Brasil 2010: La necesidad de una Asamblea constituyente que refunde el país en el Socialismo
Antonio Salamanca Serrano
Publicado en Aporrea.org: 09/12/09
Reconociendo y sin descrédito alguno y de lo positivo que haya significado el gobierno de Lula en Brasil, el estado de necesidad en que se encuentra el pueblo brasileño por causa del sistema económico capitalista (neoliberal y socialdemócrata), y las limitaciones e incapacidades del poder político constituido, exigen la convocatoria, en 2010, de una Asamblea Constituyente que refunde al país en el socialismo. Veamos en un rápido acercamiento el estado de necesidad y opresión del pueblo brasileño.
1ª Necesidad de Comunicación Material
1.1 Necesidad eco-estética
El bello ecosistema brasileño está siendo destruido por la desforestación, la contaminación química, transgénica y radioactiva. Brasil, el quinto país del mundo en extensión, tiene 8,5 millones km², el 47% de América del Sur, dividido en 26 estados federales, un Distrito Federal, y 5.564 municipios. En el país viven 192.000.000 de personas mal comunicadas geográficamente. Según datos de la patronal de los transportistas, de un total de 89.552 kilómetros de carreteras nacionales y regionales, apenas 27.713 kilómetros (31%) fueron clasificados como en buen estado para el tránsito. Los restantes 61.839 kilómetros cuadrados fueron calificados como en pésimo, mal o regular estado para el tránsito por los técnicos. La cuenca amazónica sudamericana, que se extiende por Perú, Colombia, Bolivia y Brasil, es de aproximadamente 6,2 millones de km2. Cuenta con una población aproximada de 33,5 millones de habitantes, de los cuales 21 viven en ciudades, y 12,5 en el campo. La cuenca amazónica brasileña es de más de 4 millones de kilómetros cuadrados, prácticamente la mitad del país. La cuenca del Amazonas alberga entre el 15 y el 20 % del agua dulce del planeta. Brasil, junto con México, Colombia, Indonesia y Perú, albergan entre el 60 y 70 % de la belleza natural de la biodiversidad de especies de flora y fauna del planeta, más de 10 millones de especies. Pues bien, entre agosto de 2007 y julio de 2008, el último registro oficial anualizado, fueron devastados 12.911 kilómetros cuadrados de selva, 12 % por encima del año anterior. Según la revista científica Nature, en 2050 se habrá perdido el 40% de la Amazonia si la tendencia actual de expansión agrícola continúa. Además, la expansión agrícola y ganadera es en su mayor parte de monocultivos transgénicos, que atentan contra la biodiversidad y la salud del ecosistema. Según el periodista Christophe Ventura, Lula da Silva ha firmado compromisos con las firmas del agrobusiness Monsanto, Syngenta, Cargill, Nestlé, Basf, Bayer, etc., con objeto de convertir a Brasil en el mayor productor mundial de soja, de caña de azúcar para etanol y otros productos . “La organización Amigos de la Tierra-Amazonia Brasileña publicó, en abril de 2008, el informe “La hora de la cuenta – Ganadería, Amazonia y coyuntura”, en el que explica que la Amazonia se consolidó como una importante región productora de carne debido a la instalación de megafrigoríficos, financiados con recursos públicos subsidiados por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil del orden de los 6.000 millones de reales en 2008, un récord histórico. De ese monto, casi nada se destinó al aumento de la productividad y la recuperación de tierras degradadas o abandonadas. El informe muestra incluso que uno de los factores centrales para la viabilidad de la ganadería en las principales regiones productoras de la Amazonia es la invasión y la posesión ilegal de tierras públicas, acompañada de deforestación irregular”.
Brasil es uno de los mayores consumidores mundiales de venenos agrícolas. En la cosecha pasada se vertieron a los campos de caña de azúcar, soja, arroz, maíz, tabaco, tomate, patata, uva, fresas y hortalizas, 713 millones de toneladas, a razón de 3.700 kilos por cada brasileño. Según Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria), existen en el mercado más de veinte productos agrícolas peligrosos para la salud. Sin embargo, la misma agencia, por presiones de Monsanto, autorizó que los productos derivados de la soja pudiesen tener hasta 10,0 mg/kg de glifosato, 50 veces más que lo que antes se permitía para la soja y el aceite de soja (0,2 mg/kg de residuos). Lo mismo ocurre con el maíz, que una vez que ha sido aprobado el maíz transgénico, se quiere aumentar el umbral de residuos de 0,1 mg/kg permitido actualmente a 1,0 mg/kg[1]. Por otro lado, según la organización no gubernamental Consejo de Informaciones sobre Biotecnología, Brasil, en 2007, plantó el 12% de los cultivos genéticamente modificados en el mundo, siguiendo a Estados Unidos y Argentina. La soja transgénica se extiende por 14 millones de hectáreas, y el maíz transgénico 1,5 millones de hectáreas. Por si los riesgos no fuesen pocos, el gobierno brasileño pretende sumar los riesgos de los accidentes y de los residuos nucleares con la construcción de entre 50 y 60 centrales nucleares en los próximos 50 años.
Según datos de 2005 de los programas internacionales de la ONU, en Brasil hay aproximadamente 34 millones de personas sin vivienda. De las viviendas, sólo el 62,4% cuenta con saneamiento básico. De las familias con menores que disponen de vivienda, sólo el 54,5% dispone de servicio de saneamiento. Más de 100 mil familias sin-tierra mal viven acampadas por el país al raso, en barracas de plástico negro junto a las cunetas de las carreteas.
Según datos del Estudio Nacional de Demografía y Salud de la Infancia y la Mujer, de 2007, en la región Norte del país, el 13.3% de la población pasa hambre. La desnutrición infantil aguda afecta al 1,6% de los menores brasileños menores de 5 años. De las mujeres sin estudios, el 20% de los hijos nacidos vivos mueren antes de cumplir un año. El sistema público de salud brasileño (SUS) no satisface las necesidades de toda la población, por falta de calidad, recursos y accesibilidad en tiempo a los servicios médicos y los medicamentos. Eso ha provocado una tendencia directa e indirecta a la privatización del mismo. En Brasil, unos 50 millones de personas pagan planes de seguros privados de salud. Con un gasto semejante, el sistema público atiende a 150 millones de personas (SUS). El sistema público de salud brasileño destina el 70 % de sus recursos para financiar el sistema privado de atención médica. Los gastos de salud ocupan el cuarto lugar del presupuesto familiar, después de la vivienda, alimentación y transporte. Entre los más pobres, la mayor parte de sus escasos ingresos está destinada a la salud, el 90 %, a la compra de medicamentos. Entre 15 y 20 % de la población brasileña no tiene acceso a estos medicamentos[2].
1.2. Necesidad ero-económica
La necesidad de reconocimiento afectivo no está satisfecha del todo en Brasil por causa de la discriminación racial, sexual, económica, etc. Brasil cuenta con 95 millones de blancos, 81 millones de mestizos, mulatos y zambos, 14,5 millones de negros, 1 millón de asiáticos, y aproximadamente de 600.000 indígenas. Según la coordinadora colegiada del Forum de Mujeres de Pernambuco y de la ONG Ciudadanía Femenina, Rejane Pereira, la mayor parte de las mujeres negras pobres tienen trabajos ‘informales’ con una renta media de R$ 100. Según datos de la Fundación Nacional de Salud (Funasa) la población indígena de Brasil es de 470 mil personas, el 0.2% de la población total del país. Los datos del censo demográfico de 2000, realizado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) computó 734.127, el 0.4% de la población del país. Se agrupa en un total de 220 pueblos indígenas, algunos de ellos, como los Guaraníes, extiende su territorio por varios Estados-nación (Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay), Yanomami (Brasil y Venezuela), Tukano (Brasil e Colombia) y Tikuna (Brasil, Colombia y Perú). La extensión de sus territorios es aproximadamente de 110,6 millones de hectáreas, el 13% del territorio nacional y el 21% de la Amazonia brasileña. La riqueza lingüística de estos pueblos significa más de 180 lenguas, agrupadas en 35 familias lingüísticas. La discriminación es especialmente fuerte hacia los negros, mujeres, indígenas y extranjeros. Especialmente aguda es la discriminación de la población indígena que sufre la marginación social, expropiación de sus tierras y exterminio étnico. Según datos del Instituto Migraciones y Derechos Humanos (IMDH) hay entre 200 a 250.000 extranjeros indocumentados que viven en Brasil: bolivianos, peruanos, paraguayos, colombianos, que son discriminados y explotados laboralmente. El Gobierno Federal aprobó la Ley N° 11.961/2009 (Ley de Amnistía) por la que se concede registro provisorio a los extranjeros irregulares que entraron en Brasil antes del día 1° de febrero de 2009, si lo solicitan antes de que finalice el presente año. En Brasil se estima que puede haber más de 20 millones de homosexuales, entre el 15 y el 20% de la población, que sufre elevados niveles de homofobia. En 2008 fueron asesinados en Brasil 190 homosexuales, uno cada dos días, un aumento de 55 % respecto a 2007.
Respecto a la necesidad de un sistema económico que asegure al pueblo la producción y reproducción de la vida, el sistema económico capitalista ‘socialdemócrata’ brasileño sigue permitiendo la expropiación de los medios de producción del pueblo, comercialización de los productos e incluso del consumo de los mismos. Brasil cuenta con 600 millones de hectáreas cultivables, pero la reforma agraria está pendiente. Según datos del censo agropecuario del IBGE – Instituto Brasileño de Geografía y Estadística – el 43% de las áreas agriculturables del país son latifundios. Después de Paraguay, Brasil es el país con mayor concentración de tierra en el mundo. En Brasil, el 2%, o sea, 50.000 terratenientes, son dueños de la mitad de la naturaleza del país. Según el ministro brasileño de Reforma Agraria, Guilherme Cassel, en los seis primeros años del gobierno Lula, 520 mil familias consiguieron tierras. Y está previsto seguir asentando entre 70 mil y cien mil familias por año. Sin embargo, el MST rechaza estas cifras y afirma que sólo fueron asentadas cien mil familias. Mientras, 4.000.000 de labriegos permanecen sin tierra, y 230.000 familias están esperando la reforma agraria viviendo en campamentos junto a las carreteras del país. Además del latifundio, en los últimos años, las grandes empresas transnacionales se han apoderado de la producción y circulación de las semillas y del petróleo. Están controlando el agronegocio y el monocultivo, usando agrotóxicos prohibidos. El pueblo brasileño necesita, en palabras de Stédile, una “Reforma Agraria Popular”. Un reforma que establezca un límite de 1.500 hectáreas, con objeto de favorecer la pequeña agroindustria en manos de los trabajadores organizados en cooperativas[3].
El Gobierno financia el agronegocio y los agrocombustibles en el Plan Agrícola y Pecuario 2008/2009, con 65 billones de reales. Por el contrario, destina sólo 13 billones a la agricultura familiar, que produce el 70% de los alimentos consumidos en Brasil (56% de la leche, 67% del frijol, 89% de la yuca, 70% de los pollos y 75% de la cebolla). Por otro lado, el agronegocio, en 2009, ha despedido a unos 270.000 trabajadores, mientras que la agricultura campesina emplea al 75% de los trabajadores rurales.
La mayor parte de la producción del país está controlada por empresas privadas nacionales e internacionales. La mayor parte de la carne, azúcar, soja etc., producida en Brasil, no alimenta al pueblo brasileño. La cría de ganado, que ocupa 30% de esos latifundios, “es destinada a la exportación y no al mercado interno. La carne que queda en Brasil es una carne de segunda calidad y la más cara, porque el objetivo no es producir para alimentar al pueblo brasileño, ni siquiera para tener en consideración las necesidades humanas de adquisición de proteínas que es fundamental para la alimentación. El objetivo es producir para exportar y obtener lucro” [4].
Monsanto compró por 290 millones de dólares dos compañías de biotecnología brasileñas: CanaVialis, SA y Alellyx, SA. La primera, CanaVialis, SA, se dedica a la tecnología de semillas de caña de azúcar. Es la mayor empresa privada mundial en esa área. Tiene contratos con 46 ingenios de Brasil que producen en un área de 1.1 millones de hectáreas, cerca de 20 % del total del área nacional de caña. Alellyx, SA, es una compañía de genética aplicada que se dedica al desarrollo de variedades de caña de azúcar y de eucalipto transgénico. Las dos empresas tenían contrato con Monsanto desde 2007 para desarrollar caña transgénica RR, tolerante al herbicida Round up Ready de Monsanto[5].
La expropiación de la tierra es especialmente criminal con los más débiles. A pesar de que la Constitución del Estado de Mato Grosso do Sul (arts. 248 y 249), como la Constitución Federal de Brasil (art. 231), reconocen el derecho a la tierra de las comunidades indígenas, en septiembre de 2009 la comunidad Laranjeira Nanderu del pueblo guaraní kaiowá o guaraní del bosque, en Mato Grosso do Sul, Brasil, sufrió el incendio de su asentamiento para generar el desahucio. “¿Qué más añadir? ¿Qué remedian las denuncias? ¿Qué aportan nuestros informes internacionales, los del Foro Permanente y el del Relator Especial? Ahí está la comunidad Laranjeira Nanderu del pueblo guaraní kaiowá aparcada indignamente en una franja inhóspita al borde de una carretera, privada de tierras de las que sustentarse, en situación de verdadera crisis humanitaria. Necesita asistencia urgente por supuesto, una asistencia que no se use para suplir y cancelar el debido derecho a la compensación de daños y a la recuperación de tierras”[6].
Petrobrás es una de las 10 mayores empresas petroleras del mundo. El capital de la empresa que está bajo control del Estado es sólo del 38%. Los accionistas privados controlan el 62% del capital social de la empresa. De este último, el 38% se compra y vende en el casino de la Bolsa de Nueva York.
La privatización ha alcanzado, a veces disfrazada, a las telecomunicaciones, la distribución de energía eléctrica, la distribución de gas, las Tvs, los centros comerciales (General Growth Properties (GGP), CB Richard Ellis, en Becker Group o en la canadiense Ivanhoe Cambridge, Wall -Mart, Carrefour, Pão de Açúcar). Particularmente llamativo es que de los 10 mayores bancos privados del país, 7 son extranjeros (v.gr. ABN Amro, HSBC, Santander, Citibank, Deutsche Bank, UBS y Safra)[7].
Al tiempo que todo esto ocurre, de los 60,1 millones de familias brasileñas, 14,1 millones son consideradas pobres. En Brasil hay 60 millones de pobres, el 30% de la población, de los cuales, 31 millones de brasileños sobreviven en la miseria. A pesar de las últimas políticas sociales, la desigualdad salarial en Brasil es muy elevada. Según datos del IBGE, el 10% de los trabajadores con los mejores ingresos se apropia del 42,7% del total de la renta del país. Mientras, el 52% de las familias obtuvieron en 2008 una renta mensual por persona no superior a un salario mínimo legal (465 reales o 258,3 dólares). Unos 6 millones de familias no tiene ningún ingreso, o el que tiene es menor de una cuarta parte del salario mínimo por persona. El 10% de los brasileños con los menores ingresos sólo dispone del 1,2% de la renta total del país. El desempleo en 2009 es del 8,1 % de la población económicamente activa. Según datos del IBGE, 44 millones de personas, el 48% de los 92,4 millones que constituyen la población económicamente activa, son trabajadores informales, esto es, sin contrato ni protección social. En el país sólo el 35% de los trabajadores tienen derecho a protección por desempleo, y de ellos sólo el 23% tiene derecho a recibir los siete meses de protección aprobados últimamente por el gobierno. En Brasil, 4,5 millones de niños y adolescentes entre 5 y 17 años, el 10,2% de la población menor, es obligada económicamente a trabajar.
Gran parte de la riqueza generada en el país, y apropiada por las grandes empresas privadas, es repatriada o colocada en paraísos fiscales para evadir impuestos. Entre 1999 y 2006 salieron del país US$ 223 mil millones 893 millones, y se ingresaron US$ 124 mil millones 893 millones. La Inversión Directa Extranjera (IDE) supuso el expolio de una pérdida, en siete años, de US$ 99 mil millones 355 millones. Desde 1970 se han triplicado el número de paraísos fiscales en el mudo. Hoy hay alrededor de 70 paraísos fiscales de nula o muy baja tributación. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en los últimos 40 años la parte del comercio mundial que pasa por los paraísos fiscales ha aumentado de un porcentaje relativamente débil al 50 % del total. Según un informe elaborado por el Instituto Brasileño de Etica (Etco), Brasil, ya en 2004, perdía al año más de 50.000 millones de dólares por evasión fiscal.
1.3. Necesidad político-institucional
Brasil cuenta con más de 100 millones de electores, de los cuales en 19 millones se concentra el 75.4% de la riqueza nacional. Las instituciones centrales de dirección política del país son un nido de corrupción que necesitan lecciones de ética impartida por los doctores morales del pueblo: José Gomes da Costa, Rodrigo Botelho, Francisco Basilio Cavalcante, Clélia Machado, Sebastián Breta y Fagner Tembori, humildes trabajadores que devolvieron a sus dueños el dinero perdido por éstos[8]. La mayoría de los diputados y senadores brasileños son millonarios. Que el Senado brasileño, según palabra de Frei Betto, sea “un antro de nepotismo, corrupción, tráfico de influencias y administraciones mezquinas —a pesar de que haya senadores y funcionarios éticos, de una dedicación esmerada al servicio público— pone sobre el tapete una cuestión más profunda: el fin de una era política en que las instituciones de poder se mantenían por encima de toda sospecha”[9].
2ª Necesidad de Información, Opinión y Conocimiento del pueblo
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), 14 millones de brasileños con quince años o más no saben leer o escribir. En Brasil la educación del pueblo es un negocio especulativo. Brasil es un paraíso para el negocio de la enseñanza privada. El 70% de la enseñanza superior es privada. El São Paulo llega al 90%, donde hay 1 alumno en la universidad pública por cada 350 habitantes. La media en otros estados es de 1 por cada 150 habitantes. La oligarquía del latifundio mediático en Brasil no quiere que el pueblo brasileño aprenda a leer el mundo, como decía Paulo Freire. “Quieren apenas gente mínimamente capacitada para leer, no para leer el mundo. Porque el ser crítico, deseado por Paulo Freire, es un individuo peligroso demás. Él reclama, él reivindica, él lucha y él enseña. La elite brasileña no quiere eso para su pueblo. Hay que mantenerlo siempre atado al cabestro de la ignorancia…”[10] Además, Brasil está bajo la dictadura de un latifundio mediático. En Brasil, los medios de comunicación están en manos de 6 familias[11].
3ª Necesidad de fuerza de liberación, autodeterminación y ejecución
Después de 121 años de abolición formal de la esclavitud en el país, en Brasil continúa habiendo esclavos. Entre 2003 y 2008, el Grupo Móvil liberó a 26.890 trabajadores en 1.368 establecimientos. En 2008, más de 5.000 trabajadores fueron liberados de la esclavitud en 200 haciendas brasileñas vinculadas al agronegocio. Según datos del Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE), en julio pasado, 1.492 trabajadores que vivían en condiciones de esclavitud fueron liberados[12]. El sector sucroalcoholero es el que más utilizó esclavos en 2008. Según datos, de la Campaña Nacional de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) de Prevención y Combate al Trabajo Esclavo, 2.553 trabajadores esclavos, el 49% de los liberados, eran explotados en el sector sucroalcoholero.
A la esclavitud física hay que sumar la esclavitud psíquica. En Brasil hay aproximadamente unos 20.000.000 de personas que se declaran fumadores, según datos de encuestas realizadas en 2008. El tabaco mata a unas 200.000 personas por año en Brasil y es responsable del 45% de las muertes por infarto de miocardio, el 85% de las causadas por enfermedades crónicas de obstrucción pulmonar, el 25% de las ocasionadas por derrames cerebrales y el 30% de los fallecimientos por cáncer, según las autoridades sanitarias. De acuerdo con un informe realizado en 2005 por el Centro Brasileño de Informaciones sobre Drogas Psicotrópicas, unos 15.000 millones de personas son adictas al alcohol, aproximadamente el 12,3 % por ciento de las personas de entre 12 y 65 años. Mientras, el gobierno admite que sólo el sector cervecero factura por año el equivalente a unos 10.200 millones de dólares, e invierte 512 millones de dólares en publicidad. Aunque para el ministro Gomes Temporal, "la salud está por encima del comercio. Según el informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC), y con datos de los años 2006 y 2007, Brasil tiene unos 890.000 consumidores de cocaína, el 0,7% de la población entre 12 y 65 años. Brasil tiene el mayor número de consumidores de opiáceos en América del Sur.
Faltan en Brasil instituciones y ayudas para liberar de las adicciones a los adictos. Falta en Brasil la materialización de un auténtico Estado de Derecho Revolucionario que canalice todo el poder institucional del pueblo como fuerza de liberación nacional y no como violencia represiva. Las cárceles, en la mayor parte de los casos, no cumplen con sus funciones de rehabilitación, sino que son escuelas de violaciones de los Derechos Humanos. Brasil tiene más de 190 presos por cada 100.000 habitantes en condiciones de hacinamiento. Existen 292.000 plazas para 419.000 internos.
Según datos del relator especial, Philip Alston, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre ejecuciones arbitrarias, sumarias o extrajudiciales, en Brasil, se producen 48.000 muertes violentas por año. Una de las mayores tasas de homicidios del mundo. La media mundial es de 8,8 muertos cada 100 mil habitantes, sin incluir las muertes relacionadas con las guerras. En 2007, los policías brasileños mataron a una persona por día. En Río de Janeiro, los policías mataron tres personas por día, el 18% del número total de muertes. En Brasil hay escuadrones de la muerte, grupos de exterminio formados por policías, agentes penitenciarios y otras personas que matan por dinero. Según datos del Ministerio Público de Pernambuco, el 70% de los asesinatos en Pernambuco son realizados por escuadrones de la muerte.
Las fuerzas policiales y militares brasileñas, que se legitiman colaborando en la satisfacción de las necesidades de los pueblos, están compuestas por el ejército, 287.000 militares activos, y 400.000 agentes de la policía militar. Estos funcionarios, en muchos casos, sirven para reprimir la legítima protesta social. En Brasil existe la criminalización de la protesta social en algunos partes del país. En la región amazónica, bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo internacional se produce la militarización y criminalización de los pueblos[13].
[1] Stédile, J. P., Agrotóxicos en su estómago, O Globo, 24 de setiembre del 2009.
[2] Lima de Magalhães, J., Boechat Andrade, N.; De Souza Antunes, A. M., Principales desafíos de la producción pública de medicamentos en Brasil y panorama del sistema de salud: Revista Cubana de Salud Pública, vol. 34, nº 3 (2008).
[3] Lao W.; Feldmann A., Reforma Agraria Popular: la nueva propuesta el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST), Rebelión 05-06-2009.
[4] Adoue, S., El 43% de las tierras brasileñas son latifundios que producen para la exportación, Rebelión 09-10-2009.
[5] Moreno, C., Monsanto arrebata la producción de etanol, Rebelión 22-07-2009; Robin, M. M., Le monde selon Monsanto (Paris: Éditions La Découverte, 2008) 80-100; 291-307.
[6] Clavero, B., El expolio guaraní prosigue, 04-10-2009.
[7] Lopes, C., La expoliación de los recursos nacionales del Brasil por la “inversión directa extranjera”, Rebelión 06-04-2009.
[8] Betto, F., Profesores de ética, Rebelión, 31-05-2009.
[9] Betto, F., El ocaso de la democracia liberal, Rebelión, 24-07-2009.
[10] Tavares, E., Sólo la lucha hace la ley, Rebelión, 23-06-2009.
[11] Borges, A., A Ditadura da Mídia ( São Paulo: Anita Garibaldi, 2009).
[12] Assunção, K., Fiscalización avanza, pero no es suficiente para erradicar el trabajo esclavo, Rebelión, 13-08-2009.
[13] Rumrrill R., Perú y Brasil, el mayor banco genético del planeta en disputa. Al asalto del bosque tropical Rebelión 21-09-2009.
salamancantonio@hotmail.com
Abogado
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