Cuba: Gracias por 50 años de Revolución Socialista para nuestra América y nuestro Mundo
La Revolución Socialista Cubana, en sus 50 años de existencia, ha realizado aportes históricos a la Democracia de los Pueblos, a pesar de estar aquélla sometida al bloqueo de una guerra económica genocida por los sucesivos gobiernos estadounidenses.
Algunas de las aportaciones en el ámbito de la distribución social son conocidas, incluso admitidas por quienes se declaran sus enemigos, sea en el campo de la educación y el conocimiento, de la salud, del internacionalismo solidario, etc.
Sin embargo, Cuba ha realizado también pioneras contribuciones en el ámbito de la teoría y la praxis de la Democracia. A mi juicio, no suficientemente conocidas y valoradas, como merecen, en sectores de izquierdas; y, desde luego, negadas y atacadas ideológicamente por la derecha.
La Democracia de los Pueblos de nuestra América y nuestro Mundo, agradece a la Revolución Socialista Cubana, entre otros muchos, la verificación histórica de estos siete postulados políticos teórico-prácticos:
1º La Democracia de los Pueblos de nuestra América exige la propiedad colectiva (cooperativa, estatal) en el ámbito local, regional y estatal de los medios de información, opinión y conocimiento. La praxis de la revolución socialista cubana ha mostrado que para avanzar en la Democracia de los Pueblos se hace ineludible apoderarlos con la soberanía (propiedad) popular de los medios de información, opinión y conocimiento. Esto pasa por la expropiación y prohibición de la propiedad capitalista de los mismos, y entregársela al pueblo. En el ámbito de la teoría política, la revolución socialista cubana ha desvelado el engaño ideológico de confundir la libertad de información, opinión y conocimiento con permitir la libertad de empresa capitalista para que el imperialismo capitalista se apodere privadamente de esos medios, y, en con ello, del mensaje transmitido por ellos. Ciertamente, en el camino abierto por la revolución cubana queda mucho por hacer para fomentar la riqueza de la información, opinión crítica y conocimiento en el ámbito local, regional y estatal; queda también tarea pendiente para afinar progresivamente los límites socialistas revolucionarios en el ejercicio de la información, opinión y conocimiento; así como en las garantías de dicho ejercicio. Sin embargo, como el postulado político se ha verificado históricamente correcto, la tarea socialista revolucionaria cubana para los próximos 50 años no puede ser perderse en la pseudolibertad de empresa mediática reclamada por el imperialismo mediático, sino profundizar la revolución socialista del saber. La libertad de información, opinión y conocimiento es imposible en el capitalismo.
2º La Democracia de los Pueblos de nuestra América exige la propiedad colectiva (cooperativa, estatal) en el ámbito local, regional y estatal de los medios de producción y circulación de los satisfactores laborales. La praxis de la revolución socialista cubana ha mostrado que para avanzar en la Democracia de los Pueblos se hace ineludible apoderarlos con la soberanía económica (propiedad) popular de los medios producción y circulación de la riqueza económica. Esto pasa por la expropiación y prohibición de la propiedad capitalista de los mismos, y entregársela al pueblo en sus diversas modalidades de propiedad socialista. En el ámbito de la teoría política, la revolución socialista cubana ha desvelado el engaño ideológico de confundir la libertad económica con libertad de mercado capitalista, coartada del imperialismo monopolista para apoderarse privadamente de la producción, la circulación y el producto del trabajo del pueblo. Ciertamente, en el camino abierto por la revolución cubana queda mucho por hacer para planificar, articular y dinamizar los diferentes modos de propiedad socialista de los medios de producción (prestación personal directa de servicios, pequeña propiedad familiar cooperativa, propiedad cooperativa, propiedad estatal), de circulación y de apoderamiento de la riqueza social. Sin embargo, como el postulado político se ha verificado históricamente correcto, la tarea socialista revolucionaria cubana para los próximos 50 años no puede ser infectarse con la pseudolibertad de empresa capitalista reclamada por el imperialismo monopolístico capitalista, sino profundizar la revolución socialista de la economía. La libertad económica es imposible en la dictadura económica capitalista.
3º La Democracia de los Pueblos de nuestra América y de nuestro mundo exige la democracia popular frente a la pseudodemocracia electoral del pluripartidismo capitalista. La praxis de la revolución socialista cubana ha mostrado que para avanzar en la Democracia de los Pueblos se hace ineludible apoderarlos con la soberanía deliberativa, electiva y ejecutiva de su voluntad política. Esto pasa por la prohibición de la existencia de partidos políticos capitalistas. En el ámbito de la teoría política, la revolución socialista cubana ha desvelado el engaño ideológico de confundir la democracia con el pluripartidismo electoral. Los partidos capitalistas son el nuevo sacerdocio político, los nuevos intermediarios electorales entre el pueblo y la deliberación, elección y ejecución de su voluntad; que terminan secuestrando y enajenando. El postulado político teórico de la democracia popular cubana es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, sin las mediaciones partidistas electorales capitalistas que roban la soberanía política al pueblo. Ciertamente, en el camino abierto por la revolución cubana queda mucho por hacer para fomentar la riqueza de la participación en la deliberación, elección y ejecución de la voluntad política del pueblo. Sin embargo, como el postulado político se ha verificado históricamente correcto, la tarea socialista revolucionaria cubana para los próximos 50 años no puede ser perderse en el pluripartidismo electoral capitalista, sino profundizar la revolución socialista de la participación popular política directa. La Democracia de los Pueblos es imposible en el pluripartidismo capitalista.
4º La Democracia de los Pueblos de nuestra América y de nuestro mundo exige la legitimidad de la satisfacción histórica de las necesidades de los pueblos para la producción y reproducción de sus vidas frente a la pseudolegitimidad burguesa de la opción entre deseos, demandas o reivindicaciones. La praxis de la revolución socialista cubana ha mostrado que para avanzar en la Democracia de los Pueblos se hace ineludible apoderarlos con la realidad y el concepto de legitimidad política material. La legitimidad material es la verificación histórica de la satisfacción integrada de las necesidades que tiene el pueblo para producir y reproducir su vida. Esto pasa por la prohibición del formalismo de la democracia burguesa que ideológicamente confunde necesidades con deseos, demandas o reivindicaciones arbitrarias, subjetivas e ilimitadas. En el ámbito de la teoría política, la revolución socialista cubana ha desvelado el engaño ideológico de confundir y reducir la fuente de la legitimidad electiva (electoral) con la fuente de la legitimidad radical originaria (la satisfacción material de las necesidades del pueblo). La necesidad de autodeterminación electiva es una, pero no la única; y, además, ésta tiene por orientación, contenido y límite la promoción de la satisfacción de todas las otras necesidades de vida de los pueblos. Ciertamente, en el camino abierto por la revolución cubana queda mucho por hacer para profundizar la fuerza de la legitimidad material que otorga la satisfacción de las necesidades de vida del pueblo. Sin embargo, como el postulado político se ha verificado históricamente correcto, la tarea socialista revolucionaria cubana para los próximos 50 años no puede ser venderse a la pseudolegitimidad formalista burguesa que, ocultando las necesidades de su pueblo, se justifica en la ilusión del acceso a pseudosatisfactores de deseos ilimitados, sino profundizar su revolución de legitimación material. La satisfacción integrada de las necesidades de vida de los pueblos es imposible en el capitalismo.
5º La Democracia de los Pueblos de nuestra América y de nuestro mundo exige la hegemonía de un Partido Comunista (Socialista) Revolucionario no electoral de vanguardia y retaguardia como guardián de la Revolución. La praxis de la revolución socialista cubana ha mostrado que para avanzar en la Democracia de los Pueblos se hace ineludible apoderarlos con la hegemonía de la articulación social revolucionaria por medio de un partido comunista (socialista) revolucionario de vanguardia y retaguardia, y no electoral. Esto pasa por la prohibición de cualquier modo de hegemonía política capitalista. En el ámbito de la teoría política, la revolución socialista cubana ha desvelado el engaño ideológico de reducir la esencia de los partidos políticos a mediaciones electorales. El postulado político teórico de la democracia popular cubana es que el partido comunista, como guardián de la revolución, es medio de articulación hegemónica de la revolución pero sin convertirse en partido electoral. Ciertamente, en el camino abierto por la revolución cubana queda mucho por hacer para seguir formando ideológicamente, organizando y fortaleciendo al Partido Comunista Cubano. Sin embargo, como el postulado político se ha verificado históricamente correcto, la tarea socialista revolucionaria cubana para los próximos 50 años no puede ser relegar la formación ideológica del Partido, desorganizarlo y debilitarlo, sino formación ideológica marxista revolucionaria, organización y fortalecimiento intergeneracional del Partido. La Democracia de los Pueblos es imposible sin Partido Comunista (Socialista) Revolucionario.
6º. La Democracia de los Pueblos de nuestra América y de nuestro mundo exige un Estado Socialista de Derecho Revolucionario frente al Estado de Derecho fascitocapitalista. La praxis de la revolución socialista cubana ha mostrado que para avanzar en la Democracia de los Pueblos se hace ineludible apoderarlos con la institucionalidad de un Estado de Derecho Socialista Revolucionario. Esto pasa por la eliminación y prohibición del Estado de Derecho fascistocapitalista y la construcción del Estado Socialista de Derecho Revolucionario. En el ámbito de la teoría jurídico-política, la revolución socialista cubana ha desvelado la posibilidad de elaborar un Derecho que brote del pueblo, positivize sus necesidades y se legitime en la verificación histórica de la satisfacción de las mismas. Ciertamente, en el camino abierto por la revolución cubana queda mucho para mejorar el Estado Socialista de Derecho Revolucionario, elaborar una jurisprudencia revolucionaria, crear procedimientos de garantías constitucionales revolucionarias, etc. Sin embargo, como el postulado político se ha verificado históricamente correcto, la tarea socialista revolucionaria cubana para los próximos 50 años no puede ser abandonar la pionera tarea de la construcción del Estado Socialista de Derecho Revolucionario, sino darle continuidad. La Democracia de los Pueblos es imposible sin Estado Socialista de Derecho Revolucionario.
7º. La Democracia de los Pueblos de nuestra América y de nuestro mundo exige la llama socialista revolucionaria de líderes junto a la llama de su pueblo frente el pueblo alienado, capitalista e imperialista. Gracias al heroico pueblo revolucionario cubano, quienes ahora vivimos, somos testigos de un histórico terremoto político. La praxis de la revolución socialista cubana ha mostrado que para avanzar en la Democracia de los Pueblos se hace ineludible contar con líderes, junto a su pueblo, con ideología, moral y praxis personal socialista revolucionaria. Esto pasa por la eliminación personal progresiva de los valores del fanatismo, fascisto-capitalismo e imperialismo y la creación de los valores del Hombre Nuevo. En el ámbito de la teoría jurídico-política, la revolución socialista cubana ha desvelado el potencial revolucionario de la praxis personal como praxis política. Los pueblos están hechos de personas y los pueblos revolucionarios de personas revolucionarias, en su mayoría. Ciertamente, en el camino abierto por la revolución cubana queda mucho para conseguir que la consciencia, la moral y la praxis personal del Hombre Nuevo se haga hegemónica en el espacio y en el tiempo. Sin embargo, como el postulado político se ha verificado históricamente correcto, la tarea socialista revolucionaria cubana para los próximos 50 años no puede ser abandonar el alumbramiento de hombres y mujeres nuevos sino continuar con el parto de humanidad en cada niño y niña. La Democracia de los Pueblos es imposible sin el espíritu revolucionario.
Antonio Salamanca
Enero 2009
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