sexta-feira, 31 de outubro de 2008

EDUCACIÓN PARA EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Publicado en la revista Ihitza n° 27, otoño 2008, Ed. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, p. 25, ISSN 1135-6391 (es la revista de Educación Ambiental del Gobierno del País Vasco, dedicada a la Agenda 21 Escolar, y que es distribuida en todas las escuelas de Euskadi); en este breve texto presento de forma muy resumida algunas ideas básicas de mi propuesta de EA ecomunitarista, para trabajar con docentes iniciantes en EA. (Ampliando esos conceptos, acaba de salir en Brasil mi libro "Introdução à educação ambiental ecomunitarista", Ed. FURG, Rio Grande, 2008, ISBN 978-85-7566-101-7, 188 pp., pedidos a editfurg@mikrus.com.br y www.vetorialnet.com.br/~editfurg/).
Notas sobre la Educación Ambiental Ecomunitarista (EAE)
Prof. Dr. Sirio López Velasco
(Universidade Federal do Rio Grande, Brasil, lopesirio@hotmail.com)
He definido la educación ambiental ecomunitarista como aquella educación problematizadora (en el sentido de Paulo Freire en “Pedagogía del Oprimido”) que, apoyándose en las tres normas fundamentales de la ética, se orienta hacia el ecomunitarismo (ver nuestra propuesta en exposición resumida para el gran público del Estado español en “Ética para mis hijos y no iniciados”, Ed, Anthropos, Barcelona, España, 2003). Esas tres normas nos comprometen, respectivamente, a luchar para realizar nuestra libertad individual de decisión, a hacerlo en búsquedas de respuestas consensuales para cada problema, y en actitud de preservación-regeneración de una naturaleza humana y no humana sana. Esa educación, tanto a nivel formal como no formal, es dialogal; así, los sujetos dialogantes y en permanente y siempre inacabado proceso de “concienciación”, construyen y reconstruyen consensualmente conocimientos a propósito de cualquier referente, sobre el cual, al mismo tiempo, actúan en perspectiva transformadora, rumbo al ecomunitarismo. Éste se define como un orden socioambiental poscapitalista fundado en la aplicación cotidiana y generalizada de las tres normas éticas fundamentales. Ese orden tiene carácter utópico, pero es indispensable guía para la acción cotidiana (si no queremos vagar sin dirección). El ecomunitarismo y las luchas que asumimos en nuestra marcha hacia él se despliegan en las siguientes dimensiones: a) pedagógica (educación ambiental problematizadora, tanto a nivel formal como no formal), b) económica (economía ecológica solidaria donde han sido superadas la explotación del hombre por el hombre y la devastación-contaminación irreversible de la naturaleza no humana, tan esenciales al capitalismo), c) erótica (erótica del placer compartido, más allá de la auto-represión alienada, del sexismo, del machismo y de la homofobia), y, d) política de todos (o sea, con democracia participativa y directa siempre que posible, con acción de “redes” no verticalizadas que van desde lo local hasta lo planetario, y con permanente rotación de los cargos que sea indispensable mantener). En la educación formal la EAE se sintetiza en las siguientes ideas: a) Vincular los contenidos programáticos a problemas socioambientales de la vida de los alumnos (en especial en las áreas de salud, producción-trabajo-desempleo, vivienda, consumo y ecología), b) promover la investigación colectiva e individual, debiendo el profesor ejercer el papel de "auxiliar de planeamiento, observación, elaboración de hipótesis, test de las mismas y elaboración de resultados" en una actividad que apunta al "re-descubrimiento" - "re-construcción" de los conocimientos mediante la reflexión dialogada, c) salir para hacer trabajos de campo y/o crear espacios, aunque sean modestos, en la propia escuela o institución educativa, dedicados a actividades de pesquisa socioambiental, d) dialogar en la institución educativa y/o in situ con conocedores (escolarizados o no) del tema en estudio, apuntando a la integración entre los conocimientos "técnicos", el saber popular, y las implicaciones socioambientales de ambos saberes, y, e) a partir del trabajo colectivo y de las sistematizaciones elaboradas con la ayuda del profesor y de conocedores, promover acciones orientadas hacia la búsqueda de soluciones para los problemas socioambientales investigados, existentes en la escuela o institución educativa, en su barrio, en el barrio de residencia de los alumnos y/o en la comunidad donde fue realizada la investigación-participante.

quarta-feira, 29 de outubro de 2008

BUEN ABAD Y EL FIN DEL CAPITALISMO

No será posible hacer sobrevivir al Capitalismo
Es obsceno, por decir lo menos, alentar ilusiones sobre un sistema en agonía

Fernando Buen Abad Domínguez (buenabad@gmail.com)
Rebelión/Fundación Federico Engels/Universidad de la Filosofía

A propósito de cómo esta el mundo a estas horas y del Congreso Mundial de Filosofía "Repensando la Filosofía hoy"


The XXII World Congress of Philosophy 1 . "Rethinking Philosophy Today."
Coincidirá la clausura con el aniversario luctuoso de Federico Engels más vivo que nunca.

"Es, pues, evidente que la burguesía ya no es capaz de seguir desempeñando el papel de clase dominante de la sociedad ni de imponer a ésta, como ley reguladora, las condiciones de existencia de su clase. No es capaz de dominar porque no es capaz de asegurar a su esclavo la existencia ni siquiera dentro del marco de la esclavitud, porque se ve obligada a dejarlo decaer hasta el punto de tener que mantenerlo, en lugar de ser mantenida por él. La sociedad ya no puede seguir viviendo bajo su dominación; lo que equivale a decir que la existencia de la burguesía es, en lo sucesivo, incompatible con la de la sociedad2" Marx-Engels

Hasta ahora muchos filósofos se han dedicado a "renovar" palabrerías sobre el mundo... de lo que se trata es de transformarlo. Ha de saberlo Myung-Hyun Lee del Comité organizador para el Congreso Mundial de Filosofía, cuando afirma que "…espera tener reflexiones renovadas sobre la naturaleza, alcances y funciones de la Filosofía en una era de creciente multi-culturalidad, globalización y tecnificación científica 3 ". Si tal "era", como parece, se refiere a la "era" del Capitalismo es lógico y urgente convocar a pensar el futuro, lo nuevo, lo diferente… lo opuesto a esta máquina de crimen y devastación que amenaza a la humanidad con destruirla y destruirlo todo. Ojalá que "renovador" no signifique "resucitador", que "reflexiones renovadas" implique búsqueda de lo nuevo y no implique cirugía cosmética gatopardista de filósofos especialitas en "renovar al mudo" para renovar sus contratos. Porque es absolutamente cierto que, sin triunfalismos ni simplismos, urgen praxis renovadas (y renovadoras) revolucionarias, para que quede claro, de una vez por todas, que lo único nuevo, posible, es el Socialismo. El salto cualitativo de la humanidad que se pertenecerá a sí misma y no a los explotadores. ¿O estarán planeando otra "tercera vía"?
"La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases"
La agonía del Capitalismo, aun prolongada, es tan irreversible que no es posible, ni para los filósofos más complacidos, con los mejores intentos, imaginar o encontrar un solo argumento honesto que pueda defender la historia, los hechos concretos y los estragos de un sistema económico y social basado en la corrupción y el robo. Lo que alguna vez fue un sistema con fuerza revolucionaria capaz de sacar al mundo del periodo medieval es hoy un sistema decadente que sólo es capaz de sobrevivir a fuerza de esclavizar, explotar y degenerar a la especie humana. Y para sobrevivir el Capitalismo invertirá cuanto tenga a mano así ponga en riesgo la existencia misma del planeta. Así tenga que comprar filósofos que lo alienten en su lecho agónico. Uno no pude ser ingenuo. "Lenin y Trotsky, por el contrario, decían que no existe la crisis final del Capitalismo, en el sentido de un colapso automático del sistema. Si se le deja a su merced, el sistema capitalista siempre encontrará una salida, aunque con un coste terrible para la clase obrera y la civilización humana.4"
Nos amenaza la barbarie con su "lógica" modelo imperio: si el Capitalismo no tiene salida nada tendrá salida. Hay que recordar a Irak. A los filósofos burgueses les gusta soñar con la "paz" de las reformas sin sobresaltos. Se ilusionan, o quieren ilusionarnos, con la idea de un Capitalismo humanizado sin esa "violencia" de los "resentidos sociales", sin odio de clases, sin divisiones entre "hermanos". Se hacen fantasmagorías con la reconciliación de las clases. Hacen fraseología sobre la "paz" social, sin perder o frenar la productividad ni la rentabilidad burguesa, con cambios "humanistas", poco a poco, graduales y sin aspavientos… retóricos del reformismo, la inconsistencia teórica y política, la crítica a los métodos revolucionarios y la defensa de la "democracia burguesa" sin importar su grado de putrefacción.
No pocos filósofos andan por el mundo sembrando, todavía, la desconfianza de los sentidos, las mayéuticas mercantiles de sus metafísicas fetichistas, sus idealismos como demiurgos fatalistas y la "subjetividad" como fábrica del cosmos sospechoso… por mencionar unos cuantos. Todo para sostener la alienación en sus modalidades más estrambóticas. Todo para mantener vivas las palabrerías rentables usadas como credo "ilustrado" que ayuda a esconder la miseria, la degeneración y los muertos en un sistema devastador y corrupto por definición. Los ricos pagan por eso fortunas.
¿Qué es lo nuevo? ¿Qué es lo renovado? Habrá que ver en este Congreso cómo se elude el "novedosismo" de los filósofos con aspiraciones prestidigitadoras.¿Será que quieran algunos hacer pasar por "renovada" la producción actual en un mundo en crisis de sobreproducción donde sólo puede comprar el 20 % de los habitantes… será que nos presentarán una solución renovada al problema del Trabajo y el empleo, los sueldos, las condiciones laborales, serán, acaso, ideas nuevas para relaciones obrero-patronales justas, des-alienadas? ¿Se renovarán los servicios, la agricultura y industria manufacturera? ¿Se renovará algo en materia de explotación de materia prima y mano de obra? ¿Hay algo renovable en el Capitalismo? Ya veremos qué defienden los filósofos burgueses. Lo tienen difícil, ni duda. En cualquier caso todo lo que pretenda hacer sobrevivir al Capitalismo y hacer sobrevivir las ilusiones sobre alguna forma de sobre-vida burguesa deberá ser debatido a la luz de los datos más concretos sobre la realidad económica, política e ideológica de la humanidad a estas horas. Toda filosofía alienada que pretenda pasar por encima, debajo, al lado, indiferente o mística respecto a las calamidades más desesperantes que explotan y esclavizan a la humanidad, acompañará irremediablemente al Capitalismo hasta la tumba… y se irá con él. Nueva sería un filosofía actualizada y potenciada al servicio de la transformación del mundo en manos de los trabajadores. Nuevo sería un sistema social capaz de emerger dialécticamente de las fuerzas organizadas hacia el socialismo con los trabajadores del mundo unidos. Por ejemplo.
Un Filosofar renovado sólo es posible si se pone en claro que el sistema capitalista no es eterno. Que el pensamiento fabricado a su servicio caduca y languidece. El desempleo ahora es una perspectiva que asedia y representa la moralidad de los explotadores. Las burguesías creen todavía que pueden convencer a los trabajadores de que el sistema de "libre empresa" es el único y mejor sistema posible, precisamente cuando miramos cómo fallece. Inventan incluso Congresos de Filósofos y, a veces, alquilan a poetas famosos para organizar y amenizar las charlas más complacientes con el "mercado neoliberal". Como en México con Octavio Paz. El Capitalismo será incapaz, según pase el tiempo y según maduren las luchas en su contra, de satisfacer incluso las necesidades más básicas, es decir, empleo, salario digno, hogar, educación y salud, jubilación, control de los ecosistemas… El Capitalismo se desplomará de un momento a otro, en unos meses, en unos años, su muerte es inexorable. Fenecerá por una suma de factores no milagrosos. Lo nuevo en el horizonte de los pueblos es el Socialismo. Hay que ayudar, colegas filósofos, a hacerlo visible.
Los Filósofos deben pensar en lo costosa que es para la humanidad la agonía del Capitalismo. Es decir deben pensar cómo piensan los trabajadores del mundo unidos. El Capitalismo ha desarrollado la economía mundial anárquica y de guerras internas que prepara las condiciones para una recesión devastadora. Tarde o temprano. La agonía del sistema capitalista como las epidemias, adquirirá un carácter más general y severo, irá de un continente a otro a la velocidad de la luz, devastando comunidades, regiones y países enteros. Esa es la imagen de una agonía en un espejo del mundo no muy lejano. ¿Se quedaran sin palabras los filósofos?
Filosofar con los pies en la tierra, en la historia y en sus cambios. Ya tiene doscientos años de historia del Capitalismo, ya dejó su sello en todo el periodo y afectó a las relaciones entre las clases y a la conciencia de cada clase. Una historia de sangre, obscenidad y guerras, un periodo de lucha de clases tormentoso, que cambió decididamente la historia de la humanidad y puso en riesgo grave la supervivencia de la especie humana… varias veces. Esta agonía es lenta hay que ser cautos, ya otros alguna vez defendieron la idea de la crisis final del Capitalismo. Pensaron que el Capitalismo colapsaría, "automáticamente" debido a sus propias contradicciones sin tomar en cuenta que papel trascendental deben jugar las luchas campesinas y obreras en ese cambio. Por eso es de importancia extraordinaria lograr que el Capitalismo sea derrocado por la clase obrera. La historia no se resolverá mágicamente sólo porque existan más pobres, más crisis o más rebeldías… es falso aquello de "cuanto peor mejor" la historia podrá cambiar porque la lucha de clases nos permite entender la necesidad de la organización, la conciencia socialista y la construcción de una dirección correcta hacia la revolución permanente. Y no hay de otra.
El Capitalismo agoniza y la autoridad que disfrutaron los filósofos en otro tiempo se desvanece exponencialmente porque, entre otras razones, muchos pensadores han sido incapaces de entender su composición de clase, la han escondido o traicionado o han sido veleidosos que se niegan a entender que "todo lo que sube tiene que bajar". La dialéctica de la historia. Porque muchos filósofos dejaron de cultivar la pasión por la verdad en el seno de las mejores luchas humanas y se abandonaron a los escarceos más mercenarios con la burguesía. La explotación ha aumentado en todos los países, los capitalistas anhelan extraer toda la plusvalía posible a los trabajadores… esa es la base de la producción capitalista y eso genera injusticias, crímenes, hurto degenerado y un malestar creciente que refleja un síntoma de la debilidad patente y latente de todo el sistema.
Los Filósofos han de tomar posición porque la agonía del Capitalismo entró en una fase de destrucción vigorosa, marcada por las guerras y un periodo de gran inestabilidad y entró en un largo periodo de declive, que no sigue una línea recta. Hay periodos breves de recuperación y tiene sus peculiaridades. El Capitalismo tiene bajo nivel de desarrollo de la producción, una gran burocracia estatal y crisis destructora de las fuerzas productivas. El futuro del Capitalismo es la pobreza, la deuda, el hambre y el analfabetismo, una caída del nivel de vida. Todo esto confirma que el Capitalismo se encuentra en un declive manifiesto de maneras diversas. "La prolongación de la agonía del Capitalismo, amenaza con socavar la cultura y la civilización humana, o incluso el futuro de la humanidad. La tecnología que puede ser una amenaza para la existencia de nuestras especies (la guerra química y biológica, ingeniería genética, energía nuclear…) está en manos de multinacionales irresponsables; la destrucción del planeta por la sed de beneficios de los monopolios; la degradación del medio ambiente —el aire que respiramos, el agua que bebemos, la comida que comemos— se lleva a cabo en nombre del beneficio. Las desenfrenadas actividades del imperialismo provocan una guerra tras otras. Todos estos fenómenos —tomados en su conjunto— ponen un gran signo de interrogación no sólo sobre el futuro de un sistema socioeconómico que ha logrado sobrevivir a sí mismo, sino también sobre el futuro de nuestro planeta5". Y muchos filósofos, trabajadores de la filosofía, no se atreven a tomar su lugar al lado de los trabajadores.
Hace falta que los filósofos como trabajadores del pensamiento eleven la calidad de su trabajo y contribuyan a desarrollar el Socialismo. Hace falta que los filósofos entiendan el Socialismo Científico desde, sus propias luchas como trabajadores de la filosofía y contribuyan a expresarlo en el seno de las luchas obreras y campesinas del mundo entero para que se beneficien con las mejores herramientas de la ciencia filosófica. No habrá Socialismo capaz de llegar automáticamente a la victoria. Es necesario un método y su correcta aplicación, será necesaria la orientación marxista a cada momento y una organización, desde abajo, capaz de inspirar y desarrollar la confianza más garantizada entre las masas luego de haber fraguado con la praxis una experiencia y una dirección inteligente, audaz, creativa y no sectaria. Pero un método revolucionario implica, sin oportunismos, muchas cosas, según se den los momentos y las circunstancias… según se presente el correlato de fuerzas en conflicto. No se debe tener miedo a ninguna herramienta consensuada desde abajo y pertinente con un programa revolucionario ni en el parlamento ni en la insurrección. Hay que ser muy dúctiles en la organización y muy rigurosos en los principios científicos del socialismo.
El Socialismo sólo teórico es ridículo y peligroso. El método revolucionario que puede llevar al proletariado a la conquista del poder no puede despreciar ninguna herramienta pero ha de estar atento evitar toda solución que no asegure la construcción concreta del poder en manos de los obreros y los campesinos y la organización del partido revolucionario nuevo.
Es preciso entender y explicarnos entre todos, con la máxima claridad, de qué manera, en qué terrenos, con qué alcances, riesgos y posibilidades se presenta la lucha de clases a cada minuto. Es inexcusable construir la solidaridad revolucionaria de las masas, romper toda esperanza en la supervivencia del Capitalismo, toda ilusión sobre el arrepentimiento de los explotadores "democráticos". Es imprescindible la educación de cuadros de filósofos revolucionarios, es indeclinable la crítica dialéctica y científica contra la "cultura" burguesa, el "arte" burgués, la opinión publicada por el stablishment en sus mass media, el "sentido común" (es decir la moral burguesa), aprovechar lo mejor para superarlos y es absolutamente necesario ser capaces de mostrar, un temple y una disciplina implacables y creativos para encontrar, hombro con hombro, al lado de los trabajadores, una solución razonada para cada problema que se presente a la construcción del Socialismo. Es preciso trabajar al lado de las capas más combativas del proletariado y aprender a mirar críticamente, con su sensibilidad, las condiciones objetivas de la lucha de clases y corregir lo que sea necesario para recuperar el desarrollo de la humanidad. De lo contrario el filósofo será un inútil a la revolución.
Una clave para los filósofos es contribuir con los trabajadores del mundo a dar el "salto cualitativo" hacia la construcción de un partido desde abajo, partido alegre, entusiasta, fresco, renovador que inspire confianza entre personas solidarias y comprometidas, entre compañeros que debaten diferencias y fortalecen fraternalmente sus coincidencias… un partido pleno de futuro con estrategias y tácticas, capaz de plantear perspectivas con firmeza teórica y prueba práctica. Un partido dispuesto a mejorar las condiciones de vida con una economía ideada, planificada y controlada por los trabajadores mismos. Un partido como el que, hasta hoy, no se ha visto.
Si el sistema todo ha de transformarse, así sea con ritmos que aun no conocemos, elijamos que se transforme hacia lo mejor posible. No repitamos los errores. Ni los horrores. Preparémonos eludir todas las ideas y prejuicios que no colaboren a construir la seguridad en nosotros mismos y nuestra independencia del ser y pensar burgués agonizante. La conciencia de las masas, en más de una actividad, puede transformarse en 24 horas si las condiciones nos lo exigen. Pero eso no ocurrirá milagrosamente. Y ningún filósofo comprometido con la humanidad, en serio, puede hacerse el sordo. Nuestro desafío mayor radica en mirar el terremoto con antelación y preparemos, confiando en nuestras propias fuerzas, para sobrevivirlo mientras ideamos la creación de un mundo mejor. Socialista pues. En última instancia, la viabilidad de cualquier sistema socioeconómico que podamos crear, dependerá de que seamos capaces de impulsar los medios de producción. De que estén en manos de los trabajadores. Si logramos controlar eso, con un programa socialista, habremos dado un paso vital.
Filósofos del mundo, no todo se reduce a la economía. Claro que no bastará con transformar los medios y la propiedad privada sobre ellos, habrá que transformar las formas en que nos relacionamos, las relaciones de producción, para desaparecer de nuestras vidas y cabezas la imagen del "patrón", del "dueño" del sistema que nos exprime, nos inhibe, nos amedrenta, nos silencia y nos frena la creatividad… derrotar toda alienación, desaparecer todo autoritarismo en las aulas, las fábricas, las sobremesas y las sábanas…y junto con el cambio de las relaciones impulsar el cambio de la cultura, los hábitos, los gustos… mejorarlos pues para que mejorándolos nos hagamos mejores personas, mejor especie. No es imposible.
Muchos filósofos han sido capaces de absorber, de manera correcta, es decir en la práctica directa, las ideas y métodos fundamentales del marxismo pero muchos han vivido, demasiados años, asilados en los cubículos y los pasillos, en las aulas y en las bibliotecas, como intelectuales pequeño burgueses incapaces de la critica, o de auto-critica, incapaces de poner la ciencia al servicio de la revolución socialista. Muchos filósofos le temen al marxismo sin saber por qué y muchos lo desconocen inexplicablemente. Pero cada filósofo debe saber que la Filosofía no necesariamente atrajo a todo lo mejor de la intelectualidad científica. No están entre las filas de los filósofos los hombres y mujeres mejor preparados dedicados a servir sinceramente a la causa de la Filosofía para transformar al mundo. Hay burócratas y burros cuya ignorancia e irracionalidad traicionan todo espíritu de "amor al saber". Hay una cantidad no pequeña de filósofos que carecen de formación científica en materia política y carecen de experiencia en las luchas campesinas y obreras que les permitiera adquirir una verdadera comprensión marxista. Una compresión de la Filosofía para transformar al mundo no sólo para contemplarlo.
Cargamos el lastre burgués de un sistema social que también ha sometido a la explotación a muchos filósofos, como a todos los trabajadores… cargamos un lastre ideológico burgués que impide comprender la dialéctica y el papel del filósofo como un trabajador también alienado. Muchos filósofos esconden su ignorancia, su orfandad de método filosófico socialista, tras la palabrería formalista de la "lógica" más conveniente al quietismo de algunas universidades y no pocos centro de investigación. Muchos filósofos sienten que es impertinente, que no les pertenece, luchar políticamente como filósofos concientes de su fuerza de trabajadores organizados. Son individualistas y desconfían hasta del universo. Han sido educados y sometidos, por ejemplo, a los designios del formalismo lógico para las conductas políticamente correctas, los programas académicos laboralmente correctos, la estética decorativamente correcta, la epistemología sin política, sin economía… sin rebeldía, sin lucha de clases. "Tal formalismo es una característica del pensamiento burgués, y sobre todo de los intelectuales formados en la universidad. Es la base de la lógica formal. Este método consiste en la elaboración de una hipótesis más o menos arbitraria, basada en un puñado de datos seleccionados y después se intenta justificar la hipótesis con una nueva aportación de cualquier dato que pueda corroborarla. Este método es conocido por los estudiantes de posgraduado que tienen que defender una tesis doctoral. El aspecto positivo de este método es que a menudo arroja nuevas e interesantes ideas o iluminan las teorías ya existentes. Pero el aspecto negativo, es que pueden llevar a conclusiones equivocadas y arbitrarias, lo que identificamos como sofistería. Por cada tesis doctoral que lleva a nuevo descubrimiento, hay cien que se pueden arrojar al cubo de basura6."
Hay filósofos que ignoran lo que es una lucha por sus derechos y desconocen en la práctica lo que significa la solidaridad con quienes luchan por el Socialismo. No ven que se trata del episodio más importante en las centurias más recientes, no ven la dialéctica de la historia, no ven que se muere un sistema asesino y que nace una humanidad conciente y dueña de sus fuerzas… una humanidad que quiere desarrollarse plenamente. Creen que es una "tendencia" un capricho de sectas, una movida de grupúsculos… y no ven que se trata del ascenso de la humanidad.
Muchos filósofos son incapaces de ver que viene a galope tendido, a lomos de la historia, de un continente a otro, la revolución Socialista. Viene bajo la dirección de los trabajadores, con su dirección objetiva y subjetiva. Muchos no la ven venir por que no pueden o no quieren. Pero este Congreso Mundial de Filosofía está obligado a hacerla visible. O será nada.
Es obligación de un Congreso con esta envergadura poner en su lugar las incertidumbres viejas, demostrar lo ocioso que son muchas de ellas y dar lugar a la urgencia de cuestionar esta sociedad producto dialéctico de la historia humana. Es su obligación ¿Hay quién objete? preparar las energías para esos futuros acontecimientos que irán apareciendo según emerja el Socialismo en todo el mundo. Este congreso debe pensarse como espacio para pensar la transición dialéctica plena de contradicciones acumuladas: pensar críticamente la desigualdad social y la insolencia burguesa que vive entre privilegios injustos e ilegales, pensar el costo brutal de la plusvalía, pensar la desfachatez de las jornadas laborales; pensar la inseguridad laboral; pensar el ataque sistemático a las organizaciones de trabajadores; pensar la concentración obscena del capital y el poder degenerado de los monopolios y las empresas. Pensar el papel de los gobiernos parásitos responsables de endeudamientos delirantes, pensar la reducción del gasto público, la defraudación de los sistemas de bienestar, vivienda y salud; pensar la extorsión y el terrorismo fiscal contra los más pobres y el perdón legalizado a impuestos que no pagan los ricos... Pensar las degeneraciones del gusto, la estética de la miseria, la violencia psicológica contra niños y adultos, la marginación y la persecución, la degradación cultural y la mansedumbre por terror cotidiano. Pensar para no quedarse pensando y pasar a la acción de inmediato, pensar como una acción práctica que transforme al mundo de inmediato. Pensar la praxis, en praxis, para la praxis. O sea, pensar en movimiento. ¿O dirán que nada de esto es asunto de la Filosofía? ¿O dirán que son temas tangenciales? ¿Qué es tendencioso, que abordar esos temas politiza la Filosofía? ¿Qué hay que hablar del Ser en abstracto sin hablar del ser humano en concreto?
Este Congreso ha de tener en claro el momento transicional en que aparece y habrá de poner en claro que el Capitalismo no es eterno, ni divino. Que es imperativo comenzar a pensar en colectivo, y sin exclusiones, cómo vivir, trabajar, pensar y actuar de manera diferente sin el peso demencial del Capitalismo y lo fácil que será vivir, pensar, trabajar y actuar sin miedo a la represión, sin miedo la violencia de los empresarios y sus gobernantes pagados para sofocar la libertad de los pueblos. Qué fácil será organizarnos para nuestro bien colectivo si no estamos amedrentados permanentemente. Este Congreso, en horas de transición, deberá abordar el pensamiento hacia el Socialismo y la cronología de la humanidad hacia sus transformaciones más profundas. La Revolución Permanente.
Para eso será necesario un Congreso con Filósofos que no se escandalicen con la transformación que emprenden los pueblos desde abajo y harán falta filósofos que no sean cómplices de la explotación capitalista de la esclavitud o la servidumbre. Filósofos capaces de entender y enriquecer el pensamiento ante el hecho extraordinario de cambiar las monstruosidades del Capitalismo que ni es eterno, ni es inmutable. Que es preciso el cambio y que ya se gestan en las entrañas de la historia los embriones Socialistas que son testimonio vivo, que cambiará, transformará todo hasta en los aspectos más imperceptibles. El Capitalismo entró en una fase de decadencia terminal, que puede durar cierto pro que mientras dure las consecuencias negativas de su sobre-vivencia pesarán sobre la humanidad de manera amarga. Aun con destellos de vida relativa no mejorarán las contradicciones, a cambio se exacerbará el paisaje de degeneración y barbarie. Ya se ven los signos de las fases que amenazan al mundo con catástrofes terribles. Como las hambrunas, como las epidemias, como las invasiones para saquear materias primas y mano de obra.
Este congreso que convoca a pensar de manera renovada lo nuevo deberá estar en guardia contra la tribu mediocre de Filósofos profesionales y aduladores a sueldo, que tratará de llenar con salivas reconciliadoras de clase, cualquier perspectiva de cambio profundo. Es preciso prepararse contra la cooptación del Congreso (si no es que ya está cooptado) por parte de sabihondos de biblioteca que no sólo ignoran el ascenso del Socialismo sino que lo combaten y que combaten, como pueden y donde pueden, cualquier preparación de la vanguardia proletaria, luchan contra la creación y formación de cuadros además calumniar a diestra y siniestra el pensamiento más avanzado que se ha puesto al servicio de la revolución de los pueblos: el marxismo.
Este congreso ha de saber que la muerte del Capitalismo conlleva batallas de tipo muy diverso y también momentos de calma relativa. Calma engañosa siempre. Este congreso, que llama a pensar lo nuevo, es, a su modo, preludio de una batalla nueva y ha de saber que los filósofos del Socialismo no se duermen en la calma, que éste llamado a pensar lo nuevo comporta las tareas de entrenarse, limpiar y velar las armas, convocar y organizar a filósofos nuevos, mejorar todas los medios y modos de comunicación y logística… en fin prepararnos para ofrecernos sin reservas y ganar las batallas próximas. Estar al lado de los trabajadores, como trabajadores, acelerando en lo posible el fallecimiento del Capitalismo, para construir junto a los campesinos y los obreros, la victoria del Socialismo.
Presenciamos un periodo de la historia del Capitalismo lleno de crisis convulsivas sin precedentes, en todo el mundo, eso hace sonar el toque de difuntos por este sistema económico y social de opresión y explotación que la inmensa mayoría de los seres humanos no resiste más. Es este un momento de tránsito donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer… Y ya que, con su deceso, el Capitalismo dejará muchos beneficios a la especie humana ¿por qué no le damos a su muerte, organizados y fuertes, una ayudadita? Al fin y al cabo muchos no derramaremos ni una sola lágrima.


1 The XXII World Congress of Philosophy from July 30 through August 5, 2008 http://www.wcp2008.or.kr/Schedule.htm : For questions about the conference registration and logistics, please contact the ConvEx Korea at wcp2008@convex.co.kr or: ConvEx Korea Inc. Suite B-201 Champs-Elysee Center, Daechi-dong 998-5 Seoul, South Korea, 135-712 Phone : 82-2-557-7703 / 7705 / 7709 Fax : 82-2-557-7708 For questions about the conference content, please contact Professor Eun-su Cho, Secretary General of the Korean Organizing Committee, at escho@snu.ac.kr
2 (El Manifiesto Comunista, Marx y Engels, pág. 50, editado por la Fundación Federico Engels). http://www.engels.org/Frontal/mani.htm
3 "… we hope to have renewed reflections on the nature, scope, and function of philosophy in an increasingly multicultural, globalized, and techno-scientific age"
4 Alan Woods: http://www.engels.org/
5 http://www.engels.org/marxismo/marxis10/6_10.htm
6 http://www.engels.org/marxismo/marxis10/6_10.htm

BUEN ABAD: PROLOGO A LIBRO DE ALAN WOODS


Prólogo de Fernando Buen Abad al libro de Alan Woods "Reformismo o Revolución"
escrito por Fernando Buen Abad Domínguez (buenabad@gmail.com)
martes, 01 de julio de 2008
La lucha de clases no se detiene en las puertas de los cuarteles, de las iglesias... ni de las burocracias.
Un libro como herramienta de lucha
Tenemos mucho para aprender con esta obra. He aquí un trabajo científico necesario para el combate de las ideas que, apoyado en un método riguroso, ensaya su puntería crítica, claridad teórica, ánimo transformador y advertencias sistemáticas, contra todo reformismo. Trabajos como éste no son fáciles de conseguir. Se requiere experiencia rica en la lucha política y se requiere disciplina conceptual. He aquí, también en este libro, una contribución magnifica al arte de debatir, desde luego, pero mucho más que eso... he aquí un trabajo profundo que desmonta, denuncia y corrige toda falacia ideada por el capitalismo para sepultar al marxismo bajo las lápidas saliváceas de algunos intelectuales burgueses barnizados con "prestigios". Aquí la crítica es motor de la conciencia... y el debate también.
En contra de aquellos que admiran y cultivan el debate sólo como una suerte de torneo de "silogismos" para halagar a ciertos séquitos, en contra también de todo goce lenguaraz que se agota en el gusto por las formas oratorias, en contra del regodeo academicista que se auto-complace con la invocación de santorales burocráticos en el mercado de los halagos... en contra de todo eso y a favor de mostrar el debate como herramienta de lucha revolucionaria, Alan Woods despliega pacientemente, meticulosamente, con ánimo envidiable y humor finísimo, el método correcto para desmontar falacias. ¿Es esto un homenaje, nada indirecto, a Ted Grant? [1] Yo no lo dudo.
He aquí un libro que entiende el uso razonado del debate con un lenguaje transparente capaz de sincerar el origen y el objetivo de sus argumentos. Combate de ideas y acción cuya integridad y rigor, incluso cuando cita a su interlocutor, expresa su responsabilidad revolucionaria. Se trata de una lucha científica con análisis plenos de propuestas clarificadoras al enjuiciar, sin cansancio, al reformismo y al capitalismo. Veamos por qué.
El Socialismo científico, por el que luchan genuinamente muchos pueblos a estas horas, no es un almacén amorfo donde podemos amontonar o revolver "armónicamente"- reconciliatoriamente- aquellas ilusiones burguesas donde todos somos hermanitos de la amnesia, capaces de "amarnos como iguales" olvidando la justicia social. El socialismo no es coartada "humanista" para la desmemoria, la lentitud, la indiferencia y la negación de la lucha de clases. El Socialismo científico, que se puede entender incluso como una forma nueva del mejor amor humano en plena construcción, es el resultado histórico motorizado por la lucha de clases de los trabajadores hacia su emancipación, es un proceso permanente de la liberación humana que, con el ritmo de los pueblos, se enfrenta contra todas las cadenas que nos esclavizan y explotan para alcanzar la liberación dialéctica de todas las capacidades, esta vez potenciadas con todas sus fuerzas propias y mejores. Triunfo de la humanidad consciente y libre, al fin, del capitalismo.
Este debate que Alan Woods esgrime es, entre otras muchas cosas, una contribución armada con ideas dispuesta a estudiar línea por línea cualquier afirmación que tienda a confundir a los trabajadores en la lucha por su emancipación. Tal es una de sus razones de ser: contribuir a frenar -y eso es parte de una lucha mundial- el acecho de los reformistas y los socialdemócratas esmerados en desmoralizar, retardar, adormecer y derrotar a la Revolución Socialista y las ideas de Carlos Marx. Aunque se disfracen de "progres"
Este trabajo, bien se ve, ha exigido de su autor mucha más paciencia y resistencia de la que él mismo confiesa. Uno de sus valores principales radica en demostrar, sin cansancio, hasta qué punto la demagogia reformista es capaz de manosear cualquier cosa para inyectar confusión y parálisis a las masas incluso al costo de inventar todas las mentiras y tergiversaciones históricas que a su antojo se presenten como útiles a sus tareas contrarrevolucionarias. Línea por línea Alan Woods ha desmenuzado, en este libro, las "tesis novedosas" que el reformismo oferta a diestra y siniestra para, ahora, disfrazado de redentor, descarrilar al "Socialismo del Siglo XXI" metiéndole confusiones de todo tipo. Pretenden los reformistas y sus cómplices burócratas suplantar la fuerza revolucionaria de los trabajadores, confundirla y llevarla al redil de la mansedumbre más criminal. Así lo han hecho siempre. Abundan los ejemplos.
El rechazo a las burocracias y al reformismo es un clamor popular
Hay países en los que un debate como este es imposible. Los reformistas se cubren las espaldas, se ayudan entre sí y crean camarillas burocratizadas en los gobiernos, las universidades, los sindicatos... los reformistas se blindan con baños mutuos de prestigio lustrado con títulos universitarios y con nombramientos plenipotenciarios. Los reformistas van por el mundo ufanos de impunidad, se dicen genios unos a otros, cada cual inventa un "hilo negro" para bordar su nombre en la historia como grandes redentores de la humanidad, mientras consiguen sueldos, becas, ayudas y premios. Ritual odioso del individualismo. Su misión principal es frenar el desarrollo de la Revolución Socialista -no sólo en el siglo XXI- y para eso ponen al servicio del capitalismo todo su talento de cachorros perversos. El amo les da palmaditas de dinero y de fama. Por eso es tan importante oponer, a los reformistas y sus burócratas, debate y combate.
El debate en las manos de un revolucionario debe servir, entre otras tareas, como un organizador de ideas y un movilizador de acciones concretas. De nada sirve el lucimiento personal, el desplante de sabihondos. De nada sirve la palabrería altisonante ni la payasada de trampear al interlocutor con canalladas aparentemente lógicas o efectistas. Lo que vale es el triunfo de la razón, de la verdad y del interés revolucionario de los trabajadores para terminar con el poder explotador de los banqueros, los mass media golpistas, las iglesias domesticadoras de rebeldías, las fuerzas represivas armadas con odio a sus pueblos, los terratenientes, los especuladores, el burocratismo, el sectarismo... el capitalismo todo.
Hace falta impulsar la Batalla de las Ideas dándole un lugar preponderante a la herramienta del debate científico que sea capaz de elevar el nivel de la conciencia de los revolucionarios haciendo visibles las trampas que el capitalismo nos tiende para hacerse invisible tras la palabrería de ciertos intelectuales y ciertos líderes movilizados por su desconfianza y odio hacia la revolución socialista. Hasta hoy, salvo excepciones magníficas, no se han publicado debates suficientes con respuestas estructuradas, hombro con hombro, al servicio de la lucha revolucionaria y socialista. Y este trabajo de Alan Woods se ofrece como una contribución, no la única.
Derrotar al reformismo no es un problema irresoluble pero es preciso identificar a qué intereses sirve. No es un problema de filosofía política abstracta, no es un problema terminológico o teórico, es un problema político de lo más importante y concreto. El reformismo adiestrado para subordinarse al control del capitalismo y a favor del saqueo y la explotación, debe ser derrotado contundentemente incluidos sus burócratas desde las oficinas, los talleres, las fábricas, las iglesias, las escuelas, los cerebros, las ideas y los sueños... porque muchas de las ideas del reformismo se han inoculado a los pueblos durante mucho tiempo para consolidar una mentalidad contrarrevolucionaria letal que funge como verdad suprema de los oligarcas.
Este debate impulsado por Alan Woods y la Corriente Marxista Internacional, la Campaña Manos Fuera de Venezuela y la Fundación Federico Engels tiene por interés mayor desmadejar la maraña de falacias en cada una de las "ideas" pretendidamente "novedosas" con que algunos intelectuales "listos" se creen capaces de "disolver" entre "pases mágicos" la lucha de clases y sus desafíos inmediatos. Este debate es una herramienta de lucha para la organización y la transformación socialista sin intermediarios ni interpretes asalariados por la burguesía. Este debate se propone contribuir con lo mejor de la lucha obrera mundial, a reconocer las amenazas y los estragos que el reformismo ha causado desde hace mucho tiempo. Contribuye a demostrar que se trata de una lucha añeja ya iniciada por los clásicos del marxismo y el movimiento obrero mundial que han denunciado al reformismo y lo han combatido sin tregua. Además este libro ofrece con toda claridad propuestas concretas para actualizar el combate. Nada menos.
Este debate no es un "pleito" "personal"
Debate no implica pleito entre personas, aquí el pleito verdadero es contra el capitalismo y todos sus disfraces. Otro valor de este libro es que supera con creces cualquier alusión "personal". Más temprano que tarde uno se da cuenta de que poco -o relativamente- importa que un reformista se llame Heinz o se llame Isaías. Que en este trabajo se aluda a una persona es, a poco andar, sólo una estrategia para una lucha de envergadura mayor. Detrás, arriba, adentro... de esa persona adalid del reformismo que escribe, habla y propaga sus tesis a destajo, hay un movimiento contrarrevolucionario empeñado en ganar adeptos gracias a mil circunstancias incluso la de la ignorancia... incluso la de abuso de la buena voluntad de los trabajadores. No importa cómo se llamen los individuos o las organizaciones reformistas, su peligro es inminente y la necesidad de denunciarlos y combatirlos es ineludible.
Este debate emprendido por Alan Woods se esfuerza en contribuir a que la clase trabajadora disponga de una herramienta más para no se dejarse engañar por ninguna forma del reformismo burgués, se empeña en advertir que mientras el capitalismo quede intacto, detrás de cualquier dádiva, los obreros están bajo amenaza y tienden a perder fuerza. De lo que realmente se trata es que el movimiento obrero se desembarace, con sus fuerzas propias, de cualquier estratagema que se invente para engañarlo.
Debe quedar claro a lo largo de esta lectura que el propósito de cada línea es contribuir a consolidar la lucha socialista de los trabajadores ayudados con ideas claras y denuncias profundas, no sólo para contemplar las calamidades del reformismo sino para organizarse eficazmente en su combate contra el capitalismo, transformar al mundo. Una forma, y no la única, es desarrollar la discusión sobre las consecuencias perversas del reformismo no sólo para conocer su historia maligna o esas ideas pretendidamente "novedosas" de sus cachorros, sino para impedir su permanencia. Los problemas políticos, científicos o de dirección revolucionaria no se dirimen y resuelven con adjetivos dirigidos a las personas. Lo útil verdaderamente es conocer las argucias del enemigo para combatir y transformar con precisión todo aquello que distorsione la lucha del movimiento obrero. Conocer con precisión toda amenaza, todo espejismo, todo engaño y aplicar métodos revolucionarios.
Atacar el mal desde la raíz
¿Es este libro muy "radical"? Algunos dirán -especialmente algunos reformistas- que este libro es muy "radical", y efectivamente lo es porque se propone combatir, desde sus raíces burguesas y capitalistas más hondas, las acechanzas y calamidades del reformismo y la burocracia. Eso le duele mucho a las oligarquías porque la naturaleza y especialidad del reformismo es hacer "la vista gorda" a la hora de tocar el fondo de los problemas para resolverlos definitivamente y entonces ellos hacen uso de los adjetivos más extravagantes y tramposos que incluyen las injurias personales, las calumnias y el asesinato. Habrá que hacer un día la lista de los luchadores sociales criminalizados y victimados, agredidos por los reformismos más diversos en aras de "defender" a la burguesía de esos "radicales" que proponen cambios "extremistas". Para las oligarquías, y sus defensores, todo es "extremismo" y todo es "excesivo" cuando lo que quieren es el quietismo, la mansedumbre, los cambios lentos, lentos y largos, largos... cuando a lo que se dedican es a inventar cualquier cosa -incluso intelectuales- para liberar al capitalismo de toda inquietud. Y muchos cobran caro por eso.
El hambre en el mundo y la especulación con los alimentos, la explotación desalmada de los obreros y los campesinos, la represión contra los trabajadores, la falta de viviendas dignas, el saqueo de los recursos y riquezas naturales y la degradación de los ecosistemas... obra del capitalismo deben ser resueltos desde la raíz cualquier solución de superficie, reformista, es insuficiente. Suena a engaño. Millones de personas en el mundo viven a estas horas los estragos de la barbarie. ¿Podemos pedirles que esperen?
El Reformismo es Camaleónico
El reformismo es camaleónico y se escurre por todas partes. Anda por el mundo sembrando confusiones y anda por el mundo poniendo en las mesas de su vaso vacío. Los reformismos, entre otras cosas, se hacen pasar por revolucionarios o se hacen pasar por "progresistas", su papel consiste en frenar todo avance y adueñárselo para negociar con él a favor de sus sectas. El reformismo siempre se interpone como "interprete" o "traductor" del "sentir" de los pueblos, se dedica a bloquear toda organización y movilizaciones que no logra controlar para sus fines de secta. Eso es parte de la expresión de uno de los enemigos más perversos de la clase trabajadora.
El reformismo, de no pocas elites, cuenta con empleados del gobierno, desarrolla ya tareas administrativas y organizacionales. Administran violencia a favor de los intereses y la acumulación de la propiedad privada. Se hacen pasar por "demócratas" pero se trata de elites de control para perpetuarse en el poder, de un partido, de una asamblea, de una organización social cualquiera... si ésta les reporta beneficios de algún tipo, claro. Esas élites reformistas son una de sus expresiones más odiosas del capitalismo, se reagrupan, como fuerza contrarrevolucionaria, entre las capas dirigentes para gozar de todos los bienes posibles, mientras los pueblos viven en la miseria y ven postergados sus urgencias. Si no son los trabajadores quienes asuman el control del Estado con un programa revolucionario y hacia la desaparición de las elites burocráticas, no sólo no se producirán los cambios necesarios sino que el reformismo se encargara de postergarlos hasta derrotarlos.
Desconfían de los pueblos, los creen incapaces de tomar las riendas de su vida, dicen que son atrasados y que aun, en los trabajadores, no hay "madurez" para la revolución. Ellos se abrogan el derecho de dictaminar cuándo llegará tal madurez y mientras inventan paliativos. Esconderán con saliva de genios los triunfos de los pueblos que, incluso contra esos intelectuales, han sabido dar pasos revolucionarios excepcionales. Para los reformistas nada es mejor que hacernos creer que la revolución son ellos y sus ideas "brillantes" del "cambio" ilusorio para que nada cambie en lo concreto, acompañados y bendecidos por la misma vieja burocracia, la corrupción inmaculada, los capitalistas intocables, los terratenientes haciendo de las suyas con los campesinos y el sabotaje de alimentos... la misma policía, los mismos jueces, los mismos lideres traidores.
La diferencia entre el reformismo burgués y la lucha por ciertas reformas coyunturales, impulsadas por los trabajadores, radica en que la clase trabajadora no sueña con dejar intocable al capitalismo. Quienes creen que el mundo se transforma sólo con reformas superficiales, de maquillaje, deben ser combatidos o corregidos de la manera más seria, ellos los reformistas, los que pregonan un "cambio" sin cambios de fondo, expresan la manera en que la burguesía engaña a los obreros, a los campesinos, a todos los trabajadores que no dejarán de ser esclavos asalariados por más "reformas" o "mejoras" que se inventen mientras subsista el dominio del capital.
Alan Woods desnuda tal pánico agazapado en la palabrería del reformismo, realiza una labor penetrante sin perder una sola oportunidad de denunciar. Toda "reforma" burguesa, además de efímera, es tarde o temprano una manera de engañar a los trabajadores. Borra con el codo lo que escribe con la mano. Terminan en la nada y suelen servir para contentar a los obreros sólo por un rato, para dividirlos, pelearlos entre sí y de esa manera garantizar la esclavitud asalariada de los trabajadores. Incluso en sus casos más sinceros el reformismo es un instrumento de la burguesía para corromper para sembrar impotencia, para hacer invisible a los trabajadores su fuerza verdadera para transformar al mundo desde sus raíces. La experiencia de todos los países demuestra que todo reformismo es tarde o temprano una burla a los pueblos. El ascenso de los obreros produce pánico en sus explotadores.
Este libro contiene, también, muchas referencias detalladas sobre la realidad actual de Venezuela y eso es de un valor inobjetable aunque hay que decir que mucho de lo que aquí se refiere al proceso revolucionario hacia el socialismo en Venezuela, y que esta amenazado permanentemente con intoxicaciones contrarrevolucionarias de todo tipo, vale también para muchos otros procesos que en estos momentos despiertan con energía -no sin amenazas- hacia una verdadera democracia socialista. Amenazados incluso desde adentro. Este libro de Alan Woods tiene la cualidad de aludir a un caso específico que refleja una totalidad ante la que es preciso elevar el nivel de la conciencia y elevar el nivel del debate.
El presidente Hugo Chávez declaró una guerra contra la burocracia que debe entenderse incluso contra el reformismo. Definió al burocratismo como "contra- revolución burocrática" capaz de derrotar a la revolución venezolana. Él sabe que el reformismo es una especie de colesterol de las instituciones. Que las instituciones gubernamentales deberían ser dirigidas por la clase obrera. El presidente ha dicho cosas como: "Burocracia y corrupción son la fórmula venenosa que se tiene por dentro"... "es la cuarta república y hay que dar una batalla a muerte porque eso puede acabar con lo mejor de los sueños revolucionarios". Pide el presidente al mundo entero, romper con la mentalidad burocrática, con una cultura de la dilación, el manoseo y la especulación con las necesidades de los pueblos. Pide erradicar una cultura del "sindicalerismo", los grupos que enquistados en el gobierno se han acostumbrado a vivir con privilegios; pide enfrentar el desvío de los recursos y el descorazonamiento de la sociedad victimada por burócratas indolentes, ineficientes y "cancerígenos". ¿Esta claro?
Es de importancia suprema solidarizar activamente con acciones directas tras declaratoria y convocatoria de guerra a la burocracia lanzada por el presidente Hugo Chávez. Se trata de una convocatoria que propone avanzar hasta la médula misma de una fórmula criminal que ha sido cáncer en las entrañas mismas de toda revolución. Se trata de una convocatoria cuya especificidad, relativa al gobierno venezolano, cobra resonancias extraordinarias si se mira la importancia de semejante guerra en el contexto latinoamericano y en el seno mismo de la cultura, hábitos y costumbres cotidianos de los pueblos. Ahora es necesario establecer los mecanismos, tácticas y estrategias concretas para semejante guerra cuya primera virtud es su separación de toda "moraleja", de todo moralismo, para inscribirse de inmediato como proceso socialista contra todo lo que empantana y traiciona la voluntad social sus necesidades, recursos y luchas.
Aquel que se infiltra en el gobierno para cuidar sus intereses personales o de secta, para frena el avance de la revolución que es la toma del poder en manos de los trabajadores, debe ser expulsado de inmediato. Eso es un clamor popular que se extiende cada día más. Si alguien pretende convertirse o se ha convertido en punta de una pirámide privilegiada y dominante, incapaz resolver las demandas de los pueblos, incapaz de generar trabajo productivo, que de dedica sólo dar ordenes selectivamente, a dar órdenes caprichosas e individualistas, que se dedica a favorecer a sus amigos o cómplices y se dedica a castigar a quienes no le son funcionales... gozando para su bienestar de los impuestos que el pueblo paga... si alguien ya se propuso dominar a las masas trabajadoras para que guarden silencio u obediencia a favor del poderío de una secta... si alguien ya se dedica a derrochar en gastos para sí y su familia, sus amigos y cómplices mientras se olvida y margina las urgencias de los obreros, campesinos, indígenas... si alguien -llámese como de llame- se hace cómplice del uso de las fuerzas represivas para salvaguardar las propiedades de las clases privilegiadas... si ese alguien se apropia de manera enmascarada del producto del trabajo ajeno... es preciso denunciarlo y combatirlo desde abajo, dirigir una guerra social contra todos él y todos ellos, contra esa clase burocrática, reformista, socialdemócrata... de disfrace de lo que se disfrace. Incluso si se disfraza de roja... rojita, en cualquier parte del mundo.
Con este libro Alan Woods se ha dado a la tarea científica de explicar detalladamente qué es, qué hace, cómo se infiltra el reformismo en las mejores luchas socialistas y cómo se le combate. Se trata de un libro necesario y urgente que ayudará, sin duda, a perfeccionar nuestras ideas para poner a salvo nuestras mejores luchas hacia el socialismo. Ayudará sin dudas a liberarnos de un parásito pertinaz y muy resistente que insiste en deformar nuestros mejores avances. No aceptemos las fórmulas mágicas de los gerentes del capitalismo porque no hay otra manera de que la revolución se torne irreversible más que expropiando a los terratenientes, banqueros y capitalistas, organizando las bases y métodos de la economía socialista planificada bajo control y administración democrática de la clase obrera.
Con este trabajo podemos, de verdad, aprender mucho. Abrazamos este libro con una bienvenida feliz gracias a su oportunidad, compromiso y valor como herramienta de lucha en plena Batalla de las Ideas y hacia el triunfo del socialismo. Se trata de una contribución rica en principios generales, rica en historia, rica en matices, rica en ideas... con humor y sencillez para nuestra labor de hoy que, entre otras cosas, exige una muy clara y decidida lucha para a derrotar al reformismo camaleónico. Combatirlo, palmo a palmo, incluso en todas sus, como dicen ellos, muy "novedosas" modalidades. Manos a la obra.

terça-feira, 28 de outubro de 2008

LA FILOSOFÍA EN MÉXICO

LA FILOSOFÍA Y SOCIEDAD EN EL MÉXICO ACTUAL.

Gabriel Vargas Lozano
Departamento de Filosofía de la UAM-I (gvl@xanum.uam.mx)

Empecemos con una afirmación: en la actualidad, la filosofía en general y la mexicana en particular, entendiendo por esta última, la reflexión de los pensadores nacionales en cualquier dirección, tiene una escasa incidencia en las diversas esferas que conforman nuestra sociedad como la educación; la cultura; la política y en general, en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Este hecho debería causar extrañeza debido a que en la actualidad, la humanidad en su conjunto, está enfrentando una serie de graves problemas económicos, sociales, políticos, ambientales, ideológicos y científicos que requieren la intervención de todas las disciplinas pero en especial, de la filosofía y aún más, nos encontramos en un período histórico de transición hacia una nueva etapa llamada, a falta de otro nombre, posmodernidad o transmodernidad cuyas características (negativas y positivas) ya empiezan a aparecer en la situación actual. Si la filosofía ha tenido la función de orientar la vida hacia un mundo mejor, debería estar presente en forma muy visible; debería estar formando parte del debate público y sin embargo, ante los ojos del ciudadano común, aparece como una disciplina extraña cuando no, inútil y por tanto, innecesaria.
El Estado mexicano frente a la filosofía.
Lo curioso es que la anterior no es sólo una opinión de un ciudadano que han mantenido en la des-ilustración sino también de algunos funcionarios del Gobierno. Recuerdo que el subsecretario del trabajo del sexenio de Vicente Fox (2000-2006), en una declaración periodística, expresó que el sistema no requería filósofos sino técnicos y que los primeros eran como los luditas, es decir, aquel movimiento que se opuso al progreso destruyendo las máquinas. El subsecretario tuvo una enérgica respuesta pública de mi parte que fue secundada públicamente por una serie de colegas. Su respuesta fue el silencio. [1]
Política educativa
Esta concepción negativa de la función de la filosofía por parte de los funcionarios del gobierno[2] se ha traducido en una política educativa del Estado. En efecto, mientras el gobierno, durante cincuenta años (desde los años veinte hasta los setenta del siglo XX) fomentó el desarrollo de la filosofía otorgándole un lugar importante en la formación de los estudiantes de bachillerato y propiciando la fundación de Escuelas, Facultades e Institutos en diversas zonas del país (preferentemente del centro y del norte) [3] y se desarrolló, por parte de una corriente de filósofos (en particular la latinoamericanista) una crítica a la imitación y a la dependencia [4]; a partir de 1985, se inició una tendencia que pretende reducir a la filosofía a su mínima expresión. En este sentido se operaron las modificaciones de los planes de estudio de los Colegios de bachilleres; las Preparatorias (a excepción de la UNAM) y el Colegio de Ciencias Sociales y Humanidades de la UNAM. Esta tendencia se expresó también en el intento, afortunadamente fracasado, por la reacción en contra de estudiantes y profesores, de desaparición de las licenciaturas de filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y la sustitución por un bachelor of arts mediante una reforma propuesta por el Rector Francisco Barnés de Castro. Finalmente, podemos decir que, salvo algunas notables excepciones, las Escuelas y Facultades de los Estados tienen un apoyo presupuestal mínimo para la realización de actividades de formación de profesores o investigadores [5].

La filosofía en los medios masivos de comunicación.
Finalmente, la filosofía no tiene ningún lugar en los medios masivos de comunicación impresos o electrónicos. Ello no quiere decir que, de vez en cuando, se publiquen reseñas de libros o comentarios en los suplementos culturales o que se mantenga, con un gran esfuerzo, algún programa radiofónico[6] pero la verdad es que los dos canales culturales (Canal 11 y Canal 22) no otorgan ningún espacio a la filosofía producida por los nacionales.

¿Cuáles son las causas de este fenómeno?
A mi juicio, las causas de fondo provienen, por un lado, de una tendencia general del sistema capitalista; que se ha intensificado en las últimas décadas y que afecta a todos los países, sin embargo, esta tendencia alcanza su límite crítico en sociedades como la mexicana cuyos gobiernos han profundizado la dependencia en todos los ámbitos como una “solución” a la crisis por la que atravesamos.
1. Lugar de la filosofía en la estructura social.
Con relación al primer aspecto, podemos decir que el sistema capitalista se basa, entre otras, en dos tendencias principales; por un lado, la mercantilización de todas las actividades humanas (las ideas, los cuerpos, la política, el arte, la religión, la ciencia y muchas otras) y por otro, la intensificación de los procesos de alienación o enajenación pública. En efecto, si la filosofía tiene una función altamente humanista, crítica y desalienadora, entonces sus disciplinas, de acuerdo a la “racionalidad del sistema”, no deberían formar parte de la actividad de los ciudadanos, a menos que pudieran favorecer esta tendencia.
La ideología y la enajenación.
La mercantilización está vinculada profundamente con las ideologías y el proceso de enajenación que tienen el objetivo de tratar de encubrir en la conciencia de los individuos, las condiciones de cosificación e injusticia intentando que los individuos las consideren “naturales” e “inevitables”. Para cumplir esta función, el sistema de dominación ha encontrado, en los medios masivos de comunicación, un excelente instrumento para la manipulación de las conciencias. Para lograr este propósito, ha utilizado disciplinas como la psicología, la sociología y la neurobiología, para impedir un pensamiento libre y crítico y orientarlo hacia la creación de mundos ficticios. Esta tendencia se inició desde los años 20 (y todavía no se había inventado la televisión) por Edward Louis Bernays, hijo de Anna Freud, hermana de Sigmund Freud, quien estudió los mecanismos psicológicos que deberían ser empleados en el mercado y la política.[7]
Por tanto, es fácil comprender la causa por la cuál los filósofos han sido desplazados del espacio público y reducidos a la Universidad y dentro de la Universidad a los Departamentos, Facultades o Institutos de filosofía [8].

Pero además, el uso intensivo de los medios audio-visuales en la información y comunicación desplazaron la letra escrita por la imagen y esta conversión fue aprovechada por el sistema para sustituir la argumentación racional por la percepción sensorial. Ello no quiere decir que las imágenes, bien utilizadas, no puedan servir también de un extraordinario instrumento pedagógico para la ciencia o la filosofía sino que el sistema aprovechó dicha conversión para la creación de un mundo imaginario en donde solo tiene cabida lo que llamaba Karel Kosik, “el mundo de la pseudoconcreción”[9]. Por tanto, los filósofos, ya no son los que proponen una orientación al conjunto social (con excepción de los que el sistema selecciona y aprueba) sino el conductor de radio o televisión que orienta toda la información de acuerdo a los intereses de los propietarios de los medios masivos de comunicación. La razón de ello se encuadra en su propia lógica: desde el punto de vista del sistema, la filosofía ha sido, por lo general, crítica de los poderes establecidos; induce a la reflexión y convoca a la argumentación lógica mientras el sistema de dominio busca impactar los sentidos para la enajenación y la manipulación del televidente o radio-escucha. Es por ello que está interesado en un espectador acrítico, un hombre unidimensional (Marcuse) al que luego le adjudica una “forma de ser”; un “rechazo natural” del ciudadano hacia todo lo que signifique pensar.
Se trata entonces de dos lógicas encontradas. Si la filosofía es, por excelencia, la disciplina que permite que los individuos se pregunten por el significado y sentido de la vida y el medio privilegiado para pensar la racionalidad y la justicia de una sociedad o del mundo; si la filosofía permite que los ciudadanos se vuelvan más conscientes de sí mismos, entonces la filosofía no se encuentra dentro de la lógica de la mercantilización y del dominio.
Pero si lo anterior es correcto ¿cómo es que siguen existiendo las escuelas de filosofía; los profesores e investigadores y las publicaciones?
La causa es que, por fortuna, existen dentro del sistema una serie de contradicciones que permiten la subsistencia de la filosofía. El sistema establece una determinada dinámica para propiciar su desarrollo, sin embargo, el mundo de la vida es más complejo, más rico y afortunadamente más rebelde frente a las normas impuestas.
Pero además, agreguemos que, a través de su larga historia, la filosofía ha logrado obtener un lugar como parte constituyente de los sistemas o como crítica de él. Un claro ejemplo de esto fue la polémica entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas sobre la humanidad de los indígenas. Mientras Ginés, armado del aristotélico-tomismo legitimaba la dominación española en América, Bartolomé, como una voz solitaria, defendía a los indígenas, a pesar de que clamara en el desierto. Así que dentro de los sistemas más absolutistas se presentan contradicciones y coyunturas que permiten la subsistencia de la filosofía, aunque también es cierto que hay períodos en los que toda reflexión filosófica crítica es eliminada junto a sus autores. Esto ocurrió en el nazismo; en el estalinismo o en las dictaduras sangrientas de América del Sur durante las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado y que expulsaron de sus países a los filósofos críticos[10].
Agreguemos que existe una diferencia específica entre el desarrollo de la filosofía en Europa y en América Latina. Mientras en el viejo continente ha existido una fuerte tradición filosófica, en nuestros países, se ha presentado de manera fracturada y su desarrollo plural solo se ha experimentado hasta el siglo XX.
Pero además, el arraigo de la filosofía en los países europeos proviene también de la participación de los filósofos en la construcción de sus sociedades. El ejemplo clásico es la extraordinaria aportación de los filósofos ilustrados que destruyeron las bases teóricas del absolutismo y prefiguraron las nuevas instituciones de la modernidad. En cambio, en nuestros países, nuestros filósofos, con notables excepciones, no se han encontrado a la altura de los acontecimientos históricos. Un ejemplo de ello fue la falta de una reflexión filosófica específica durante la crisis que condujo a la Revolución Mexicana de 1910. La justificación a posteriori que hicieron Antonio Caso y José Vasconcelos en torno a la tesis de que su lucha en contra del positivo y a favor de un espiritualismo había sido antecedente de dicha Revolución, a mi juicio no se sostiene ya que se limitó a la crítica del positivismo (con el apoyo del Estado porfiriano) y no, como ocurrió en la Revolución Francesa, a la crítica del régimen porfiriano o a la caracterización de las instituciones del futuro.
Por tal motivo, una tradición tan fuerte como la Europea no es fácil de eliminar, a pesar de la tendencia del sistema hacia la liquidación de toda forma de pensar crítica y de periodos históricos de totalitarismo.
La introducción del neoliberalismo
Pero existe otro aspecto fundamental que ha afectado al desarrollo de toda la vida social en México y a la filosofía en particular. Trataré de explicarlo en forma breve: en la década de los ochenta, los gobiernos de Ronald Reagan (EUA) y Margaret Thatcher (Gran Bretaña) junto a agencias como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, establecieron la política neoliberal basada en las teorías de Milton Friedman y Friedrich von Hayek. Esta estrategia se basó en el desmantelamiento del Estado benefactor (welfare state); la disminución del papel del Estado y la privatización de las empresas públicas, entre otras medidas. En nuestro país, esta estrategia fue adoptada por el régimen de Miguel de la Madrid (1982-88); profundizada por Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y continuada por los demás gobiernos hasta la fecha. ¿Por qué se adoptó dicha estrategia? Una de las causas fue la desastrosa política petrolera de José López Portillo (1976-82) y que desembocó en la crisis al final del sexenio pero otra fue la decisión del grupo gobernante de convertir la economía nacional en un sector subordinado de la economía norteamericana. Este hecho implicó un cambio de la política en todos los ordenes. Así, mientras en los dos primeros tercios del Siglo XX se pretendió construir un país con un desarrollo propio en lo económico, lo político y lo cultural, a partir de aquel momento, se consideró que el país tenía que adoptar una posición dependiente con respecto a las necesidades e intereses de los países altamente industrializados. Ya no se trataba de sustituir importaciones sino ubicarse en forma subsidiaria en el sistema global. Por tanto, a los ciudadanos había que formarlos en el uso de las nuevas tecnologías; adiestrarlos para insertarse en los servicios y para la reproducción acrítica de las teorías. Esta concepción de fondo es, desde mi punto de vista, la causa de las opiniones de los funcionarios gubernamentales sobre la filosofía.
Agregaría que los filósofos podrían haber mostrado que aún, en la lógica del sistema, la filosofía podía cumplir un papel importante en la conformación de un individuo con una mentalidad más organizada e ilustrada a través de la educación filosófica. Tirios y troyanos, podrían haber encontrado, en la página de web de la Asociación Filosófica Americana (APA) del país más pragmático del mundo, los Estados Unidos, los elementos para demostrar que la filosofía puede ser útil para el desempeño de todas las actividades pero nuestra comunidad filosófica permaneció en silencio.
Hasta aquí, el lugar que, en mi opinión, asigna a la filosofía el actual sistema en nuestro país.
Ahora veamos como ha reaccionado nuestra filosofía frente al devenir del sistema en estos años.
II. La filosofía mexicana frente a la sociedad.
A mi juicio, prácticamente todos los filósofos mexicanos han tenido una idea de lo que ha sido, es y podría ser el país. Lo que ocurre es que no siempre la han hecho expresa y tampoco han estado de acuerdo sobre la forma en que la filosofía puede tomar a su cargo la problemática nacional. Por ejemplo, en el debate de los sesenta entre Leopoldo Zea y quienes propiciaron la filosofía analítica (Luis Villoro, Fernando Salmerón y Alejandro Rossi, principalmente) se encontraban no sólo diversas formas de entender a la filosofía y sus relaciones con la sociedad sino una forma de entender el destino de México. Zea criticó el modo inauténtico de hacer filosofía a partir de la reproducción acrítica de los sistemas y abogó porque la filosofía enfrentara directamente nuestros propios problemas desde una concepción historicista, sin embargo, no hizo una crítica sistemática al corporativismo y en general al sistema autoritario de dominación. Luis Villoro, en cambio, consideró, en los setenta, que el país lograría convertirse en una potencia media y que requería una filosofía fundada en la ciencia y la técnica que tuviera una función metateórica[11]. Años después pudimos comprobar que el país no avanzaría por esa senda y que, por el contrario, nos encontrábamos en una severa crisis económica y social. Ello no quiere decir que no fueran válidas, en sí mismas, varias de las posturas de nuestros dos importantes filósofos. Yo creo que hoy nadie podría rechazar la necesidad de que la filosofía enfrente los grandes problemas que nos aquejan y tampoco la necesidad de una filosofía del lenguaje o una filosofía de la ciencia y de la técnica pero detrás de todo ello existía (y existe) el tema de la relación entre filosofía y sociedad.[12]
Pero la pregunta es: ¿cuál fue la reacción de los filósofos mexicanos ante la estrategia neoliberal?
En lo que se refiere a las tendencias de la investigación, la reacción ha sido diversa y compleja. Por un lado, los filósofos han tenido que someterse a una lógica productivista impuesta a las Universidades por los últimos regímenes, sin embargo, por otra, han gozado de libertad de investigación debido a dos causas: la tradición de la autonomía universitaria que ha sido preservada en las Universidades públicas y la escasa incidencia de sus reflexiones en la vida pública.
Aquí entramos al terreno de la filosofía misma en donde se combinan impulsos provenientes, por así decirlo, de su exterior e impulsos internos.
Un recuento esquemático nos arrojaría el siguiente resultado:
En primer lugar, continúa la tradición de importación de corrientes filosóficas “a la moda” en Europa o los Estados Unidos. Este hecho es inevitable y no tendría mayor significado si: a) la importación se practicara en forma creativa y b) se utilizara a las grandes corrientes del pensamiento para aportar un conocimiento para nuestras sociedades.
En segundo lugar, se han abordado temáticas importantes como las de la modernidad y la posmodenidad; feminismo, el multiculturalismo; teorías de la acción comunicativa y hermenéutica. Esta última ha sido la que más ha llamado la atención en los últimos tiempos, en sus diferentes versiones, a partir de la crisis del intento de lograr una filosofía cientificista y plenamente objetiva.
En tercer lugar, se ha registrado un giro pragmático hacia el análisis de temas específicos que también importarían a la sociedad en su conjunto como: el aborto[13], la equidad de género, la eutanasia, la pena de muerte, los problemas ecológicos; la relación entre ética y política y la bio-ética.
En cuarto lugar, a partir del pacto político entre el gobierno y las fuerzas de oposición, en 1977, ha resurgido, de manera significativa, la problemática de la filosofía política abordando la democracia, los derechos humanos, las ideologías, la formas de Estado, etc.
.Pero en quinto lugar, considero que también es de interés el hecho de que la “filosofía mexicana” [14] se ha dedicado, de manera creciente, al rescate de nuestro pensamiento y de nuestras tradiciones culturales, renovando los estudios de historia de la filosofía en México y en Latinoamérica y ubicando nuestra reflexión filosófica en relación con el entorno cultural. Por mi lado, considero que debemos hacer filosofía, en sentido estricto del término, pero enclavada profundamente en nuestra realidad. Esta es una característica clásica de la filosofía: Aristóteles reflexionó sobre temas ontológicos y gnoseológicos pero también sobre Atenas desde el punto de vista ético y político y buscó soluciones concretas para su sociedad; Locke reflexionó sobre el tema del conocimiento pero también innovó en la filosofía política proponiendo el iusnaturalismo, justamente cuando el Rey había dejado el poder (recuérdense sus “Dos ensayos sobre el gobierno civil”); Hegel pensó la relación entre el ser y la nada, en su Ciencia de la lógica pero en su Filosofía del derecho, no sólo se deslindó de la tradición democrática de Rousseau y del absolutismo proponiendo un Estado racional sino que avanzó en los conceptos de sociedad civil y eticidad. Insisto: la filosofía clásica se mueve entre lo universal y lo particular, entonces, la pregunta que surge es: ¿por qué, en nuestro país y en otras naciones latinoamericanas, se escinde en forma abismal lo universal de lo particular? La respuesta a esta pregunta podría ser abordada desde tres dimensiones: a) se busca desarrollar un tipo de filosofía concentrada en aspectos universales que, por lo general, implican la aclaración o profundización de un filósofo sin tomar en cuenta sus implicaciones sociales; b) se reflexiona sobre alguna temática pero sin extraer sus consecuencias para la humanidad; c) se elude el compromiso social y ético del filósofo. En torno a este último aspecto, uno de los casos más graves es, por ejemplo, el de Martín Heidegger. Por un lado, nadie puede poner en duda la importancia de sus reflexiones filosóficas pero ¿qué opinión nos merece el hecho de que no hubiera dicho absolutamente nada sobre el nazismo y en especial sobre el genocidio de millones de judíos y personas de otras nacionalidades en los hornos crematorios?. Y de igual manera, para poner un ejemplo más cercano ¿el filósofo mexicano puede quedarse callado ante las condiciones de pobreza, desigualdad, injusticia y corrupción en que nos encontramos? ¿no debería pensar, como los clásicos, en la relación existente entre la filosofía que practica y la sociedad en que vive?
Quiero aclarar que, a mi juicio, el filósofo tiene el derecho de reflexionar sobre lo que desee y desde la perspectiva que elija, con la condición de que sea creativo y no meramente repetitivo pero, a mi juicio, no puede obviar que su reflexión está situada en una sociedad que ha pasado por trescientos años de colonia y que, en muchos sentidos, sigue viviendo en condiciones de dependencia. A mi juicio, el filósofo mexicano o latinoamericano debería tomar explícitamente una posición al respecto.
En suma, mi conclusión es que, por un lado, el sistema, sobre todo en los últimos años, ha hecho esfuerzos por limitar a la filosofía. A pesar de ello, una parte de nuestra comunidad ha tratado de responder, a su manera, a las necesidades generales de la sociedad, sin embargo, sus esfuerzos han sido insuficientes.
3. ¿Qué podemos hacer?
La pregunta entonces es ¿qué podemos hacer para que la reflexión filosófica cumpla una función en la sociedad mexicana?
En primer lugar, considero que no deberíamos entender a la filosofía como una disciplina que debería ser cultivada exclusivamente en las Escuelas, Facultades o Institutos de filosofía sino como una disciplina que debe ser cultivada en todos los ámbitos de la sociedad. Ello implica, por supuesto, diversos problemas específicos que deben ser afrontados. Uno de ellos es el de la forma en que la filosofía puede relacionarse con la sociedad[15] y otro es el de la función de la filosofía en diversos ámbitos. En efecto, en el libro Philosophy: school of freedom, que es un importante diagnóstico mundial del estado de la filosofía, esta disciplina debe ser enseñada a los niños; a los adolescentes; a los adultos y a los mayores y desde luego, en la Secundaria; la Preparatoria; la Universidad y a los ciudadanos en la Plaza pública.
En este sentido, podemos afirmar que en nuestro país no ha habido un plan de desarrollo de la filosofía en todos los niveles como lo recomienda la UNESCO. Para poder llevar a cabo esta labor se requiere exigir a las autoridades educativas del Estado (SEP, CONACYT, CONACULTA, Editoriales como el FCE, Comisiones de cultura de las Cámaras de diputados y senadores; Universidades y otras instituciones culturales) que den el espacio que se merece a la filosofía.
En segundo lugar, se requiere una nueva actitud del filósofo. En esta dirección, en una importante reunión celebrada en Dakar en enero de 2006 por parte de la UNESCO y la FISP denominada “Philosophy teaching in the context of globalization” se pedía a los filósofos: “dejar su “espléndida soledad” que a veces se separa de las realidades del mundo, para confrontar los problemas reales experimentados por hombre y mujeres y contribuye a encontrar respuestas para ellos”[16]
En tercer lugar, se requiere poner en marcha una reforma de la enseñanza de la filosofía en las escuelas de filosofía en el país. Para ello, me permito hacer cuatro sugerencias[17] :
Cuatro sugerencias
1) La falta de cursos de didáctica de la filosofía. Si el estudiante egresará como profesor, en su carrera no recibe ninguna formación en este sentido. Aún más, se ha descuidado, salvo en la materia de lógica, el estudio de la didáctica de nuestra disciplina y que hoy debería incluir el uso de las nuevas tecnologías.
2) Los cursos de filosofía en México vinieron a menos porque no se renovó su contenido y metodología. Hoy observamos en nuestro país un creciente interés por parte de diversos investigadores para realizar la necesaria historia de la filosofía en México pero no se ha traducido en su fortalecimiento en los planes de estudio ni en la enseñanza. Aún hoy existen muchos profesores que no incorporan en sus materias el estudio de nuestros filósofos y que no han tomado conciencia de la necesidad de la disciplina para desarrollar una reflexión que tenga conciencia de que la filosofía tiene que responder a nuestros propios problemas independientemente de su posible universalización. La historia de la filosofía en México implica la recuperación de nuestras tradiciones; el hacer valer las aportaciones de nuestros pensadores y en vincular el estudio de la filosofía en general con los problemas de nuestro país; nuestro continente e inclusive con la filosofía en lengua española.
3) En los planes de estudio de las carreras de filosofía, no se forman los especialistas necesarios para establecer las relaciones pertinentes entre la filosofía y las diversas carreras que se enseñan en la Universidad. Por ende, tampoco existen en esas carreras, los espacios necesarios para establecer un vínculo productivo [18] Creo que los especialistas saben que la filosofía ha tenido históricamente y tiene actualmente una relación con la economía; la ciencia política; la historia; la medicina; la física; la biología; la ingeniería; la arquitectura, etc. Lamentablemente, los pocos espacios existentes se desaprovechan y he conocido que en la carrera de economía, algún colega, en lugar de enseñar la relación entre Adam Smith, Karl Marx hasta Hayek pasando por Joan Robinson entre filosofía y economía, les enseñaba El ser y el tiempo de Martín Heidegger....
Este desencuentro entre filosofía y ciencia implicó también el desencuentro entre ciencia y filosofía.
Recordemos que en la ciencia misma se produjo un rechazo de la filosofía por su carácter especulativo. Dos ejemplos los podemos encontrar en la Historia y en la Ciencia Política: en la historia se impuso la tendencia empirista en contra de la especulativa de la filosofía clásica pero no se avanzó en la reflexión sobre los problemas del conocimiento histórico por parte de los historiadores y muy poco por parte de los filósofos. En el caso de la ciencia política se adoptó el conductismo pero ya en la década de los sesenta, Isaiah Berlin mostró la insuficiencia de un análisis conductista porque no respondía al problema del ciudadano: ¿por qué debo obedecer? Y los valores subyacentes. Se requería entonces rejuvenecer una disciplina que había sido dada por muerta: “la filosofía política”.
4) Finalmente, la falta de espacios para el diálogo entre los que sostienen diversas corrientes filosóficas sobre temas comunes. Para ello se requiere que exista la voluntad de un debate que siga las normas que propone Jürgen Habermas para un “diálogo libre de dominio” y que sí podrían aplicarse en la educación.
En suma, la ausencia de recursos pedagógicos idóneos; la falta de relación entre la filosofía y nuestra propia tradición; la carencia de especialistas que permitan la intermediación con otras disciplinas y la falta de espacios dialógicos explica, en parte, la falta de comprensión sobre la función de la filosofía por parte de otros profesionales y su ausencia en el conjunto de la sociedad.
Conclusión
La filosofía mexicana, en su enseñanza, investigación y difusión ha sufrido el impacto del sistema de dominación que busca reducir su importancia en la educación del ciudadano. La comunidad filosófica, por su parte, ha tratado de responder, de diversos modos, a la situación por la que ha atravesado la sociedad mexicana, latinoamericana y universal. Pero, como hemos dicho, hace falta una mayor incidencia de la filosofía en todas las esferas de la sociedad mexicana.
Se requiere desarrollar todo un programa de ilustración pública (como de alguna manera ha estado haciendo la comunidad científica) que implique varias acciones: establecer una sintonía entre las necesidades sociales y la reflexión filosófica; hacer comprensible la reflexión filosófica a pesar de que se sabe que existen ciertos aspectos que requieren especialización pero, si el filósofo es conciente de su responsabilidad social, está obligado moralmente a “colocar una escalera” para que la gente pueda acceder a la comprensión de la disciplina independientemente de que en ella existen temas que también están a flor de tierra. Además, la comprensión general de la función que ha tenido la filosofía en todos los tiempos, redundará en la fortaleza de la propia actividad filosófica al tener un respaldo público. Esta labor debe ser producto de quienes se dedican a esta actividad ya que los medios masivos de comunicación, solo darán espacio a la filosofía si: implica algún beneficio económico, político o ideológico para el sistema o si el público lo demanda [19].
Y finalmente, se requiere utilizar los nuevos recursos que ofrece la internet y que a pesar de que se encuentran ya saturadas de propaganda comercial, no ha podido impedir, hasta ahora, la comunicación de millones de personas en todo el mundo, en formas extraordinariamente variadas. Aquí hay un camino para la difusión de la filosofía a un público más amplio [20]

Hoy nos encontramos con una sociedad sumida en una profunda crisis. La filosofía, las ciencias naturales y sociales y las humanidades en su conjunto deberían estar buscando alternativas para su solución, profundizando el conocimiento de nuestro país; fortaleciendo la incipiente democracia y pensando una orientación más justa para nuestra sociedad.


[1] Dejo constancia de mi carta al Correo Ilustrado de la Jornada, el 9 de febrero de 2004: La filosofía, necesaria en todas las profesiones y para alcanzar libertades.
Señora directora: Ayer fueron publicadas unas declaraciones del señor Francisco Xavier Salazar Sáenz, subsecretario de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social -en torno a la filosofía y las humanidades- que son verdaderamente sorprendentes por su ignorancia y que no merecerían una respuesta si no representaran una peligrosa tendencia que se observa en la actualidad. El señor Salazar dice que las instituciones de educación superior y el gobierno federal, en lugar de apoyar a la filosofía y las humanidades, "deberían alentar y explorar otras alternativas" técnicas como la ingeniería y la biotecnología, entre otras. Esta posición denota, en primer lugar, incomprensión sobre la función que tiene en la sociedad la filosofía en particular y las humanidades en general y, en segundo, la idea de que nuestro país debe convertirse en una empresa maquiladora movida por un ejército de robots donde los que "piensan" serían una elite ubicada en las grandes metrópolis. Para ilustración del señor Salazar, la filosofía es la única disciplina que puede proporcionar, a cualquier persona, una conciencia racional de su situación en el mundo, capacidad para resolver los problemas y para analizar conceptos y argumentos, desarrollo de la capacidad de expresión y comunicación, así como cultura necesaria para desempeñar, de mejor manera, cualquier trabajo. La filosofía es necesaria en todas las profesiones (desde la ingeniería hasta la medicina) porque sus disciplinas (la ética, estética, lógica, filosofía de la ciencia y la tecnología, la filosofía política, etcétera) proporcionan elementos necesarios para poder reflexionar sobre una serie de problemas que son de extrema importancia, como el significado y consecuencias de la automatización, la globalización, los nuevos descubrimientos de la ciencia, la desigualdad o la injusticia, por sólo citar algunos.
Además me permito informarle que los filósofos han contribuido, de manera significativa, a conformar la sociedad: desde Aristóteles y Platón hasta Locke, Stuart Mill, Comte, Kant o Hegel. Por último le comunico que la UNESCO, en fechas recientes, ha propuesto una estrategia mundial para que la filosofía forme parte normal de la educación del ciudadano (UNESCO Strategy on Philosophy, junio, 2003) porque es una disciplina que "educa a los seres humanos para alcanzar libertades fundamentales en el orden intelectual, político, civil y económico, además de constituir el principal elemento de paz y estabilidad en el mundo". No se trata de negar la importancia de la tecnología, sino de entender que también se requieren filósofos y humanistas para que México salga del estado en que se encuentra. Gabriel Vargas Lozano, Presidente de la Asociación Filosófica de México AC


[2] Incluiría aquí también a la Presidenta de CONACULTA del sexenio de Vicente Fox a quien no le interesaron las propuestas que le hizo el comité directivo de la Asociación Filosófica de México que le hicimos llegar en el año de 2002. Agregaría que la filosofía no figura como una de las ramas de la cultura que deberían ser apoyadas por ese organismo.
[3] Las fechas son un indicador del interés del Estado en crear instituciones de enseñanza e investigación en filosofía: La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de México, se funda el 23 de septiembre de 1924. Sustituyendo a la Escuela Nacional de Altos Estudios. En 1940, se funda el Centro de estudios filosóficos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (posteriormente convertido en Instituto de Investigaciones Filosóficas). En 1950 (21 de abril) se funda la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras, que se convierte en Fac. de Filosofía, Letras y Psicología en 1966 y desde 1974, Facultad de Filosofía y Letras, en la Universidad Autónoma de Nuevo León. En 1952 se funda la Facultad de filosofía de la Universidad de Guanajuato. El 1 de febrero de 1956 se funda el Departamento de filosofía, hoy Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Veracruzana. El 15 de enero de 1957, se funda la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara.1963. Se funda la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua.1965 (12 de mayo), se funda la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Puebla. Ese mismo año se funda la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México.
[4] Ubiquemos aquí la línea que inició Antonio Caso contra lo que llamó la “imitación extralógica”; Samuel Ramos, en contra de la copia de corrientes y a favor de que la filosofía pensara a México (aunque no siempre con mucha fortuna); José Gaos, quien hizo un estudio a fondo de las características de la filosofía en los países productores y los dependientes; Salazar Bondy, quien hizo una crítica devastadora y pormenorizada (y no siempre justa) de la dependencia de la filosofía latinoamericana y Leopoldo Zea, quien criticó el eurocentrismo y el espíritu colonial.
[5] Aquí el problema no ha sido sólo la falta de apoyos económicos sino también la ausencia de una estrategia conjunta para el desarrollo de la filosofía en todo el país.
[6] Recientemente, un grupo de profesores de filosofía nos opusimos a la decisión, por parte del gobierno del Estado de Jalisco, de suprimir el único programa semanal dedicado a la filosofía por la Radio cultural del Estado (Mas información en mi blog: www.gabrielvargaslozano.org)
[7] “The conscious and intelligent manipulation of the organized habits and opinions of the masses is an important element in democratic society. Those who manipulate this unseen mechanism of society constitute an invisible government which is the true ruling power of our country. …We are governed, our minds are molded, our tastes formed, our ideas suggested, largely by men we have never heard of. This is a logical result of the way in which our democratic society is organized. Vast numbers of human beings must cooperate in this manner if they are to live together as a smoothly functioning society. …In almost every act of our daily lives, whether in the sphere of politics or business, in our social conduct or our ethical thinking, we are dominated by the relatively small number of persons…who understand the mental processes and social patterns of the masses. It is they who pull the wires which control the public mind”. Edward Louis Bernays en Propaganda. USA, 1928

[8] Este desplazamiento no sólo ha sido causado por el sistema sino por los mismo profesionales de la filosofía que, en algunos casos, declaran equivocadamente que la filosofía no tiene que ver con la sociedad o cuando la convierten en una reflexión exclusivamente técnica.
[9] Karel Kosik, Dialéctica de lo concreto. Ed. Grijalbo, México, 1969.
[10] Recordemos aquí a Marcuse, Horkheimer y Adorno que fueron expulsados de Alemania por el avance del nazismo; a Lukács o Kosik, quienes sufrieron persecución durante el estalinismo; a los filósofos españoles que fueron obligados a huir del franquismo o todos los filósofos latinoamericanos que se refugiaron en México durante las dictaduras de Guatemala, Argentina; Chile, Uruguay, Brasil y otros.
[11] Sobre los aspectos filosóficos de este debate, véase mi libro: Intervenciones filosóficas ¿qué hacer con la filosofía en América Latina?. Ed. UAEM, México, 2007.
[12] Hoy, el Dr. Zea lamentablemente ha fallecido y el Dr. Villoro ha dirigido sus esfuerzos hacia una reflexión sobre el sistema de dominación y la apuesta hacia un México que reconozca la pluralidad, el multiculturalismo y la democracia en un sentido no liberal.
[13] Véase la interesante propuesta de un grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM que he reproducido en mi blog: www.gabrielvargaslozano.org
[14] Sobre este punto, mi propuesta (que comparten otros colegas) es que debemos hablar de filosofía mexicana por el simple hecho de ser producida por nacionales y sin tener que comprometerse, necesariamente con la “filosofía del o de lo mexicano”. Además, habría que pensar si en Alemania se dice “filosofía en Alemania”; en Francia “filosofía en Francia” y en Inglaterra e Italia, “filosofía en esos países”.
[15] Una, que extraigo del libro Philosophy. School of Fredom de la UNESCO: “por su verdadera naturaleza, la función esencial de la filosofía es extrapolar las estructuras teóricas que subyacen a los objetos culturales y extraer su vitalidad midiéndose a sí misma, contra los problemas concretos de las vidas de los pueblos y de las sociedades”; otra procedente de Filosofía de la praxis de Adolfo Sánchez Vázquez: la filosofía debe hacerse como una reflexión desde la praxis (no desde una teoría que contempla al mundo) que debe tener como centro la interpretación y la transformación del mundo.

[16] Philosophy. A School of Freedom.Teaching philosophy and learning to philosophize: status and prospects. UNESCO, Paris, 207, p. 114
[17] Para tratar de intercambiar experiencias, el Lic. Ricardo Villarreal y el que esto escribe, propiciamos la primera reunión de escuelas de filosofía del país en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, los días 28 y 29 de noviembre de 1991. Esta iniciativa continuó en 1992 en la Facultad de Humanidades de la UAEM; en 1993, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara; en 1994, en el Departamento de filosofía de la Universidad Autónoma de Aguascalientes; en 1995, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; en 1996, en la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana y en 1997 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL. Se conservan algunas memorias de las reuniones pero estas solo tuvieron un carácter deliberativo. En el prólogo a las memorias del Quinto encuentro, propuse que se hiciera un diagnóstico nacional de las fortalezas y debilidades de la enseñanza, la investigación y la difusión en filosofía que permitiera adoptar las medidas pertinentes. Hasta ahora no existe tal diagnóstico.


[18] La flexibilidad de los planes de estudio de las carreras, adoptado en la UAM-I, en fechas recientes, permite que los estudiantes cursen materias en otras disciplinas pero, por nuestro lado y creo que también por el suyo, se requiere formar a un especialista que sea capaz, por ejemplo, de establecer las relaciones correctas entre filosofía y biología; filosofía y física; filosofía e ingeniería; filosofía y medicina; filosofía y ciencias políticas, etc.
[19] La UNESCO, a través del libro mencionado propone la creación de Cafés filosóficos; talleres; consejeros filosóficos; realización de Olimpiadas; debates a partir de películas o de obras teatrales; blogs y páginas de internet; celebración de Día internacional de la filosofía y la impartición de la filosofía en múltiples ámbitos como la salud; la política y en los centros culturales.
[20] En la UAM-I hemos creado la página de web: www.cefilibe.org y algunos maestros ya cuentan con páginas o blogs.