían de la misma lógica binaria de ceros y unos hoy creemos ha avanzado a algunos modelos que ayudados por elementos teóricos como la teoría del caos, la de las catástrofes, la de redes neuronales, etc.; han contribuido en el enriquecimiento de nuestra forma de entender los procesos mentales. Si hay algo que debemos tener claro, es que no todos pensamos igual, así como a todos no nos interesan las mismas cosas ni vemos al mundo del mismo color, también es cierto que los procesos mentales que nos llevan a tomar decisiones no ocurren en nuestro interior del mismo modo, y si bien la experiencia tiene una importante responsabilidad en todo esto, la forma como nuestras neuronas se asocian ye el tipo de ejercitación que le demos a nuestro sistema nervioso no deja de tener un peso importante en todo esto. Toda esta reflexión nos llama a preguntarnos acerca de la naturaleza de lo que llamamos lógico e ilógico, acerca de condición de esas mentes que llamamos geniales e incluso sobre aquellas que denominamos fuera de toda razón o dementes. ¿Que separa a un genio de un enfermo mental psicótico? ¿Por qué los autistas genios son tan hábiles con determinadas tareas y a la vez tan inútiles con cuestiones tan elementales para el resto de los mortales de este planeta?; ¿Cómo una condición tan especial como la sinestesia, puede estimular creaciones artísticas extraordinarias, e incluso ser generadora de tremendos avances en otros campos del saber? Por que hay personas que entienden algunos fenómenos de forma más rápida e incluso a veces pareciera que ya lo supieran sin haberlo visto, ¿Cuáles son los límites de la mente humana?, ¿Cómo podemos ver personas que son capaces de soportar condiciones de gran stress físico y/o climático y otros (la mayoría) no? Todas estas preguntas han pasado por los consultorios de sicólogos, psiquiatras y psicoanalistas a través de los últimos años y aún no tenemos respuestas plenamente satisfactorias; tal vez sea por que la /las respuesta/respuestas, no aparecerá en una dimensión de comprensión que culturalmente hallamos aceptado, y probablemente no debemos comenzar a leer el libro por la primera página sino por el final o por el medio o por una página o línea aleatoria; o quizás en definitiva debemos olvidarnos de los libros y comenzar una nueva historia sin estos. Para Maturana sería algo así como reconocer nuestra existencia de observador/observado y el como desde esta perspectiva hacemos nuestra realidad y nuestra percepción de la misma. Todo esto nos lleva al multiverso de la percepción, dado que esta dependerá de nuestra experiencia, e incluso de nuestra anatomía y nuestra fisiología, en tal sentido el mundo para un daltónico, un deficiente visual, un miope-astigmático, una persona discapacitada visual, etc.; no será igual; e incluso entre personas con condiciones similares también hallaremos entre ellos diferencias preceptúales, que nos hablarán de mundos diversos. Incluso estas cuestiones de la percepción las podemos encontrar en cuestiones tan elementales como la distinción de los colores, por ejemplo: casi todos podemos distinguir entre el verde y el azul, pero cuando nos aproximamos a colores intermedios, algunos lo llaman verde, otros azul y otros verde azulado o azul verdoso, es allí precisamente, entre las interacciones tremendamente mezcladas, o también podríamos decir que en los espacios intermedios o de transición hallamos la mayoría de los fenómenos que aún no sabemos claramente como explicar, y deberíamos comenzar por preguntarnos a nosotros mismos ¿si la explicación contingente como la conocemos, tiene realmente sentido en estas dimensiones perceptivo-cognitivas?.

NEUROESTÉTICA

“¡De lo irreal, llévame a lo real!
¡De la oscuridad, llévame a la luz!
¡De la muerte, llévame a la inmortalidad!”
(Brihad-aranyaka Upanishad) 5


“Las cestas de pescar se emplean para coger peces pero una vez conseguido el pez, el hombre se olvida de las cestas. Las trampas se emplean para atrapar liebres, pero una vez cogidas las liebres, los hombres se olvidan de las trampas. Las palabras se emplean para expresar ideas, pero una vez transmitidas las ideas. Los hombres olvidan las palabras”. (Fritjof Capra. El Tao de la Física) 6

La belleza siempre ha sido un tema de discusión ya resulta un tanto trillado hablar de la visión de la belleza según la cultura, las creencias, la condición socioeconómica, el sexo, la edad, etc. Sin embargo esa belleza siempre pasará primero por nuestros sentidos y luego por nuestra razón. Somos constructores y destructores de armonías a la vez. A veces creemos que lo bueno habita en nosotros otras, no muy pocas creemos todo lo contrario. De allí venimos y hacia allá vamos, en la extraña y a la vez seductora lógica espirílica que llamamos vida. Y aunque para algunos suene superficialidad, todos buscamos de una u otra forma la belleza; esta se puede vestir de pagana, mundana,
artísta, moda o adoradora del Dios Eros, y sin embargo no deja de ser la misma búsqueda. La belleza es una y somos todos, la belleza es fluctuante y a la vez perpetua
de allí que cambia para volver con otro nombre y con un mismo nombre nos transforma a todos. Somos herederos de una ética universal que nos es estática y que nos reconstruye a través de sus formas, gestos, sonidos, sabores, colores, aromas y caricias; en un intento de descifrar la poesía de la vida y que a veces parece trivial
y otras trascendente.
Hablar de neuroestética, va más allá de cualquier resemantización posible, se trata de una aproximación meta paradigmática de la vida que hasta la fecha ha sido fracturada desde la lógica occidental, colocando por un lado a la razón y el sentir por el otro; e el pensar por un lado y el hacer por el otro; haciendo de este modo que la estética sea vista como un ente decorativo del que hacer humano y no como realmente lo es. El centro de la vida. En este sentido la neuroestética no solo es un experimento es una invitación a entrecruzar pasión, amor y pensar que vincula la experiencia casi mística derivada de las interacciones neuronales con la magia poética del arte. Arte que habla a través de los sentidos, sentidos que nos hablan de percepción; percepción que se siente, sentimiento que se puede estudiar y se puede pensar; pensamiento que navega a través de los universos del sub y para consciente, interacción que es y somos todos, interacción que es vida. Aquí se concentran por ejemplo los estudios sobre la creatividad, sobre la complejidad imaginativa, sobre el intercambio artista obra y sobre la obra y el espectador expectante. ¿Qué ocurre en nuestra psiquis cuando hacemos o contemplamos una obra de arte? ¿Qué buscamos en el arte? ¿Qué hallamos en el arte? ¿Es la neurociencia un arte? ¿Es el arte una neurociencia? ¿Qué hace de una idea un pensar? ¿Qué hace de una idea un sentir? ¿Qué hace de una idea una idea?


“El cuerpo ya no ve ni oye el mundo real, sino que percibe la WWW. Un cuerpo parásito que se mueve y responde ópticamente a un espectro sensorial externo y expandido”. (Stelarc, citado Por Mayte Aguilar en Ontología Cyborg) 7

Lo cibernético también es neurológico, neurocientífico, y neurocognitivo, por ello el caber arte es también neuroarte, en esta necesaria travesía hallamos el hombre que se cruza místicamente a través de los bits del ciberespacio buscando espacios que preconizan un nuevo orden espiritual y relacional.


La Cyber Lógica y la Cyber Ética

Las razones que cimentaban el orden y el funcionamiento de nuestro mundo clásico, se han visto perturbadas por una nueva lógica fluctuante, aleatoria, cuasi-caótica y en tal sentido difícilmente predecible. La cyber lógica se halla consustanciada con una nueva lógica llamada lógica difusa o lógica polivalente, en la cual el clásico razonamiento basado en "si y no" es atravesado y superado por infinitos espacios intermedios entre las distintas categorías de "si" y "no".

En consecuencia las posibilidades de respuesta ante un determinado problema se multiplican y además de todo esto se hacen inseguras, inciertas, surge de este modo una nueva concepción del mundo y de las cosas fundada en la incertidumbre. De aquí el principio de incertidumbre del Heisemberg el cual nos abre los ojos ante la perspectiva de un universo azaroso y multifactorial. En torno a la cyber ética y la cyber estética, Denise Najmanovich nos aproxima cuando nos habla de la multidimencionalidad de la experiencia, en la cual las experiencias interactivas(cibernéticas) se suman a las experiencias de la vida de cada quien y arman una especie de Pastiche el cual es posteriormente interpretado por nuestra neocorteza, generando de este modo una visión (cosmovisión) del mundo, la cual es propia de cada individuo y es aquí donde el loco, el poeta, el asesino, el sicópata, el amante, el estudiante, el morboso, etc, se encuentran en un cyber café uno al lado del otro y se dan la mano y en otra visión, aun mas relativa de la ética, nos encontramos con un mismo sujeto transformándose en cada uno de los estereotipos antescitados a través del pestañeo de un clic.

CYBER ARTE.-
"En el corazón de esta video cultura siempre hay una pantalla, pero no forzosamente una mirada". (Juan Baudrillad) 8
*** Si ya resulta difícil entender la cybercultura por su condición de atemporalidad y aespacialidad, más aún resulta entender el arte cuyo lenguaje "Metafórico", aleatoriza en mayor grado las capacidades de comprensión humanas influenciadas por el paradigma Cartesiano-Newtoniano de naturaleza mecanicista. Sin embargo, en el paradigma video-cultural observamos las siguientes ideas fuerza:
· "Las hiperrealidades mediáticas definen una nueva sensibilidad".
· "La heterogeneidad, la discontinuidad, la fragmentación, la simulación, la diferenciación, la simultaneidad, el pastiche, el bridollage, y lo aleatorio, etc. condensan toda una suerte de matriz mutagénica que afecta todos los ámbitos, en especial la ciencia y la cultura".
· "El paradigma video-cultural reconfigura la imagen que tenemos de: arte, ciencia, tecnología, hombre, espacio, tiempo, materia, realidad, verdad, ética, etc".
· "Cuando hablan todos los sentidos a la vez se materializan imágenes aleatoriamente, estructurando lazos virtuales que se entretejen discontinuamente en el callejón de la experiencia".
· "El hipertexto cibernético se lee y relee a sí mismo creando nuevas formas de escritura y nuevos estamentos interpretativos".
· "Las relaciones humanas se transhumanizan y se almacenan en bits, para crear de este modo mentes inmortales sin cuerpos".
· "En el arte digital el tiempo se eterniza y la posibilidad de acabar una obra se reduce a nada, en tal sentido, toda obra artística es inacabada y todo trabajo creador es un proceso en continua construcción, haciendo de las relaciones generadas en el interior de la misma, sistemas atemporales, aespaciales y colectivos, de esta forma, la originalidad en la creación cibercultural se disipa".
· "La nueva gramática digital hace de la realidad virtual un nuevo camino de decisiones
pluridimensionales que atrapa las redes neuronales en nuevas interconexiones decodificando su lenguaje binario en imágenes confusas perdidas entre lo físico y lo virtual. Estableciendo de este modo una nueva lógica, un nuevo pensamiento". "El cyber Pensamiento".

· "El mundo es un caleidoscopio, la lógica la pone el hombre. El supremo arte es el azar". (Miguel de Unamuno) 9
CIENCIA Y ARTE.-
*** El arte como expresión de la cultura y la cultura como expresión del hombre, hacen de la vida un continuo ir y venir plural y heterogéneo. En consecuencia el pensamiento hecho arte se apodera de elementos interconectados y fluctuantes los cuales transforman de manera cambiante nuestra visión personal. Para BERTALANFFY:"La realidad es una interacción entre el conocedor y lo conocido, dependiente de múltiples
factores de naturaleza biológica, psicológica, cultural, lingüística, etc."10. Las limitaciones corpóreas, en especial las neuronales hacen del conocimiento un entramado subjetivo que permite a través de la interpretación codificar/decodificar algo que por mas que se quiera no existe. Para NIETZCHE: "el mundo es apariencia"11. El arte como pensamiento permite reunir sistemas de ideas los cuales a pesar de ser en
muchos casos puntos de fuerza enfrentados, no dejan de poseer un cierto espíritu sinérgico/armónico que les permite cohabitar el mismo nicho y en consecuencia permiten crear /recrear un nuevo horizonte de tolerancia. Si por lo consiguiente ha de ser vista la ciencia como una ficcionalización de mundo, entonces resulta mas satisfactorio(por lo menos desde el punto de vista emocional) observar al caos que representa la ciencia inscrito dentro de una filosofía que permita a éste ser pensado como ciencia y como arte.




NEUROTEOLOGÍA
No existe algo llamado verdad objetiva. Nosotros mismos hacemos nuestra
propia verdad. No existe una realidad objetiva. Nosotros hacemos nuestra
propia realidad. Hay caminos de conocimiento espiritual, místico
o interior que son superiores a nuestros caminos de conocimiento ordinarios. Si una experiencia parece real, lo es. Si una idea parece correcta, lo es. Somos incapaces de adquirir conocimiento de la verdadera
naturaleza de la realidad. La propia ciencia es irracional o mística.
No es más que otra fe o sistema de creencia o mito, sin más justificación
que cualquier otra. No importa que las creencias sean ciertas o no, siempre
que sean significativas para uno. Un resumen de creencias de la Nueva Era, de 12

El debate entorno el elemento mágico religioso es diverso; sin embargo los estudiosos de los fenómenos de la mente que se han abocado a este tema se han centrado en el tema de los llamados estados alterados de conciencia., desde allí tenemos algunos estudios que intentan explicar lo que ocurre en las mentes de personas que meditan, oran, danzan o ingieren alguna sustancia que los induce a dicho estado. En los últimos años algunos han denominado a este campo de estudios, neuroteología.
Las experiencias mágico-religiosas han existido en nuestras culturas desde sus inicios y si bien es cierto que la sociedad se he transformado, también ha transformado sus creencias y las ha trasladado en muchos casos a las ciencias, desde allí que muchos científicos (en especial los físicos teóricos), son hoy día los garúes de esta nueva era, nueva dimensión de la sociedad actual. Entendemos que el ser humano por su naturaleza espiritual necesita de creer en algo y/o en alguien, pero la fe ciega en este algo o en este alguien nos puede conducir a caminos equivocados, ejemplo catastrófico de esto lo podemos observar en la persecución herejeática de la edad media., todavía estamos pagando las consecuencias de la oreja de Galileo. Y la casería de brujas no concluye aquí, lo único que ahora tal vez no se habla de la religión tal o cual (incluso también se habla), ahora oímos y vemos esta persecución en lo científico, en lo político, en lo tecnológico, y en cultural, pues para muchos el comportamiento humano debe seguir si se quiere un cierto patrón dogmático de aptitudes y actitudes regulares, durante toda la vida.

La sorpresa de algunos frente a algunos fenómenos paranormales es el resultado del tabú que se ha sembrado en el común de la gente y que de algún modo deja este campo a pequeños grupos que rompen con ese paradigma de limitaciones y restricciones ético/culturales, tal vez al adentrarnos en estos temas, comiencen a llamarnos especuladores pero incluso la ciencia más escéptica parte de dicha especulación. Encontramos por ejemplo en las personas que a través de algunas sustancias tales como el LSD (ácido lisérgico) o el opio (incluyendo sus derivados Morfina, heroína, etc.) Lo que estas personas experimentan se traduce de algún modo en una suerte de hipersensibilización de todos los sentidos e incluso el avivamiento de otros que en condiciones normales tales como el oír voces o el sentir o ver cosas que normalmente no se sienten o ven; incluso fenómenos como los viajes astrales, la telequinesia, y la clarividencia entre otros, son manifestaciones que en algunos casos han sido tremendamente estudiados desde las neurociencias y hasta la fecha han generado apreciaciones e interpretaciones diversas en los conocedores que desde a ciencia establecida se han atrevido a adentrarse en estos temas. Desde mi apreciación particular no veo mayor problema, más que el simple hecho de que en el mundo y en el universo todavía no tenemos ni tendremos todos los elementos en las manos, por otro lado también resulta muy importante destacar que la humanidad reclama otra/otras forma/formas de ser vista y estudiada, sin prepotencia, sin ambiciones de dominio sino por el contrario en aceptación de las limitaciones que como seres física y espacio/temporalmente condicionados tenemos. Por ello la aproximación a la(s) realidad(es) es si será siempre eso y nada más.

NEUROSOCIALISMO
*** En el neurosocialismo encontramos la satisfacción colectiva vinculada a la interacción neuroquímica de ciertas sustancias neurotransmisoras las cuales se liberan bajo la acción de un estímulo, el cual puede o no ser ambiental; si este es ambiental puede este ser la conexión entre eco y neurosocialismo. El neurosocialismo va
desde nuestros más íntimos deseos hasta nuestra vida espiritual, de allí que también podamos hablar de neuroteología:
“…Se ha ido comprobando que la meditación y la plegaria provocan variaciones importantes en datos fisiológicos como las ondas cerebrales, los ritmos cardiaco y respiratorio, y el consumo de oxígeno. Se ha mostrado que la estructura del cerebro no es tan estática como se pensaba. El cerebro, así lo manifiestan los estudios recientes, cambia constantemente. Su estructura y función se modifican con relación al comportamiento humano, amoldándose. La meditación de un monje budista, o la plegaria de una religiosa católica, tienen unas repercusiones físicas en el cerebro, en concreto, en los lóbulos prefrontales, que provocan el sentido de unidad
con el cosmos que experimenta el monje, o de proximidad a Dios que siente la monja franciscana. Estas experiencias —sensaciones que trascienden del mero plano individual— nacen de un hecho neurológico: la actividad de los lóbulos prefrontales del cerebro. Esta parte del cerebro corresponde a la capacidad de concentración, de perseverancia, de disfrutar, de pensar abstractamente, de fuerza de voluntad y del sentido del humor y, en último término, de la integración armónica del yo.”13 (Algunas reflexiones sobre la Neuroteología: http://www.sedase.net/ArticlesEstudi/sobre_neuroteologia.htm)

Por todo esto vemos que desde esta perspectiva la posibilidad de un neurosocialismo está más que viva, pues la experiencia mágico-religiosa nos congrega a todos, y se conecta con nuestro mundo ancestral, de tal forma que desde allí también sea enlaza con el ecosocialismo.En el neurosocialismo encontramos las siguientes ideas fuerza:
* Replanteamiento de la visión del tiempo como tiempo mental.
* Entender un poco mas la sincronicidad asociada al ritmo circadiano, y esta con la visión de individuo y colectivo.
* Entender la lógica de los sentidos y la percepción.
* Entender la lógica hormonal.
* Entender la lógica de las sustancias estimulantes prohibidas o no.
* Entender el lenguaje y la vinculación de este con la cultura y con nuestros sistemas de comprensión del mundo/universo que nos circunda.
* Entender la lógica asociada a la intuición y el como esta puede o no, ser inducida por algunas neuroquímicas, neurofísicas e incluso por la neurogenética.
* Entender la vida como proceso en continuo crecimiento y autoconstrucción que se auto corrige y genera sus propios sistemas de bifurcación y transformación.
En fin esta aventura pluriparadigmática apenas comienza y esto es solo un intento recursivo de aproximación.

REFERENCIAS CITADAS
1 Entrevista a Edgar Morin, Organizada por el diario francés Le Monde Enero de 2008. La política de civilización no debe estar hipnotizada por el crecimiento
2 Complejidad ética y estética. Francisco E. González Acosta. MD .MSc)
http://encolombia.com/medicina/neumologia/neumologia16304-complejidad.htm
3 (Artículo en EMBO Reports #8, S1. 2007)
4 HUMBERTO Maturana Romesin BERNHARD Pörksen. Del ser al hacer. Los orígenes de la biología del conocer. Comunicaciones noreste ltda. Sanitgo de Chile 2004
5, 6 Fritjof Capra. El tao de la Física. Editorial Sirio SA. Chile 2004.
7 Ontología Cyborg. Teresa Mayte Aguilar. Editorial Gedisa, Barcelona, 2008.
8, 9, 10, 11, 13 Oscar Fernández. Bioética, Bioestética, Complejidad…Salud y desarrollo social. Mérida Venezuela.
12 THEODORE SHICK, Jr., y LEWIS VAUGHN, How to Think About Weird Things:Critical Thinking for a New Age (Mountain View, CA;
Mayfield Publishing Company, 1995.

WEBGRAFÍA DE AUTOR
Teoría Sociosemiótica De La Tecnología Biológica:
http://www.ucm.es/info/nomadas/5/ofdz.htm

Teoría Meta Compleja el Pensamiento Biológico:
http://www.uvmnet.edu/investigacion/episteme/numero8y906/colaboracion/a_teoria.asp
Biología el Arte de la Vida:
http://elbuho.aafi.es/oscar.pdf

terça-feira, 17 de março de 2009

ÉTICA EN MARX Y EN EL MARXISMO

La ética de Marx y del marxismo
Por: Justo Soto Castellanos
(Profesor en la Universidad Bolivariana de Venezuela, sección Táchira, Venezuela, miembro de la Red Universitaria "Simón Rodríguez" jusoc_1@hotmail.com)

“Pues Marx era, ante todo, un revolucionario, cooperar de este o del otro modo, en el derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno a quien él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida”.
Federico Engels[1]

Los griegos llamaban a la verdad alétheia (a-lhteia), literalmente “des-cubrir”, “des-ocultar”, “de-velar”, “correr el velo” y eso fue lo que realizaron, en alguna medida, filósofos como Karl Marx (1813 - 1883) y Friederich Nietzsche (1844 -1900), quienes, de una parte, mostraron que las ideas morales y éticas, y de ahí las ideas sobre la “vida buena”, euzoia, la “buena acción”, eupraxia, “la felicidad”, eudemonía, dependen de las condiciones históricas, sociales, económicas y de relaciones de poder de los sujetos que actúan; y de otra parte, que los valores, hasta ahora propuestos, se han olvidado de lo más fundamental: la vida terrena del hombre.
Ya Hegel había concebido a la dialéctica como marco general de su propuesta filosófica, el regalo de sus amigos idealistas que sería la llave que abriría todas las puertas de todo cuanto existe tanto en el plano del espíritu como en el mundo de la naturaleza así como del mundo del ser humano y su historia[2]. De esta forma, y a través de las afirmaciones, de las negaciones y superaciones de éstas, expresadas en el casi intraducible ”aufheben”, las oposiciones complementarias se suceden llevando cada momento dentro de sí la afirmación de lo que se es y la negación de eso mismo que se es, es decir, la afirmación y la negación, así como la negación de la negación en un proceso interminable que penetra y hace posible la historia humana en donde la oposición y lucha de contrarios mueve la historia, en virtud de lo cual ésta es fundamentalmente dialéctica.
Karl Marx, quien nace en Tréveris el 5 de mayo 1818 y fallece en Londres el 14 de marzo 1883, encuentra válido el método de Hegel y tras una puesta a punto consistente en una inversión, que ya no parte como en Hegel de la “Idea”, del “Espíritu Absoluto” sino que parte de la realidad concreta, de la realidad material para entender de una forma radical el problema del hombre, el cual está dado por los mismos hombres quienes en sus relaciones sociales establecen formas de interactuar que los condiciona y que no dependen en su integridad de la voluntad de cada uno de ellos, y que se conforman, en lo que de una manera genérica podríamos llamar el mundo económico, que explica, en última instancia, las condiciones individuales y sociales de los hombres así como su ser en el mundo.
Marx, siendo absolutamente fiel a la idea de método científico, así como a la integración de la dialéctica, realiza un análisis que encuentra las causas últimas del padecimiento humano en las condiciones materiales concretas de la existencia humana, sin embargo, a pesar de la cientificidad de su estudio, es más, podríamos afirmar que gracias a él, Karl Marx parte de un profundo compromiso ético con la humanidad que permea todo su trabajo, el cual, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos, es la realización de una ética concreta expresada de una forma científica, a la altura de sus tiempos.
Lo afirmado anteriormente, es necesario hacerlo expreso ya que algunos intérpretes, orientados por un supuesto prurito de cientificidad y objetividad, entre los que se encuentran afectos él así como algunos de sus detractores, no han visto este punto, a nuestro juicio fundamental, el cual está como “principio”, es decir, está al inicio, es lo primero, de su actividad teórico-práctica e impregna todo su planteamiento, siendo a la vez, dialécticamente, producto y productor del mismo.
Lo anterior se hace manifiesto desde los más tempranos escritos; véase por ejemplo cuando terminaba el bachillerato, apenas estaba superando la adolescencia y se disponía a elegir la carrera que marcaría su vida y la de muchos otros seres humanos, no solo de su tiempo sino de tiempos posteriores, en el siglo XX y en el que hoy vivimos el siglo XXI; y no solo de su reducido espacio geográfico, de su natal Tréveris, en aquellos tiempos tenía una población estimada de unos 12 000 habitantes[3], sino del mundo entero. En estos escritos hace manifiesto el interés que lo orientaba, el cual era el bienestar y la felicidad del género humano así como la disposición que tenía, la cual no lo abandonó durante toda su vida, en la que puso al servicio de la humanidad entera, especialmente de la clase más explotada, el proletariado, toda su capacidad para entender las causas de su situación y proponer salidas prácticas a los problemas planteados por la realidad una y múltiple, haciendo válido aquello que “no hay nada más práctico que una buena teoría”, ya que ella surge del diálogo con la realidad y ella prevé las condiciones reales de convertirse en acción transformadora de la realidad.
En aquellos días decía: “la historia sólo considera grandes a aquellas personas que, trabajando a favor de la colectividad, se han ennoblecido a sí mismas; la experiencia histórica nos demuestra que se es tanto más feliz cuanto mayor felicidad se proporciona a los demás; la misma religión nos enseña que el ideal, que todos tenemos por modelo se sacrificó por el bien de la humanidad, y nadie se ha atrevido a rebatir este argumento. Si elegimos una profesión en la que podamos trabajar al máximo por los demás, ni siquiera las penas, por duras que sean, lograrán apartarnos de nuestro camino si pensamos que nuestro sacrificio es por el bien de todos. No disfrutaremos entonces de una alegría pobre, limitada y egoísta, sino que sentiremos que nuestra suerte está ligada a millones de personas y nuestros actos fermentarán silenciosamente, seguirán siendo activos eternamente y nuestras cenizas serán regadas por lágrimas ardientes de todas las personas nobles” [4].
Pero esto, que se podría decir que no es más que la manifestación del interés de un joven de 17 años, que busca una nota en el contexto del final de los estudios secundarios, se hace nuevamente manifiesto en los días, que algunos han denominado de madurez, en los que preparaba su gran obra, “El Capital”; obra que va mucho más allá de la economía, la sociología, la historia y llega a rescatar la filosofía en uno de los sentidos más profundos.
En una carta dirigida a su gran amigo y colaborador F. Engels, le decía: “Si es cierto que dedico gran parte del tiempo a la preparación del Congreso de Ginebra, no puedo ni quiero ir allá, pues me es imposible interrumpir mi trabajo durante tanto tiempo. Creo que con este trabajo estoy haciendo algo mucho más importante a favor de la clase obrera que todo cuanto podría hacer personalmente en cualquier congreso”[5].
Este texto, además de demostrar el compromiso profundamente ético de Marx, de paso sirve para hacer presente la función que, contrario a lo que muchos amigos y enemigos supusieron, nuestro pensador le da al trabajo teórico, el cual es parte fundamental y fundamentante del conjunto del trabajo de liberación de la humanidad y más específicamente de la liberación de la clase proletaria. Este texto sirve para mostrar cómo Marx estaba muy lejos del pragmatismo ciego e irreflexivo al cual muchos han querido reducir la doctrina de este pensador.
Por último, en este sentido, es decir, en el sentido de la inspiración ética que está a la base y condiciona la expresión filosófico-científica de Marx, traemos a colación una carta a S. Meyer, fechada el 30 de abril 1867, cuando tras una crisis severa de salud y en unas condiciones económicas precarias, reitera su profunda entrega ética a la humanidad y en concreto a la clase, que a su juicio, representa el futuro de ésta, ya que se encargará de liberar a la humanidad de la sempiterna explotación y de la lucha de clases.
El compromiso se expresa en su trabajo teórico que asume como un sacrificio aun a costa de su familia, de su salud y de su propia felicidad. En el mismo texto resalta no sólo el trabajo teórico, el cual es una especie de praxis y, además, se burla de los llamados prácticos y de su de sapiencia. Allí afirma: “¿Que por qué nunca le contesté? Porque estuve rondando constantemente el borde de la tumba. Por eso tenía que emplear todo momento en que era capaz de trabajar para poder terminar el trabajo al cual he sacrificado mi salud, mi felicidad en la vida y mi familia. Espero que esa explicación no requiera más detalles. Me río de los llamados hombres prácticos y de su sabiduría. Si uno resolviera ser un buey, podría, desde luego, dar las espaldas a las agonías de la humanidad y mirar por su propio pellejo. Pero yo me habría considerado realmente “impráctico” si no hubiese terminado por completo mi libro; por lo menos en borrador”[6].
Marx considera que su reflexión crítica no es un asunto sólo teórico, en el sentido que tiene esta palabra en griego de “contemplar”, “mirar”. La teoría crítica, es decir la filosofía crítica, es un instrumento, un arma que sirve a la liberación humana y esto se produce cuando la teoría crítica impregna a las masas y simultáneamente podríamos decir que las masas impregnan la teoría crítica, la filosofía, proporcionándole su profundo sentido ético que sirve de base, camino y fin del actuar liberador.
En un texto de 1843, cuando emprendía la crítica a la filosofía del derecho de Hegel afirmaba: “Es cierto que el arma de la crítica no puede substituir a la crítica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse por medio del poder material; pero también la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas… Así como la filosofía encuentra en el proletariado sus armas materiales el proletariado encuentra en la filosofía sus armas espirituales”[7].
Marx, en su estudio de la condición humana, del sufrimiento de los seres humanos, busca partir no de una abstracción, es decir, de algo desligado, separado de la realidad específica humana y por esto fija sus ojos en la realidad concreta, la cual se expresa en el tiempo-espacio de la historia de las sociedades y de los individuos humanos, de donde se pueden colegir principios de lo que podríamos denominar de “abstracciones concretas”, los cuales están dados por las relaciones sociales de producción de los bienes y servicios que se dan en una sociedad. Allí los seres humanos se interretrorelacionan mediante las formas de intercambio de los medios materiales y espirituales de vida que forman, conforman, reforman y transforman las sociedades, a eso llama Marx “materialismo histórico”; expresión que no tiene nada que ver con una burda y pragmática concepción que pretende reducir, a una especie de emanacionismo ciego, mecánico, todos los productos del espíritu, incluida la ética; que posee una concepción de la materia burda e informe, y que hoy, viendo la aceptación de las ideas de Marx, la cual es lugar común en las diversas corrientes de pensamiento que abordan el estudio de la sociedad y del hombre, podríamos denominar “realismo”.
“La concepción materialista de la historia parte del principio de que la producción y, junto con ella, el intercambio de sus productos constituyen la base de todo el orden social; que en toda sociedad que se presenta en la historia la distribución de los productos y, con ella, la articulación social en clases o estamentos, se orienta por lo que se produce y por cómo se produce, así como por el modo cómo se intercambia lo producido. Según esto, las causas últimas de todas las modificaciones sociales y las subversiones políticas no deben buscarse en las cabezas de los hombres, en su creciente comprensión de la verdad y la justicia eternas, sino en las transformaciones de los modos de producción y de intercambio; no hay que buscarlas en la filosofía, sino en la economía de las épocas de que se trate”[8].
El afán de Marx por encontrar el fundamento último de la problemática humana lo lleva a realizar una crítica profunda y radical a la filosofía precedente, especialmente a la denominada filosofía clásica alemana, específicamente a la filosofía de Hegel que, partiendo de una teología descendente, veía en la realidad la concreción del absoluto mismo y así como en teología lo primero es el absoluto, en las demás formas del pensar humano incluida la ética, sintetizado en lo que se ha denominado ideología, se partía de abstracciones absolutas y absolutizantes que desconocían al ser humano de carne y hueso, concreto, que gime, que sufre, que es víctima explotada, atrapado en las relaciones sociales de producción y que en la interrelación que ellas producen conforma sus ideas éticas, políticas, jurídicas, religiosas, económicas, es decir, su conciencia.
“Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana, que desciende del cielo sobre la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de lo que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aquí', al hombre de carne y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y, arrancando de su proceso de vida real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este proceso de vida. También las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empíricamente registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y su intercambio material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la conciencia como del individuo viviente; desde el segundo punto de vista, que es el que corresponde a la vida real, se parte del mismo individuo real viviente y se considera la conciencia solamente como su conciencia”[9].
Pero estas constataciones se hacen similares a las que realiza un médico, el cual parte de la sintomatología que se presenta en un paciente para luego, mediante un ejercicio reflexivo, emitir un diagnóstico del cual depende la prognosis que establece el posible curso de la patología, así como la terapéutica, es decir, el posterior tratamiento que se administre al paciente en busca de su recuperación. En este sentido, como lo percibe cualquier paciente, del adecuado diagnóstico depende la vida del paciente. En el caso concreto, Marx encuentra que en la historia humana, debido a lo anterior, siempre se ha presentado lucha de clases y ésta ha adquirido diversas formas, algunas muy explícitas y contundentes, duras, violentas, otras, soterradas, tácitas, disimuladas, blandas. La lucha de clases no ha adquirido una sola forma y ésta no excluye la relación de comprensión y hasta de camaradería entre los individuos de diversas clases. Siempre estas luchas han llevado a la destrucción de una forma de sociedad y al surgimiento de una nueva.
“La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases.
Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra, opresores y oprimidos, estuvieron en constante oposición unos contra otros y libraron una lucha sin tregua unas veces disimulada y otras veces abierta que terminó siempre con una transformación revolucionaria de la sociedad entera o con la destrucción común de las clases en lucha... la sociedad burguesa moderna, surgida del derrumbamiento de la sociedad feudal, no abolió las oposiciones de clases., no hizo más que sustituir las antiguas por nuevas clases, por nuevas condiciones de opresión y por nuevas formas de lucha”[10].
Sin embargo, en la época que él vive se presenta, como en todas las épocas, una síntesis de la historia precedente y a pesar de que habían más clases sociales, la oposición irreductible que marca la historia se presenta, a su juicio, entre burgueses, una pequeña minoría poseedora de los medios de producción, y proletarios, cuya única propiedad es su fuerza de trabajo, la cual se vende en la sociedad capitalista como una mercancía más que obedece, como toda mercancía, a las leyes del mercado. “Pero nuestra época, la época de la burguesía, y en esto de particular: que ha simplificado las oposiciones de clase. Cada vez más la sociedad entera se divide en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases diametralmente opuestas la una a la otra: la burguesía y el proletariado”[11].
Y si el diagnóstico, basado en la fenomenología de la historia, en la sintomatología, presenta que toda la historia, más precisamente, la “prehistoria” humana no es más que lucha de clases, la terapéutica, es decir, la cura, que pasa por la lucha, no se realiza para quedarse en ella sino para superarla, para buscar una solución que sirva para eliminar definitivamente la patología congénita que presenta la historia de la sociedad en su conjunto. Es así que encuentra Marx que debido al desarrollo de la sociedad, de sus relaciones productivas, la liberación del proletariado traerá como consecuencia la liberación de toda la especie humana y el comienzo de la verdadera historia, si entendemos por tal, la realización y el registro de la libertad humana a nivel individual, social y de la especie.
En el Manifiesto del Partido Comunista Marx afirma: “Toda la historia, ha sido la de la explotación, la de la opresión y de lucha de clases, pero esta lucha ha llegado actualmente a una fase en la que la clase explotada y oprimida (el proletariado) no puede ya librarse de la clase que le explota y oprime (la burguesía) sin liberar al mismo tiempo y para siempre a la sociedad entera de la explotación, de la opresión y de la lucha de clases”[12].
En ese sentido, en la nueva sociedad, surgida de la lucha multifacética y pluridimensional de la sociedad capitalista, se dará el reino de la verdadera libertad, no sólo la libertad de unos pocos, como en la sociedad capitalista sino el reino de la libertad de todos, quienes pondrán la sociedad al servicio de todos los individuos, los cuales, dicho sea de paso, son individuos sociales que encuentran su realización plena en la sociedad, en la “comunidad”, es decir, en “común unidad” con los otros individuos sociales. En ese sentido, se estaría hablando, en la nueva sociedad, de la realización de la ética, la cual tiene como presupuesto medio y fin, la libertad humana en los distintos niveles.
Al superar la lucha de clases, e iniciar la verdadera historia humana, profundamente ética, el poder político y todas las manifestaciones del individuo social así como de la sociedad en su conjunto, se habrá desalienado. Ya que “el poder político es, en sentido propio, el poder organizado de una clase con vistas a la opresión de otra”.
La propuesta de Marx es profunda y comprometidamente ética y al hablar de la lucha de clases no está buscando la destrucción de la sociedad sino la construcción de una verdadera y más humana sociedad en donde la humanidad en libertad no se le niegue a nadie. En este sentido quienes acusan a Marx de promover el odio y la lucha de clases desconocen a Marx y habrá que ver con qué intención lo tergiversan. En el mismo manifiesto dice: “Una vez que, en el curso del desarrollo, la diferencia de clase han desaparecido y toda la producción está concentrada en manos de los individuos asociados, el poder público pierde su carácter político... si el proletariado, en su lucha contra la burguesía, llega forzosamente a unirse como clase; si mediante una revolución, se erige en clase dirigente, suprime por la violencia las antiguas condiciones de producción, suprime al mismo tiempo que éstas, las condiciones de existencia, el antagonismo de clases y las de las clases en general y, con ello, su propia supremacía de clase. La antigua sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos de clase, es reemplazada por una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno es la condición del libre desenvolvimiento de todos”[13].
Ya hemos dicho que a la base de la enfermedad social están las condiciones materiales, en ese sentido tendríamos que volver al origen mismo de la palabra material que procede del latín “mater”, “madre”. Pero, el que de allí proceda no quiere decir que allí se quede. En ese sentido el fenómeno que allí se produce se manifiesta en el todo multidimensional, polisistémico que es el ser humano, es decir, los problemas que allí se generan se manifiestan a nivel individual, social, de la especie, en sus niveles, antropológico, psicológico, político, económico, ecológico y aun en el nivel ideológico. Este es el caso del fenómeno de la alienación el cual está a la base de la visión de Marx de la problemática humana.
Permítasenos ampliar, siquiera un poco, este concepto. El concepto alienación de latín alienatio, tiene una honda raigambre teológico-filosófica. En San Agustín éste se hace presente cuando interpreta el texto de San Pablo en la carta a los filipenses, cuando afirma que Dios se sale de sí y se encarna dejando sus atributos divinos para hacerse hombre en Jesús, el Cristo, aquí se vierte la idea griega de “kenosis” al latín alienatio. Más tarde Hegel se hará cargo de este concepto e interpretará la encarnación de Dios en Jesús y en el mundo como una alienación de Dios[14].
Luego Feuerbach pensará que la idea de Dios de Hegel no es más que la alienación de la esencia humana proyectada en un cielo imaginario y llevada al absoluto, es decir, desligada de la relación humana que es su fuente. De ahí que plantee la tesis de que es necesario dejar de lado la teología para hacer antropología[15].
Esta idea llega a Marx, quien no deja de ver en la idea de hombre de Feuerbach otra abstracción y, al volver los ojos a la realidad material del hombre, encuentra que la alienación se origina en el plano material, económico, en donde gracias a las relaciones sociales de producción, los productos que el hombre crea con su propio trabajo, se ontologizan, se hipostasían, se autonomizan, se independizan de él y llegan a enfrentársele impidiéndole su propio desarrollo, su propia realización como ser humano, es decir, su permanente humanización.
Pero este fenómeno que está a la base de la problemática humana se manifiesta en todos los diversos planos de la realidad humana, valga decir, se manifiesta en el plano económico, en el plano político, en el plano ideológico, así como en los diversos niveles, es decir, a nivel individual, en la relación del ser humano consigo mismo, a nivel social, en su relación con los otros seres humanos, en su relación con la naturaleza, es decir, en su relación con los seres que conforman su entorno. Es así como la alienación impregna y permea todas las manifestaciones de la vida del ser humano.
El fenómeno de la alienación tiene una profunda relación causal e interretrodependiente con la “cosificación” que es cuando el ser humano es visto como una “cosa”, fenómeno normal en la sociedad capitalista en la cual el trabajo humano, realizado por un ser humano, es decir, el trabajador, el proletario, es visto como una mercancía y su ser es despojado de su condición humana y es tratado como cosa para que el sistema socioeconómico funcione.
Este fenómeno de la alienación, también tiene relación con otro que Marx estudia en el inicio de El Capital y que está a la base de todo el sistema capitalista y es la fetichización, manifiesta en el “fetiche de la mercancía”[16]. Que se presenta cuando la relación social, tejida entre los seres humanos, se manifiesta como una relación entre cosas que acuden al mercado que hacen caso omiso de las relaciones entre los humanos.
El problema de la alienación está a la base de la problemática humana y engendra las otras manifestaciones de las patologías sociales, de ahí que el tratamiento de este fenómeno es necesario para la superación del problema humano y esto se realizará en una sociedad en la cual las relaciones sociales serán humanas, humanizadas y humanizantes. Esa sociedad será la que él denomina la sociedad “comunista”.
De lo anterior se puede afirmar que si la alienación es una enfermedad congénita a las sociedades históricas, ella no es una enfermedad genética a la sociedad humana, de ahí que la misma pueda ser superada por una sociedad más humana, la sociedad comunista, en donde la realización plena del hombre, en verdadera y plena libertad y justicia, ha de ser posible.
“El comunismo como superación positiva de la propiedad privada en cuanto enajenación humana de sí mismo, y por tanto como apropiación real del ser humano por y para el hombre; por tanto el hombre se reencuentra completa y conscientemente consigo como hombre social, es decir humano, que condensa en sí toda la riqueza del desarrollo precedente. Este comunismo es humanismo por ser naturalismo consumado y naturalismo por ser humanismo consumado”[17]
A esta altura, ya se podrá entender la crítica profunda de Marx al capitalismo como sistema social-económico-político, la cual no surge del prurito de la crítica sino que surge como resultado del análisis que encuentra que el capitalismo niega la vida de los seres humanos, la destruye en todas sus dimensiones, es más, al estudiar la forma de producción capitalista, Marx encuentra que este sistema no es sólo homicida, es decir, que asesina a los seres humanos sino que simultáneamente es ecocida, ya que destruye también a la naturaleza, llevando a la humanidad a la auto aniquilación, como hoy lo podemos ver ante la crisis del sistema económico mundial, del cambio climático y las amenazas nucleares producidas por el móvil fundamental del capitalismo, el egoísmo y su afán de lucro. En este sentido podemos concluir que el capital es antropófago, ecófago, lo que lleva como consecuencia que éste sea autófago, ya que al destruir al hombre y la naturaleza, las dos fuentes fundamentales de la riqueza, se devora a sí mismo.
“En la agricultura, lo mismo que en la manufactura, la transformación capitalista de la producción parece no ser otra cosa que el martirologio del productor; el medio de trabajo, apenas la forma de domar, explotar y empobecer al trabajador; la combinación social del trabajo, la opresión organizada de su vitalidad, su libertad y su independencia individuales. La dispersión de los trabajadores agrícolas en superficies más extensas quiebra su fuerza de resistencia, en tanto que la concentración aumenta la de los obreros urbanos. En la agricultura moderna, al igual que en la industria de las ciudades, el crecimiento de la productividad y el rendimiento superior del trabajo se adquieren al precio de la destrucción y la aniquilación de la fuerza de trabajo. Además, cada progreso de la agricultura capitalista es un progreso, no solo en el arte de explotar al trabajador, sino también en el de despojar el suelo. Cada progreso en el arte de acentuar su fertilidad durante un tiempo, un progreso en la ruina de sus recursos duraderos de fertilidad. Cuanto más se desarrolla un país, por ejemplo Estados Unidos, sobre la base de la gran industria, más rapidez presenta el desarrollo de ese proceso de destrucción. Por consiguiente, la producción capitalista sólo desarrolla la técnica y la combinación del proceso social al mismo tiempo que agota las dos fuentes de las cuales brota toda riqueza: La tierra y el trabajador”[18].
Para terminar este pequeño artículo, que pretende exponer sucintamente las ideas de Marx y las implicaciones de éstas en el campo de la ética, tendremos que afirmar que para Marx mientras el hombre no haya organizado el mundo humanamente, es decir, en una sociedad más libre, más justa en el que el individuo social esté en armonía dinámica con la sociedad, situación que no descarta el conflicto, la sociedad humana asumirá formas inhumanas, alienadas y alienantes.
Partiendo de lo anteriormente expuesto se puede afirmar que para Marx no existe una moral absoluta, no existen verdades eternas, las nociones del bien y mal cambian de un tiempo a otro de una época a otra, incluso llegan en ocasiones a contradecirse, como un sí y un no, afirma que “toda teoría moral que ha existido hasta hoy es el producto, en última instancia, de la situación económica de cada sociedad. Y como la sociedad se ha movido hasta ahora en contraposiciones de clase, la moral fue siempre una moral de clase; o bien justificaba el dominio y los intereses de la clase dominante, o bien en cuanto la clase oprimida se hizo lo suficientemente fuerte, representó la irritación de los oprimidos contra aquel dominio y los intereses de dichos oprimidos orientados al futuro.”... “La desrelativización de la moral sólo es posible en una sociedad en la cual la explotación del hombre por el hombre ya no sea una realidad omniabarcante que atraviesa todas las esferas de la vida social e individual”[19].
En otro texto, no menos famoso, Engels, el entrañable amigo y colaborador de Marx, afirma que: “una moral verdaderamente humana que esté por encima de las contraposiciones de clase, y por encima del recuerdo de ellas, no será posible en un estadio social que no sólo haya superado la contraposición de clases, sino que la haya además olvidado para la práctica de la vida”[20].
En un texto conjunto, como casi toda su obra, Marx y Engels sostienen, en su momento, como estrategia política nacida de la realidad concreta, que “los comunistas no predican moral alguna”[21]. La moral de los comunistas es una moral revolucionaria que busca reivindicar el sentido pleno de lo humano desalienado, humanizado, plenamente libre, en una sociedad plenamente humana, desalienada y libre[22].
En la antigüedad, en el siglo IV a. c. Aristóteles en su política había estudiado las causas de la revolución y había encontrado que en última instancia éstas se producían por la injusticia en la sociedad, al no tratar a los iguales como iguales, allí afirma que: “La desigualdad es siempre, lo repito, la causa de las revoluciones cuando no tienen ninguna compensación los que son víctimas de ella… la revoluciones se hacen para conquistar la igualdad”[23].
En el siglo XIX, Marx piensa, en “una glosa crítica para un artículo sobre los prusianos”, que: “una revolución se encuentra en el punto de partida del todo porque… es una protesta contra la vida deshumanizada, porque parte del punto de partida del individuo real particular, porque el carácter genérico, contra cuya separación reacciona el individuo, constituye el verdadero carácter genérico del hombre, la esencia humana”[24]. Es decir, podríamos afirmar que para Marx el asunto de una revolución es una cuestión ética fundamental en la que se juega lo humano de la humanidad; ella es al mismo tiempo una protesta contra la inhumanidad y simultáneamente una búsqueda de mayor humanización.
La vida buena o el vivir bien, euzoia, humanamente, con felicidad, es decir con eudemonía, se da en la sociedad comunista del futuro en la cual la prehistoria humana de la explotación del hombre por el hombre haya terminado y comience la verdadera historia humana, en la cual el hombre sea para el hombre. Afirman Marx y Engels: “Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que haya de sujetarse la realidad. Llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual[25].
Lenin, más adelante, en 1920, frente a la federación de jóvenes afirma “¿Existe una moral comunista?... Ciertamente sí, con frecuencia se pretende que no tenemos nuestra propia moral y más frecuentemente, la burguesía nos reprocha a nosotros, Comunistas, de renegar toda moral. Este es un medio de falsear los conceptos, de echar tierra a los ojos de los obreros y de los campesinos. ¿En qué sentido negamos la moral, negamos la ética? En el sentido predicado por la burguesía, la que deducía la moral de los mandamientos de Dios... Nosotros negamos toda esa moral derivada de concepciones exteriores a la humanidad, exteriores a las clases... Nosotros afirmamos que nuestra moral está subordinada por entero a los intereses de la lucha de clases del proletariado... Nosotros decimos es moral lo que sirve para destruir la antigua sociedad explotadora que está creando la nueva sociedad, la sociedad comunista... Cuando se nos habla de moral, nosotros decimos: para el comunista, la moral consiste por entero en la disciplina solidaria y coherente y en esa lucha consciente de las masas contra los explotadores. No creemos en la moral eterna y denunciamos todo tipo de fábulas engañosas acerca de la moral. La moral debe servir a la sociedad humana para superarse, para liberarse de la explotación del trabajo”[26].
La ética marxista es una ética que busca la realización de “la vida buena”, no del hombre en abstracto como ser genérico sino la vida buena, el vivir bien del hombre concreto, en las situaciones históricas y sociales concretas y en condiciones económicas concretas, en donde el hombre se genera y se regenera permanentemente.
Para terminar diremos que uno de los sueños de Marx, es el de una gran ciencia, la ciencia del hombre, la cual en el fondo sería un conocimiento transformador profundamente ético, en ella el individuo, en una nueva sociedad, supera la alienación como fenómeno social y vive de una forma plenamente humana como un “individuo social”, con su dimensión ecuménica[27], que es el desarrollo de su dimensión absolutamente humana.
Así pues, para concluir diremos, Marx y el marxismo, bien entendido, es un humanismo, es decir, toda una propuesta ética, que busca construir de forma activa una vida buena para el ser humano, de ahí que no se conforma con enunciar la patología de la sociedad histórica sino que busca implementar la terapéutica adecuada para posibilitar la vida del hombre, del individuo social en plenitud, es decir, en interretrorelación constructiva y posibilitante con la sociedad, es decir, con sus congéneres así como en relación codialogante con su entorno, su ecosistema, buscando la liberación plena del ser humano a nivel individual, social y de la humanidad entera.

Bibliografía
Aristóteles, Política, Fundación editorial el perro y la rana, Caracas, 2006
Dussel E. La Metáforas teológicas en Marx, EVD, España, 1993
Engels. F; Antidühring, Ed. Grijalbo, México. 1968
Feuerbach, La esencia del cristianismo, Sígueme. Salamanca 1975
Introducción, crítica a la filosofía del derecho de Hegel, 1843.
Küng Hans, La encarnación de Dios, Introducción al pensamiento de Hegel como prolegómenos a una cristología futura, Ed. Herder, Barcelona 1974
Dognin P.D. O. P, Introducción a Carlos Marx, CEDIAL, Bogotá, 1981
Marx, C. El Capital, Cartago, Buenos Aires, tomo I
Marx. C, Engels f. ,Obras escogidas, Editorial Progreso, Moscú,1976. 3 tomos,
Marx. C. Engels, F. La ideología alemana. Pueblos unidos/ Grijalbo, Montevideo/ Barcelona, 1972
Schaff, Adam, Filosofía del Hombre (Marx o Sartre) Ed. Grijalbo, México, 1965
La alineación como fenómeno social, Ed. Crítica, Barcelona, 1979
Humanismo Ecuménico, Ed. Trotta, Madrid, 1993
Marxismo e individuo humano, Grijalbo, México 1967.

[1] Discurso publicado en Inglés por F. Engels, en el cementerio Highgate, el 17 de marzo de 1883.
[2] En este sentido revísese los excelentes trabajos de teólogo Küng Hans: La encarnación de Dios, Introducción al pensamiento de Hegel como prolegómenos a una cristología futura, Ed. Herder, Barcelona 1974, y ¿Existe Dios?, ed. Cristiandad, Madrid, 1981
[3] Blumenberg Werner, Marx, Salvat, Barcelona, 1985, p.23
[4] Marx, C. Reflexiones de un joven a la hora de elegir profesión. Ibid. p.32
[5] Marx, C. Carta a Engels 23 de agosto 1866.
[6] Marx C. Carta a S. Meyer, 30 de abril 1867.
[7] Crítica a la filosofía del derecho de Hegel, Introducción.
[8] La ideología alemana, Grijalbo, Barcelona 1970
[9] Ibid, p. 27.
[10] Marx C, Engles F. Manifiesto del partido Comunista, Ed Progreso, Moscú, 1976, p 111
[11] Ibid.
[12] Ibid.
[13] Ibid.
[14] Cfs. Küng, H. Ob. Cit
[15] Cfs. Feuerbach, La esencia del cristianismo, Sígueme. Salamanca 1975
[16] Existe un interesante estudio del fetiche de la mercancía realizado por uno de los filósofos latinoamericano más connotados, Enrique Dussel, quien analiza la conexión de este concepto con la teología judeo-cristiana. Cfr. Dussel E. La Metáforas teológicas en Marx, EVD, España, 1993
[17] Marx, C. El Capital, Citado por Schaff, La alienación como fenómeno social, Grijalbo, Barcelona, 1979, p.89
[18] Marx, El Capital, Cartago, Buenos Aires, Tomo I, p. 482, 483
[19] Cfs. Schaff, Adam, Filosofía del Hombre (Marx o Sartre) Ed. Grijalbo, México 1965
[20] Engels. F; Antidühring, Ed. Grijalbo, México. 1968. p.81-83
[21] Marx. C. –Engels, F. La ideología alemana. Pueblos unidos/ Grijalbo, Montevideo/ Barcelona, 1972 p.287
[22] Cfs. Bb. Cit. Schaff, La alineación como fenómeno social.
[23] Aristóteles, Política, Fundación editorial el perro y la rana, Caracas, 2006, libro VIII, cap. I, 324
[24] Marx, C. Kritische Randglossen zu einem Artikel des “Preussen”, MEGA, Berlín 1932, Vol3, pag 22. Citado por Schaff, Marxismo e individuo humano, Grijalbo, México 1967. P.66
[25] Marx, C. Engels, F. Op. Cit. , p. 37
[26] Lenin V. I. Las tareas de la federación de la juventud, discurso del 2 de octubre de 1920. Citado por Dognin P.D. Introducción a Carl Marx, CEDIAL, Bogotá, 1981, p.253
[27] Cfr. Schaff, A. Humanismo Ecuménico, Ed. Trotta, Madrid, 1993