Compañer@s:
los datos del censo 20011 son muy reveladores.
Sólo cuatro datos del Uruguay de hoy: a) un tercio de la tierra uruguaya se concentra hoy en tan sólo el2,6% de las explotaciones;
Sólo cuatro datos del Uruguay de hoy: a) un tercio de la tierra uruguaya se concentra hoy en tan sólo el2,6% de las explotaciones;
b) en el 2000, el 96,1% de las explotaciones pertenecía a personas
físicas uruguayas, y en el 2011 (incluyendo a un Gobierno entero y la mitad del
segundo del Frente Amplio), el porcentaje de los establecimientos en manos de
uruguayos se redujo al 83,8% (un compañero dice que en realidad ese porcentaje
es de sólo el 54%), con notable incremento de la propiedad latifundista
extranjera (en especial de multinacionales), dedicada al gran monocultivo
(eucaliptus y pinos para la celulosa fabricada en pasteras
multinacionales), con uso de transgénicos, como en la soja (que de 2003 a
2011 pasó de 10.000 a más de 850.000 hectáreas plantadas), o a proyectos
devastadores-contaminantes de megaminería a cielo abierto,
c) sólo poco más del 5% de la población (175.613 personas de un
total general de unas 3.330.000) vive en el área rural (en un país que
históricamente ha vivido de su campo y orla marítimo-turística); el latifundio
ha vaciado literalmente al campo, empujando a los expulsados hacia los
cinturones urbanos, en especial de Montevideo, donde reina la penuria y la
delincuencia causada por ella y por la falta de futuro, y,
d) con casi 10 mil presos, uno de cada 333 uruguayos está entre
rejas (contando a bebés y ancianos, y sin contar a los que han sido condenados
a otras penas!).
Por eso es hoy más indispensable que ayer la Reforma Agraria
propuesta por Sendic y acogida a su modo por el programa original del
Frente Amplio, en 1971; hoy creo que hay que desapropiar las extensiones de los
latifundios que excedan las 2.500 hectáreas (comenzando por los extranjeros, en
especial las tierras usurpadas por las multinacionales ) para darle esas
tierras a la agricultura familiar y a una densa red de empresas estatales y cooperativas
ecológicas y sin patrón (con jóvenes voluntarios para tal, venidos de las
urbes, incluso de las cárceles), para fomentar la agroganadería, agroindustria
y ecoturismo sustentable (diversificados, sin transgénicos, ni agrotóxicos, ni
extensos monocultivos); ello es en Uruguay, además de una necesidad económica,
ecológica y de justicia social, una necesidad de reequilibrio demográfico, dado
el vaciamiento del campo provocado por el latifundio; claro que además de dar
la tierra hay que crear las condiciones para un "buen vivir" en el
campo (caminos, viviendas, escuelas, centros de salud, agua, energía eléctrica
que puede ser eólica y solar, internet, etc.), y también hay que dar formación,
asistencia técnica y garantías de compra de la producción.
La plata para todo eso debe venir de un redoblado impuesto al
latifundio, a los banqueros, a la gran industria, a los grandes
exportadores-importadores (en especial con detracciones a la exportación, que
ya fueron usadas en Uruguay y los gobiernos del Frente Amplio no han reeditado)
y a los grandes agentes turísticos;
¿no les parece que así estaría mejor invertido el dinero público que en la construcción de una nueva supercárcel para 2 mil reclusos?
(lo tragicómico es que quien estas líneas escribe fue el primer “jefe” del Ministro Bonomi cuando éste, muy joven, ingresó al MLN-Tupamaros; quizá no estén del todo equivocados los militares cuando consideran la antigüedad en las filas como criterio importante, aunque no único, para la ocupación de cargos de comando…).
¿no les parece que así estaría mejor invertido el dinero público que en la construcción de una nueva supercárcel para 2 mil reclusos?
(lo tragicómico es que quien estas líneas escribe fue el primer “jefe” del Ministro Bonomi cuando éste, muy joven, ingresó al MLN-Tupamaros; quizá no estén del todo equivocados los militares cuando consideran la antigüedad en las filas como criterio importante, aunque no único, para la ocupación de cargos de comando…).
Todo eso hace parte de las transformaciones que veo como necesarias en
la ruta que apunta al socialismo del siglo XXI en perspectiva ecomunitarista
(ver mi libro "El socialismo del siglo XXI en perspectiva ecomunitarista", Ed. UASLP, México, 2010).
(ver mi libro "El socialismo del siglo XXI en perspectiva ecomunitarista", Ed. UASLP, México, 2010).
La gran cuestión pendiente reside en juntar y multiplicar las muchas
fuerzas ya existentes, dispuestas a bregar por aquellas transformaciones en el
campo (y en el país, en general); veo con buenos ojos el potencial
unificador y multiplicador logrado por las Marchas en Defensa de la Tierra y
los Bienes Naturales, desde que allí prime el horizonte
socialista-familiar-cooperativo y no el del pequeño/mediano productor
individualista capitalista.
Claro que esas fuerzas movilizadas, para lograr el gran viraje, en algún
momento necesitan poder influir decisivamente en el Gobierno, o mejor aún,
hacerse Gobierno; cómo sucederá eso, es cosa que aún no sabemos…propuse a un
viejo compañero que lanzase ya ahora su candidatura a la Presidencia de la
República de cara a las elecciones de fines de 2014, pero aquél no aceptó
la sugerencia…
Un abrazo: Sirio